Desde la urna

Para la política en los estados, octubre estará marcado por las elecciones para congreso local en Coahuila y para ayuntamientos en Hidalgo. Al momento de escribir estas líneas ambas entidades están en color naranja en el semáforo de la pandemia y, cuando más, habrán pasado al amarillo para el 18 de octubre, día de la jornada electoral. Esas elecciones evidenciarán la capacidad de los órganos locales y el INE para organizar un proceso en el contexto de la pandemia.

Las elecciones incrementarán la actividad política en los municipios, ante las expectativas de reelección de alcaldes de todo el país. Este no será un proceso novedoso en muchas entidades, pero se volverán a poner en la mesa temas como la obligación de los partidos de mantener la paridad de género en las candidaturas ante el derecho de los alcaldes de buscar ser reelectos. En 2021 todos los ayuntamientos del país serán renovados, salvo los de Hidalgo que serán electos en octubre y los de Durango, que terminarán sus encargos en 2022. Mientras tanto, el INE estará definiendo los lineamientos que deberán seguir los partidos para la reelección de los diputados federales, que por primera vez, tendrán esa opción.

Por lo demás, las fiestas patrias pasaron sin que supiéramos en definitiva qué partidos tendrán derecho a participar el año que entra pues el Tribunal Electoral podría modificar las decisiones del INE. En todo caso, sea cual fuera la decisión, el ambiente político se habrá crispado y octubre será escenario de nuevas polémicas y enfrentamientos entre los Calderón y el Presidente de la República. Mientras tanto el INE determinará, con base en el mandato del Tribunal Electoral, quiénes serán el Dirigente Nacional y el Secretario General de Morena.

Finalmente, también conoceremos quienes serán los nuevos integrantes de los consejos generales de los órganos locales electorales. No es un tema menor, pues más de la mitad de los OPLE renovarán parcialmente sus órganos de autoridad que conducirán las elecciones locales del año que entra. En conclusión, ya empezado el proceso electoral, este mes será para recuperar mucho del tiempo en el que la pandemia no permitió a las autoridades hacer los preparativos electorales. Esto seguramente intensificará los debates y agolpará posibles conflictos.

Ha sido difícil para México, pues siguen confluyendo tres problemas que no se resolverán pronto y hacen más complicado el escenario para el año que entra: la crisis sanitaria, la económica y la de seguridad. Más allá de los buenos deseos del discurso presidencial, la realidad es que ni con la anunciada austeridad y las políticas asistenciales de este gobierno, se eliminarán los efectos del 2020 en el empleo y en el poder adquisitivo de muchos mexicanos. En ese contexto, las elecciones del año que entra, especialmente en el nivel municipal, permitirán a los electores valorar y castigar las acciones de gobierno en cada municipio. Ese es el sentido de la democracia que debemos defender.

Octubre nos adentrará en un proceso electoral intenso. La inconformidad que permitió el triunfo de López Obrador en 2018 se expresará después de la experiencia de dos años y medio de gobierno, en un contexto muy diferente, con la polarización que ha promovido esta administración. En todo caso la calidad del trabajo de instituciones electorales deberá ser la base para cuidar que las elecciones no se conviertan en un factor más de conflicto que se agregue al conjunto de crisis que ya enfrentamos como país.

El autor es Decano Asociado de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe.

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