Expediente Abierto

►Infraestructura Azul

Protección de la biodiversidad para el futuro de las urbes

 

 

Cuidar los ecosistemas naturales que proveen de recursos como el agua a las zonas metropolitanas podría realizarse con una mejor planeación de infraestructura azul mediante el aprovechamiento de la información científica disponible

 

►Por Isaías Ocampo
FOTOS: CORTESÍA DE DANIEL ÁVILA AKERBERG

Con el crecimiento de las zonas urbanas los territorios pierden diversos beneficios ambientales. Esta aseveración no es gratuita, pues es notable el aumento de la demanda de agua y la escasez que se presenta cada vez con mayor intensidad, cuya situación podría ser catastrófica en tan solo cinco años, ya que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que, para 2028, la Ciudad de México podría llegar al día cero de agua, es decir, el suministro libre del líquido terminaría para comenzar a ser racionado.

La problemática se hace más notoria en las distintas zonas del país con mayor población, especialmente en la región centro del país, donde la mancha urbana va restando espacios verdes que proveen, además de reservas de agua que aprovechan las ciudades, aire limpio y espacios donde las personas pueden sentirse más tranquilas.

“Mucho de esto obedece a una mala planeación, pues existen regiones donde, a pesar de tener una alta densidad poblacional, se han respetado los territorios verdes gracias a una buena planeación, al buen manejo de la energía y los desechos; es el caso de algunos países de Europa, Estados Unidos y algunas regiones de Asia”, comenta en entrevista para Alcaldes de México el doctor en recursos naturales, Víctor Daniel Ávila Akerberg.

El especialista en biodiversidad y servicios ecosistémicos considera que es necesario hacer un esfuerzo para que toda la infraestructura urbana y periurbana sea de calidad y realmente cumpla con la función con la que fue concebida, pero, sobre todo, que funcione a largo plazo, más allá de los tres o seis años que dura una administración de gobierno local en México.

Por su parte, la bióloga Stephanie Paola Espinosa García, Subcoordinadora de Especies Prioritarias de la Dirección General de Análisis y Prioridades en la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), considera que los gobiernos locales pueden incidir en la restauración de los ecosistemas naturales “siempre y cuando se planifique o se tenga considerado el contexto integral del territorio”.

De no planificarse bien la instalación de infraestructura o el crecimiento urbano, puede haber diversas afectaciones a la biodiversidad según el contexto, pero, generalmente, llega a haber fragmentación de los ecosistemas. “A medida que crecen las ciudades se pierde la conectividad que existía entre especies, esto puede generar o disminuir las capacidades de respuesta, por ejemplo, ante alguna perturbación o fenómenos hidrometeorológicos extremos”, detalla en entrevista la funcionaria de la Conabio.

FOTO: CORTESÍA DE DANIEL ÁVILA AKERBERG

El agua es el pilar de la biodiversidad y entre mejor se aprovechen los recursos, se garantizará que estén disponibles para generaciones futuras

LA IMPORTANCIA DE LA INFRAESTRUCTURA AZUL
Entre los principales beneficios del desarrollo de infraestructura azul, se encuentra la reincorporación del agua a las fuentes naturales, así como la facilitación de recarga de los mantos acuíferos, indispensables como fuentes futuras de agua, que también permiten el uso adecuado del agua residual o tratada. “Todo está ligado a cómo estamos utilizando el agua en el presente para asegurar su uso a futuras generaciones”, explica la maestra Stephanie Espinosa.

La clave de estos sistemas, refiere la especialista, es que permiten recuperar el medioambiente físico, en especial porque el agua es el pilar de la biodiversidad y entre mejor se aprovechen los recursos, se garantizará que estén disponibles para generaciones futuras, y con ello cubrir uno de los principios del desarrollo sostenible.

Pensar que los problemas del agua se resolverán con soluciones ingenieriles que abastezcan del recurso al traerlo de otras fuentes o cuencas lejanas es no darse cuenta de la importancia de ese líquido para la vida del ser humano y las especies de flora y fauna que cohabitan con éste, considera Daniel Ávila.

