Tips de Gestión

Estrategias locales para proteger los mantos acuíferos

Los gobiernos locales pueden impulsar acciones en conjunto con la ciudadanía, desde la protección de las zonas de recarga hasta captación de agua de lluvia e infraestructura resiliente para distribución del líquido

 
►Por Martha Palma Montes FOTO: DREAMSTIME La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha identificado 653 acuíferos para fines de evaluación, manejo y administración de las aguas nacionales del subsuelo. De los cuales, alrededor de 50 por ciento está sobreexplotado, ya que su disponibilidad media anual tiene un déficit negativo. Resaltan los casos del acuífero Valle de Mexicali y San Quintín, en Baja California; Valle de San Luis Río Colorado, Sonoyta- Puerto Peñasco y Caborca, en Sonora; Valle de Santiaguillo y Madero-Victoria, en Durango; Valle de Tecamachalco, en Puebla; Laguna de Santa María y Los Juncos, en Chihuahua; Citrícola Sur, en Nuevo León; Chupaderos, en Zacatecas; Valle de San Juan del Río, en Querétaro y la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Lo anterior, con base en el Acuerdo por el que se actualiza la disponibilidad media anual de agua subterránea de los 653 acuíferos de México, publicado el 17 de septiembre de 2020, en el Diario Oficial de la Federación.

EXPLOTACIÓN RESPONSABLE

Entre menor es la disponibilidad de agua superficial, mayor es la explotación de aguas subterráneas, por tanto, es necesario proyectar las condiciones de los acuíferos a largo plazo, conforme las tendencias del crecimiento poblacional, industrial, económico y del clima, opina Rosario Sánchez Flores, científica investigadora en el Instituto de Recursos Hídricos de Texas en la Universidad Texas A&M.

“Una estrategia o sistema de planeación a largo plazo requiere de la corresponsabilidad social para ser exitoso y así promover realmente la conservación y ahorro del vital líquido.”

La investigadora confirma que la transparencia, la comunicación efectiva y la corresponsabilidad de todos los sectores es clave, a fin de generar sinergias en la explotación responsable de los mantos acuíferos.

Lo anterior debe ir acompañado de un marco legal que visibilice las concesiones y regule los subsidios, en especial aquellos que son insostenibles a largo plazo.

 

En ese sentido, Rosario Sánchez advierte que en el país no hay un monitoreo sobre el número de concesiones ni si éstas realmente respetan el nivel de explotación autorizado. Tampoco se conoce cuántos pozos son habilitados a falta de disponibilidad de agua superficial.

La especialista sugiere, además, las siguientes acciones a nivel local para cuidar las aguas subterráneas: captar precipitaciones pluviales, reusar, tratar el agua, proteger las áreas verdes que sirvan de esponja ante inundaciones, recargar artificialmente los mantos acuíferos y evitar la expansión de la frontera agrícola.

“Incluso, reglamentar que en los domicilios solo haya jardines compuestos por plantas resilientes, porque no requieren tanta agua y, al mismo tiempo, generan una biodiversidad adaptable a las nuevas condiciones de clima.”

Por otro lado, propone otorgar incentivos a la población en el cuidado del agua, a fin de lograr cambios positivos y una participación proactiva.

Respecto al reúso y tratamiento del agua, Sánchez Flores urge a crear una infraestructura resiliente contra fugas e inundaciones, de lo contrario, el insumo se recibirá cada vez en menor cantidad y calidad.

“Si un gobierno municipal invierte en infraestructura para el tratamiento del agua, puede aplicar tarifas diferenciadas de suministro a la industria, agricultura y servicios terciarios. El agua debe costar más cuando su uso no tiene fines prioritarios, en varios países ya existen planes de desarrollo económico, basados en el mercado del agua, que son exitosos.”

Explica que estos planes de desarrollo evitan las afectaciones a la población, por falta de acceso, como ocurrió en Nuevo León.

COMUNICACIÓN EFECTIVA

Con base en su experiencia de más de 25 años en el cuidado y aprovechamiento hídrico, Rosario Sánchez está convencida de que debe existir una corresponsabilidad entre el gremio científico y los funcionarios públicos, donde los primeros aterricen el lenguaje, a modo que sea comprensible para cualquier persona, y por su parte, los servidores públicos se acerquen y confíen en la academia.

“Más que voluntad, es un tema de responsabilidad y obligación política, muchos científicos, como yo, trabajan con gobiernos estatales con el fin de encontrar soluciones porque, desafortunadamente, las lluvias ya no resuelven los problemas actuales. En los próximos años, los riesgos aumentarán en pérdidas humanas, la salud y la economía.”

PROYECTOS EN CHIHUAHUA Y NUEVO LEÓN

Como investigadora del Instituto de Recursos Hídricos de Texas en la Universidad Texas A&M, Sánchez Flores colabora con el gobierno de Nuevo León en identificar las áreas de recarga de los mantos acuíferos en la zona metropolitana, debido a que, en 2022, la distribución era 70 por ciento de agua superficial y 30 por ciento de agua subterránea, actualmente es de 50-50.

El estudio consiste en conocer las zonas de recarga y protegerlas, mediante la planeación urbana con visión a futuro, conforme a las predicciones del crecimiento poblacional e industrial.

 

 

 

Rosario Sánchez Flores.

FOTO: CORTESÍA DE LA AGENCIA THE BOUTIQUE

Por otro lado, en Chihuahua se hacen proyecciones de la cuenca del Río Bravo, debido a que ha perdido 80 por ciento de su flujo natural y abastece a 15 millones de personas del vital líquido, cuyo número podría duplicarse en los próximos 20 años.

“Adicionalmente, elaboramos estudios para el gobierno estadounidense de California, sobre la intrusión salina, provocada por la excesiva extracción del agua subterránea, la contaminación de las playas Rosarito y San Diego, y las descargas de aguas negras en el Río Tijuana. Es una situación caótica que nos obliga a tomar acciones contrarreloj”, advierte.