Expediente Abierto

►Desarrollo Urbano ♦ Opinión

La regeneración urbana es la política pública que las autoridades necesitan implementar para mejorar las colonias deterioradas de las ciudades de México; porque ya no se trata solamente de construir vivienda o infraestructura, sino también de construir comunidades y ciudades sustentables.

Las autoridades federales ya dieron el giro. El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), por ejemplo, ya decidió que ahora las viviendas de su cartera vencida se recuperarán en el marco de programas de regeneración urbana y social. La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) también orienta todos sus esfuerzos hacia la mejora integral y participativa de los barrios a través de su Programa de Mejoramiento Urbano. Y ahora numerosos gobiernos locales buscan implementar programas de renovación o regeneración urbana.

En la Alianza para la Regeneración Urbana concebimos la regeneración urbana como un proceso de mejora integral y participativa de barrios a largo plazo. El reto de este proceso es la coordinación, barrio por barrio, de una gran diversidad de actores con visiones, temporalidades y márgenes de maniobra diferentes: los habitantes organizados y no organizados son los primeros actores, pero también lo son los comercios, servicios y todas las empresas que intervienen en el barrio, así como las instituciones de servicios públicos barriales.

Recomendamos entonces a las autoridades públicas que las políticas de regeneración urbana sigan tres principios. Primero, todas las mejoras tienen que definirse con base en diagnósticos integrales de expertos y a procesos de diagnósticos comunitarios para involucrar desde el inicio a los habitantes de las colonias, quienes son los que hacen día a día la ciudad.

Segundo, las mejoras deben acordarse e implementarse a través de alianzas multisectoriales entre autoridades públicas, habitantes y empresas, porque son estos tres sectores los que hacen la ciudad de manera complementaria.

Tercero, el financiamiento de las mejoras debe ser público, privado y social: según los barrios, la necesidad de inversión pública y la posibilidad de inversión privada varían, pero las dos son necesarias, especialmente en tiempos de austeridad; en cuanto a la inversión social, nos referimos a las aportaciones que los mismos habitantes pueden hacer a la mejora de su barrio, y éstas son fundamentales para garantizar el mantenimiento a largo plazo de las mejoras.

La regeneración urbana es entonces una política pública compleja que consiste —como dice el mismo Secretario de Sedatu, el arquitecto Román Meyer— en coordinar esfuerzos y actores distintos desde un enfoque territorial. Y como el reto para las autoridades públicas siempre es el tiempo, la urgencia para éstas es priorizar los territorios a regenerar e iniciar rápidamente a coordinar, barrio por barrio, a los actores locales del sector privado y social para empezar a co-construir las estrategias a implementar para generar los cambios que los barrios deteriorados necesitan.

*Directora General de la Alianza para la Regeneración Urbana AC