Expediente Abierto

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Lo que hace algún tiempo llamábamos nuevas tecnologías, ahora se han vuelto parte de nuestra vida cotidiana. Nos cautivamos con servicios ultrapersonalizados de streaming para ver películas o escuchar música, acudimos a asistentes tecnológicos como Siri o Alexa, vemos preferencias de compras al navegar en alguna plataforma web de empresas como Amazon, Google, Apple o Facebook, que utilizan la inteligencia artificial (IA) como estrategia predictiva para adelantarse a las tendencias de consumo de sus clientes. Sin embargo, los gobiernos han tenido poco avance en el uso de IA para brindar más y mejores servicios públicos a los ciudadanos.

En Estados Unidos presenciamos la comparecencia de Mark Zuckerberg en el Senado de Estados Unidos, por compartir información de sus usuarios a Cambridge Analytica, un hecho sin precedentes que involucró al gobierno en el control y garantía del derecho a la privacidad de los ciudadanos.

La IA es un sistema predictivo de información que permite conocer de forma profunda y certera las decisiones de la gente, ayuda a conectar con soluciones de manera personalizada, pasando muchas veces de la predicción de datos, a la predicción de sentimientos y emociones.

Esta herramienta ha sido utilizada por empresas para adquirir ventajas sobre sus competidores y conocimientos para entender mejor a su audiencia y lo que ésta desea. Pero, ¿por qué los gobiernos no han hecho lo mismo?

De hecho, Internet  nació en el sector público, en el año 1983 cuando el Departamento de Defensa de los Estados Unidos decidió usar por primera vez el protocolo TCP/IP en su red, creando así el internet. No obstante, su crecimiento fue limitado en este sector y aprovechado por la iniciativa privada.

Con la cantidad de información que recopilan las instituciones públicas, sería posible interconectarla para generar conocimiento profundo de las necesidades y demandas de los ciudadanos, que basados en su experiencia en el uso de servicios públicos, trámites y programas, pudieran mejorar la calidad de éstos.

¿Sería posible imaginar el otorgamiento de servicios públicos de acuerdo con prioridades y necesidades personalizadas de los ciudadanos, tal como lo hace el servicio de streaming? Ese es un gran desafío que presentan las administraciones públicas, sin embargo, es una realidad que es necesario que los servidores públicos y los aparatos gubernamentales comiencen a adaptarse a la nueva realidad que enfrentamos.

En el futuro muchos empleos desaparecerán, entre ellos, podrá estar el de no necesitar de complejas estructuras orgánicas gubernamentales al comenzar a hacer uso de la inteligencia artificial.

*El autor es Maestro por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, con estudios en Política Pública por McCourt School of Public Policy, y es Director Ejecutivo de Goberna Consultores.