Antesala

Nuevas facultades a municipios, con leyes justas

 

Cada vez que se habla de los municipios, se les reconoce como base de la organización política y administrativa de los estados, además de resaltar que sus gobiernos, en comparación con los órdenes estatales y federal, son los más cercanos a la gente por ser el primer punto de contacto de la sociedad con sus autoridades.

A pesar de lo anterior, el orden de gobierno municipal sigue dependiendo de los gobiernos estatales y federal para cumplir con sus competencias, principalmente en materia presupuestal. Sin embargo, los municipios siguen enfrentando nuevas realidades que hacen que sus autoridades asuman nuevos compromisos fuera de sus competencias constitucionales, a fin de atender las necesidades crecientes de la población a nivel local.

Si bien el proceso de descentralización hacia los gobiernos municipales inició en la década de los 80, con importantes reformas al Artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, especialistas coinciden en que los municipios necesitan nuevas leyes para un mejor desarrollo y atención de las necesidades de la población.

El proceso de descentralización continúa actualmente, con la demanda de una mayor autonomía para los municipios, principalmente en cómo se distribuyen los recursos, pero también por el escenario plural donde se desarrollan las localidades, con diversos actores políticos y mayor participación social con articulación propia.

Ante una realidad que pone a las administraciones municipales en aparente subordinación y dependencia de otros órdenes de gobierno, los municipios requieren su propio Poder Legislativo para expedir leyes acordes con cada contexto local. Sobre esto, especialistas nos explican cómo debe ser este proceso y qué mecanismos o cambios se requieren para que los gobiernos municipales trabajen con las facultades necesarias para atender las demandas de la población.

Entre las obligaciones que deben cumplir los municipios se encuentra el mantener a sus localidades limpias, a través del adecuado manejo de los residuos sólidos, para lo cual requieren recursos para construir y mantener en funcionamiento una infraestructura eficiente, sin embargo, hay que considerar los primeros pasos para que el presupuesto y los recursos materiales perduren con el paso del tiempo y de las administraciones locales, lo cual puede requerir una inversión muy alta, pero que redituará en el bienestar de las generaciones futuras. Al respecto, abordamos en estas páginas los pasos a seguir para contar con una infraestructura a la medida, así como con proyectos integrales y alineados con la economía circular.

Y hablando de infraestructura y de otra de las facultades de los municipios, en esta edición exponemos las herramientas tecnológicas necesarias para mantener en un funcionamiento adecuado a la red hidráulica que lleva agua potable a cada hogar, principalmente para evitar las fugas de agua, un tema de la mayor preocupación en estos tiempos donde la escasez y la sequía amenazan el bienestar de la población mexicana.

Por otra parte, también incluimos las acciones de laicidad que deben respetar los actores políticos y gobernantes en el contexto político y electoral en que se encuentra el país. Complementamos este número con temas que abordan la salud financiera y de inversiones que están llegando a los municipios y que contribuirán al desarrollo de las entidades federativas y sus localidades, así como acciones para mejorar el gobierno digital, el medioambiente, el turismo y las vialidades, entre otros temas.

Que disfrute la lectura de estas páginas.

Los editores.