Expediente Abierto

►Seguridad ♦ Reportaje

Estrategias para la seguridad y la paz en comunidades

 

Construir canales de comunicación con la ciudadanía y fomentar la crianza positiva en el núcleo familiar son factores que ayudan a prevenir el delito y la violencia

 

►Por Martha Palma Montes
FOTO: DREAMSTIME

La prevención social es el conjunto de políticas públicas, programas y acciones orientadas a reducir factores de riesgo que favorezcan la generación de violencia y delincuencia, así como a combatir las distintas causas y factores que la propician.

Autoridades de los tres niveles de gobierno y organismos internacionales implementan diversos programas y estrategias de prevención del delito, mediante una participación ciudadana activa.

De modo que el Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana elaboró el Modelo Municipal de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, cuyo objetivo es establecer los elementos mínimos para homologar la organización y operación de la política de prevención social a nivel municipal, bajo los principios de focalización, corresponsabilidad, integralidad y transversalidad. De esta forma, se busca brindar a los gobiernos municipales una herramienta básica en el diseño, implementación y evaluación de acciones y estrategias en la materia, a fin de reducir los factores de riesgo que favorecen la generación de violencia y delincuencia, además de fortalecer los elementos de protección en las comunidades.

El Modelo tiene cuatro componentes: normatividad y planeación estratégica, coordinación interinstitucional, participación ciudadana y seguimiento, evaluación y rendición de cuentas.

El componente de participación ciudadana considera la creación de Redes Ciudadanas para la Prevención Social, las cuales deben conformarse por más de tres ciudadanos, entre sus atribuciones destacan generar espacios de diálogo con las dependencias y capacitarse para desarrollar mejores prácticas en materia de seguridad y prevención.

FOTO: CORTESÍA DE LA UNODC MÉXICO

CONSTRUYENDO FAMILIAS
Intervenir familias con hijos entre los 8 y 12 años de edad para promover la crianza positiva, el desarrollo integral y prevenir la violencia y el consumo de drogas es el objetivo del programa Construyendo Familias, a cargo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) México, mismo que es replicado en el Estado de México, Chiapas y Querétaro.

El programa tiene una metodología de implementación y evaluación, la primera consiste en sesiones dirigidas específicamente a la niñez de ese rango de edad, por ya tener un cierto nivel reflexivo y de participación, así como a sus cuidadores y familias, y tiene una periodicidad semanal durante un mes; mientras que las evaluaciones son por medio de cuestionarios previamente diseñados para medir el impacto de intervención en las familias.

Chiapas, Querétaro y el Estado de México implementan el programa Construyendo Familias, que promueve la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito

Durante las sesiones, los menores de edad hacen actividades relacionadas a definir, autorregular y normalizar el estrés y cómo lo identifican en distintos entornos, ya sea en la escuela o sus hogares; también aprenden técnicas de relajación como la respiración suave y lenta.

Los infantes conocen la importancia de cumplir con todos sus deberes y responsabilidades en el núcleo familiar, además de agradecer las atenciones que reciben de sus cuidadores. Se habla de valores, cualidades, qué admiran de otras personas y qué les gustaría hacer cuando sean grandes.
De forma paralela, los cuidadores, que pueden ser padres, abuelos, tíos o hermanos, trabajan también con técnicas de respiración, de liberación y autorregulación emocional, que van desde tomar un vaso de agua hasta, en casos extremos, sumergir la cabeza en agua fría.

Las personas aprenden los aspectos de la crianza positiva a través del amor y establecer límites, a fin de que los niños adquieran cualidades deseadas tanto por la familia como por la sociedad.

“Posteriormente, juntamos a todos los miembros de la familia para que reconozcan sus fortalezas, responsabilidades, comprendan el estrés entre unos y otros y las situaciones que lo detonan. Mediante una dinámica, los cuidadores adivinan el nivel de estrés de los menores y viceversa”, refiere Teresa Navarrete, investigadora en Prevención del Delito en la UNODC.

