Organización comunitaria, esencia del ecoturismo

Impulsar el desarrollo y capacidades sostenibles y productivas de las comunidades que viven y protegen las áreas naturales, y enfocarlas al sector turístico, puede detonar su economía y calidad de vida, protegiendo al mismo tiempo la naturaleza

En la mayoría de los proyectos ecoturísticos son las comunidades locales las que los administran; el objetivo debe ser preservar sus costumbres, tradiciones y recursos naturales

Por su parte, José Luis Ayala Espinosa, Coordinador Técnico del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), considera que el turismo de naturaleza puede generar mayor conciencia sobre el papel que tiene la biodiversidad y los recursos naturales en el futuro del planeta, “pero con un enfoque de sostenibilidad, donde se busque tanto impulsar la economía de las comunidades como recuperar la salud del suelo deteriorado, preservar el recurso hídrico y la biodiversidad, y contar con una sociedad más sostenible”.

AGROECOTURISMO
Bajo una visión que promueva el turismo en armonía con la naturaleza, pueden generarse esquemas que permitan la inclusión, competitividad y rentabilidad, para lo cual se requiere de alianzas público-privadas en asociación y coordinación con la sociedad civil, señala el especialista del IICA.

“La cooperación técnica es como un camino de terracería si vamos solos, pero si es en alianza y con una visión compartida, esa terracería se convierte en una autopista de ocho carriles donde vamos a avanzar más rápido; bajo ese enfoque, con las metodologías que se han generado en el IICA y con un elemento clave que es el enfoque participativo de los habitantes de las comunidades rurales, se debe buscar la integralidad y el fortalecimiento de capacidades”, resalta Ayala Espinosa.

Para el experto, esos esquemas deben abarcar cuatro dimensiones: económico, cultural, tecnológico y ambiental, principalmente al considerar al ecoturismo como actividad económica que ayude a combatir la pobreza, generar riqueza y empleos.

“Para ello necesitamos basarnos en la recuperación, en la preservación y mejora de la naturaleza para poder utilizar esos recursos naturales y otros que no son necesariamente recursos financieros, y que tienen que ver con la participación ordenada, organizada e incluyente de la sociedad.. Y algo muy importante, la concientización de los distintos actores que hay en los territorios y su identidad, rentabilidad y autosostenibilidad”, puntualiza.

En ese sentido, existe una modalidad que Ayala Espinosa llama agroecoturismo, en la que entran actividades como rutas del café, del tequila, del vino y gastronómicas. “Aquí lo que buscamos es desarrollar en los pequeños productores las capacidades a mayor escala, mediante el desarrollo de marcas colectivas, sellos de calidad y el comercio justo, aprovechando sus recursos de manera productiva; es ahí donde entran enfoques de valor agregado en beneficio de los agricultores”.

TURISMO EN ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS
México cuenta con 203 áreas naturales protegidas, la mayoría de ellas son marinas, con 69 millones de hectáreas, y solamente 22 áreas terrestres; además de 552 áreas destinadas voluntariamente a la conservación, con 1.2 millones de hectáreas.

A través de la Conanp, las comunidades pueden acceder al Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible (PROCODES), un instrumento de política pública para promover la conservación de los ecosistemas y su biodiversidad en regiones prioritarias.

“La mayoría de actividades ecoturísticas que apoyamos vienen dentro del PROCODES, pues es un programa que está sujeto a reglas de cooperación”, precisa Yadira Gómez Hernández.

La directiva de la Conanp explica que los recursos del programa pueden destinarse a capacitaciones y certificaciones como guía de turistas, realizar infraestructura turística, equipamiento para la observación y uniformes, entre otros insumos. “Es variado, pero todo viene perfectamente descrito con montos, mínimos y máximos, en nuestras convocatorias”.

“Es muy importante que las comunidades vivan dentro del área natural protegida o alrededores. No es para cualquier comunidad, precisamente para asegurarnos que ellos tienen ese beneficio de estar dentro de las áreas naturales protegidas, y también aplica para las tareas comunitarias destinadas a la conservación”, precisa Gómez Hernández.

La especialista recuerda que los principales destinos turísticos de México son de sol y playa, y la mayoría son áreas naturales protegidas. “Cancún e Isla Mujeres son áreas naturales protegidas, así como Cozumel, Los Cabos y Huatulco, pero la gente no lo sabe. Por ejemplo, La Marquesa también es un área natural protegida. Entonces, lo que falta no es que las autoridades sepan qué pueden hacer o aprobar, sino que uno como consumidor o turista lo sepa. Es una cuestión de corresponsabilidad entre todos los sectores, y nosotros como turistas conocer qué es lo que vamos a consumir”.

Para que los turistas nacionales y extranjeros conozcan qué áreas naturales protegidas existen en el país con vocación turística, la Conanp cuenta con un sitio web (https://descubreanp.conanp.gob.mx) donde pueden conocer la oferta turística por estado en dichas áreas.

Al respecto, Marco Antonio Espinosa refiere que “es fundamental asegurar un modelo de turismo sostenible en armonía con la naturaleza, con una visión integral de manejo del territorio, que esté adaptado al cambio climático, a fin de facilitar la generación de empleos e ingresos, bajo un enfoque que integre elementos naturales y culturales, que incentive a los turistas a ser promotores de la conservación”.