Tips de Gestión

Los primeros pasos para la electromovilidad local

Eliminar largas distancias para distribuir productos y materia prima es uno de los objetivos iniciales para la movilidad del futuro

 

►Por Martha Palma Montes
FOTO: DREAMSTIME

La electromovilidad abre oportunidades para mejorar la eficiencia energética, el cuidado del medioambiente y la salud, ya que se rige por el principio de las 3D, es decir, la Descarbonización, la Descentralización y la Digitalización.

Los vehículos eléctricos que se alimentan de fuentes renovables de energía no emiten dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, lo que ayuda a disminuir el efecto invernadero.

Por otro lado, el principio de descentralización implica crear fuentes de empleo y modelos de negocio in situ, a fin de acortar las cadenas de suministro de la materia prima, bajo la lógica de que cada kilómetro recorrido hacia los centros de distribución masiva también genera contaminación.

“La descentralización es poner pequeños centros de producción en donde se necesitan y eliminar las largas distancias para distribuir productos y materia prima. Por ejemplo, Chile es el principal proveedor de litio, el cual viaja a China para la producción de las pilas eléctricas y estas se mandan a Estados Unidos, que es el mayor fabricante de vehículos eléctricos, entonces, todo este movimiento genera contaminación a la atmósfera”, comenta Leandro Brito Barrera, profesor investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) Zacatenco.

Mientras que la digitalización consiste en interconectar los vehículos eléctricos y registrar sus trayectos en la nube, a fin de optimizar tiempos de traslado y evitar congestionamientos viales, detonantes de contaminación.

“Además, la digitalización permite administrar varias fuentes de energía para los motores eléctricos, a esto se le denomina Smart Grid; determinar en qué momento utilizo cierta energía y que contamine menos a la atmósfera”, agrega Brito Barrera.

ELECTROMOVILIDAD DESDE LO LOCAL
Para transitar a la electromovilidad, el académico recomienda a los gobiernos municipales apoyar las empresas locales especializadas en transformar el motor de vehículos de combustión interna a eléctricos, proceso conocido como retrofit.

“Los municipios pueden impulsar modelos de negocio de electromovilidad, no necesariamente a gran escala, sino empezar con vehículos ligeros como bicicletas, patinetas y motocicletas. Posteriormente, promover que los autobuses hagan retrofit, entre más gobiernos locales se involucren, automáticamente bajarán los costos materiales.”

Asimismo, resalta que cualquier proyecto exitoso de electromovilidad requiere cubrir cinco aspectos: infraestructura, logística, políticas públicas, modelo de negocio y capital humano, así como la cooperación en pentahélice entre gobierno, academia, empresas, sociedad civil y una iniciativa sustentable.

“Los ayuntamientos pueden acercarse a las universidades o institutos tecnológicos para convertir a eléctricos los motores de combustión interna de sus patrullas, no necesitan comprar nuevos vehículos, y de esta forma también contribuyen a la capacitación de los alumnos”, explica.

En cuanto a la recarga de las unidades, basta con instalar paneles solares para generar la energía eléctrica necesaria.

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MOVILIDAD DEL FUTURO
El hidrógeno es el vector energético del futuro para la movilidad, debido a que, al combinarse este elemento químico con el oxígeno, genera agua, cuyo vapor puede liberarse por el escape de los vehículos sin contaminar, y a su vez, produce electricidad hacia el motor y las baterías de litio.

“Un tanque de hidrógeno hace más autosuficiente a un vehículo eléctrico, le da más potencia y puede combinarse con dióxido de carbono, ya presente en la atmósfera, para crear combustibles sintéticos. El hidrógeno permite esta dualidad entre motor eléctrico y de diésel, sin aumentar la huella de carbón”, advierte Leandro Brito.

TRANSICIÓN EN MÉXICO
El documento Diagnóstico y Recomendaciones para la Transición de la Industria Automotriz en México, elaborado por la Secretaría de Relaciones Exteriores y Alianza MX de la Universidad de California, plantea el desarrollo de centros tecnológicos sectoriales, que a su vez detonen la creación de hubs industriales, a fin de lograr la transición hacia la electromovilidad en el país.

Además, el documento cuenta con modelos de negocio innovadores basados en economías circulares, capital humano con altas capacidades STEMS (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas, por sus siglas en inglés), e impulsa a los proveedores existentes a reinventarse para continuar siendo relevantes en la fabricación de automóviles eléctricos.

Y sugiere crear un mapa de ruta que oriente y facilite el desarrollo de insumos digitales (hardware y software), cada vez más necesarios para los vehículos.

Aunado a la necesidad de alinear las políticas existentes, así como las distintas dependencias responsables, para reducir costos administrativos y fiscales que entorpecen el desarrollo de la industria en el país.

Entre los retos que enfrentará México hacia la transición a la electromovilidad, el documento destaca adaptar la capacidad de la red eléctrica y acelerar la adecuación de infraestructura de recarga en la vivienda vertical para garantizar recargas en zonas habitacionales; homologar el tipo y voltaje de cargadores, la ubicación de estaciones de carga y la facilidad de acceso a esa infraestructura.