Expediente Abierto

►Equidad de Género ♦ Opinión

Hablar de la situación de los sistemas de seguridad pública a través de la perspectiva de género requiere, necesariamente, una mirada que nos permita identificar de forma diferenciada cómo se ven afectadas/beneficiadas las personas por razón de género.

Actuar con perspectiva de género desde las fuerzas policiales implica una profesionalización y especialización de los cuerpos policiales para realizar intervenciones y dar la atención necesaria a aquellos grupos que han sido marginados históricamente, como las mujeres, las niñas y las personas de la comunidad LGBTTTIQ+; además de una capacitación oportuna y constante, y de una cultura de igualdad, inclusión y diversidad.

El primer reto es contar con la cantidad de elementos de seguridad suficiente para atender los casos de criminalidad. En nuestro país, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reporta que en México hay cerca de 384 mil elementos de policía a nivel nacional, y un total de 175 mil 755 personas destinadas a la seguridad pública en las administraciones públicas municipales, alrededor de 45 por ciento; sin embargo, Naciones Unidas recomienda que debe haber un mínimo de 1.8 policías por cada mil habitantes. Y en México tenemos ayuntamientos con más de 500 mil habitantes donde solamente hay 1.39 policías por cada mil habitantes; incluso, hay municipios donde solamente hay 0.69 elementos policíacos municipales en este mismo ratio. Y si hablamos de entidades federativas, el promedio es de 0.96 policías/mil ciudadanos. En un país donde cada cuatro minutos una mujer es violada, el número de elementos policiales sí importa.

Existe un protocolo de actuación policial para la atención a la violencia de género contra las mujeres, pero un reto adicional es que en el territorio mexicano se ejerce esta atención de forma diferenciada. Hay territorios donde existen las denominadas Policías de género, cuyo actuar está dirigido, primordialmente, hacia la detección, atención y prevención de las mujeres que han sido víctimas de violencia por razón de género, pero éstas están presentes, principalmente, en aquellos espacios donde se ha declarado una alerta de género, donde ha existido la voluntad política para hacerlo o donde ha habido presupuesto para ello.

Tal es el caso de la Ciudad de México, el Estado de México, Morelos o Veracruz, por ejemplo. Sin embargo, hay territorios donde únicamente se capacita a los elementos de la policía, con perspectiva de género. Aunque ambas políticas ayudan para la atención de la violencia contra las mujeres, niñas y personas de la comunidad LGBTTTIQ+ por razón de género, no cuentan con los mismos conocimientos o sensibilización respecto de dichas violencias. Por lo que los estos modelos de atención tienen resultados desiguales. En un país donde cada 34 horas es agredida una mujer periodista, los formatos de atención sí importan.

Finalmente, atendiendo a una cultura de igualdad, inclusión y diversidad, el reto de mirar los datos con ojos de género sigue presente. Por ejemplo, datos del Banco Mundial indican que los varones son las víctimas mayoritarias de homicidios por arma de fuego, pero en realidad son las mujeres quienes se ven mayormente afectadas dado que la existencia un arma de fuego en el hogar incrementa cinco veces la letalidad de la violencia contra ellas; y estas armas son empleadas para amenazar a las mujeres y/o perpetrar contra ellas actos de violencia sexual y de género. En un país donde más de 10 mujeres diarias son víctimas de feminicidio, la mirada diferenciada de la perspectiva de género sí importa.

*Profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.