Además de prevenir la violencia o el consumo de drogas, Construyendo Familias también ayuda a identificar casos graves de violencia intrafamiliar o alguna situación donde los niños requieran una atención especializada, subraya.

“Los resultados del programa son una mejor comunicación en el núcleo familiar, trabajo en equipo, resiliencia, autoestima, más demostraciones de afecto, un mayor reconocimiento a los esfuerzos de cada integrante y reducir el comportamiento desafiante de los niños. Nosotros también capacitamos a los funcionarios públicos para que Construyendo Familias sea replicable y sostenible en el tiempo”, indica la especialista.

PROXIMIDAD SOCIAL Y USO DE TECNOLOGÍAS
En Morelos, la participación ciudadana en la prevención del delito inicia con los comités de vigilancia vecinal, los cuales están en comunicación constante con el Centro de Coordinación, Comando, Control, Comunicación y Cómputo (C5) a través de los SeguriChat, vía WhatsApp.

Para integrar estos comités, los ciudadanos reciben cursos de sensibilización en el uso correcto de los chats, a fin de atender las emergencias de forma expedita, además de respetar el reglamento correspondiente.

Los SeguriChat operan las 24 horas y en ellos se comparten ubicaciones en tiempo real e información sobre cualquier anomalía que detecten los usuarios.

Adicionalmente, el estado participa en el programa federal de Red Mujeres Constructoras de Paz (MUCPAZ), sumando 120 redes de mujeres que promueven la sororidad y donde las víctimas de violencia son atendidas por las autoridades en la materia.

“También implementamos puntos seguros en la vía pública, es decir, comercios donde las mujeres pueden resguardarse y prevenir cualquier agresión”, explica Anabel Banda Ruiz, Directora General del Centro Estatal de Prevención Social de la Violencia y Delincuencia con Participación Ciudadana (CES).

Y a lo anterior suma la iniciativa de mujeres conductoras para el servicio de taxi y las pulseras inteligentes con botón de pánico, otorgadas a todas las víctimas con medidas de protección emitidas por la Fiscalía estatal. Una vez activado el botón, la pulsera comparte la ubicación en tiempo real y contiene datos sobre la víctima y el agresor.

“Apoyarnos en herramientas tecnológicas facilita el trabajo operativo y nos hace más eficientes. Gracias al SeguriChat, donde participan 40 mil ciudadanos, recuperamos vehículos robados y suprimimos intentos de secuestro, mientras que con las pulseras acompañamos a cerca de 10 mil mujeres”, refiere la funcionaria.

Por otro lado, personal del CES Morelos realiza Marchas Exploratorias, a fin de detectar situaciones que vulneren la seguridad en las comunidades, como es la falta de elementos policiacos, de alumbrado público o poda de árboles.

De las marchas se desprenden diagnósticos para solventar las solicitudes ciudadanas e intervenir espacios públicos abandonados con la intención de que sean utilizados como sede de talleres de autoempleo, primeros auxilios y fomento de valores.

En atención a estudiantes universitarios, el Centro promueve los corredores seguros en calles y rutas de mayor tránsito, donde hay presencia de patrullas; asimismo, da recomendaciones a los jóvenes respecto a las medidas preventivas y cómo acercarse al personal operativo en caso de emergencia.

“En las universidades realizamos Ferias de Prevención, en coordinación con la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), donde exponemos las atribuciones de cada institución, la intención es fomentar la proximidad social, que los jóvenes conozcan los números de emergencia, hagan buen uso de ellos y eviten ser víctimas de la ciberdelincuencia”, comenta Banda Ruiz.

Salvador Herrera Montes.

 

Teresa Navarrete.

FOTO: CORTESÍA DE LA UNODC MÉXICO

Salvador Herrera Montes.

 

Anabel Banda Ruiz.

FOTO: CORTESÍA DEL CES MORELOS