“Nos falta tener al agua como un eje base y fundamental que se relaciona con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con la salud y con ciudades sustentables; hay que asumir la responsabilidad que se tiene a partir de la generación de instrumentos de gestión para su buen manejo y que siga llegando a toda la población”, puntualiza.

Para el experto, el desarrollo de infraestructura azul no tiene que ver necesariamente con grandes obras de ingeniería, demasiado costosas para construir y operar, o pensar en la construcción de megaplantas de tratamiento residuales, sino que mucho se puede resolver con pequeñas ecotecnias desde los hogares, que promuevan el ahorro de agua, y con educación ambiental.

UN BOSQUE DE AGUA
En México existen territorios que podrían considerarse como infraestructuras naturales, no solo azules, sino también verdes o de diversos colores, porque la biodiversidad en ellos es amplia y además sostienen a culturas milenarias con un gran conocimiento tradicional de los recursos naturales.

Es el caso del llamado Bosque de Agua, un territorio de alrededor de 250 mil hectáreas de fragmentos de bosques y pastizales que filtran las aguas subterráneas de las que dependen más de 22 millones de personas que habitan en el Estado de México, la Ciudad de México y Morelos, explica el doctor Ávila Akerberg.

“Esta región es la responsable de satisfacer a 70 por ciento del agua que se requiere en la Ciudad de México, 90 por ciento que necesita Cuernavaca y 60 por ciento del agua de Toluca, y a pesar de que en dicha zona existen diferentes áreas naturales protegidas, esto no ha sido suficiente para detener el crecimiento de la mancha urbana”, detalla el experto en recursos naturales.

Se trata de una zona que debería ser considerada como de seguridad nacional, opina el entrevistado, debido a todos los beneficios ambientales que brinda, no solamente por el agua, sino también por un ecosistema donde habita una de cada 10 especies de flora y fauna que existen en México. “Es un territorio fundamental para la sustentabilidad de la región más poblada del país”.

Por ello, todos los gobiernos que comparten este territorio o similares deben ser conscientes de que comparten sus beneficios, pero también sus problemáticas. “A partir de conocer cómo escurre el agua por las cuencas hidrológicas, debe considerarse la toma de decisiones con un enfoque de escala regional y de paisaje, no quedarse solamente en los terrenos políticos, sino también ir más allá de estas fronteras para colaborar”, considera el académico.

INFORMACIÓN, PIEZA CLAVE
Para conocer mejor la biodiversidad de las diferentes regiones del país y a partir de ello tomar mejores decisiones en el desarrollo de infraestructura para su conservación y aprovechamiento, los gobiernos locales pueden acceder a los recursos disponibles en forma gratuita que pone a disposición la Conabio, refiere la maestra Stephanie Espinosa.

Entre los recursos disponibles en el sitio web de la dependencia, se encuentran listas de territorios, así como especies exóticas, amenazadas o en peligro de extinción. También cuenta con plataformas interactivas para conocer diferentes indicadores, como los relacionados con el cambio climático, fenómenos hidrometeorológicos extremos y monitoreo del movimiento de mareas y temperatura de los océanos.

“Existen muchos recursos que pueden ayudar de manera especial porque la información es una de las herramientas más importantes para la toma de decisiones, teniendo en cuenta la parte ambiental y la incorporación intercultural para diseñar una infraestructura estratégica y resiliente; el apoyo interinstitucional puede ser otra forma de aprovechar los mecanismos para mejorar el desarrollo y la planeación”, considera la bióloga.

“Es momento de hacer un cambio en la forma de planear, de decidir y monitorear, y tenemos la información y capacidades para empezar esta nueva etapa”, concluye.

 

Víctor Daniel Ávila Akerberg.

FOTO: CORTESÍA DE DANIEL ÁVILA AKERBERG

 

 

Stephanie Paola Espinosa García.

FOTO: CORTESÍA DE LA SUBDIRECCIÓN DE GESTIÓN DE INFORMACIÓN Y EVALUACIÓN DE ESPECIES DE LA CONABIO