Expediente Abierto

Acción Social

Vecinos en acción contra la violencia

 

Desde hace un año, los colonos del fraccionamiento Urbivillas del Prado, en Ciudad Juárez, han trabajado para hacer un cambio por la seguridad, una sana convivencia y paz en una de las zonas más conflictivas de la ciudad chihuahuense

 

►Por Eunice Rendón*
FOTO: CORTESÍA DE JULIET FONTANA Y NALLELY GARCÍA SÁNCHEZ/RED VIRAL

Desde hace cerca de un año, en el marco de la Estrategia Nacional para la Prevención de las Adicciones “Juntos por la Paz” y con el apoyo de la Comisión Estatal de Atención a las Adicciones de Chihuahua, comenzó un proyecto de prevención social contra la violencia y de transformación física y social que hoy se conoce como Urbivillas a Todo Color.

El proyecto contó también con la colaboración del programa de Educación a Menores con Maduración Asistida (EMMA), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional, el equipo de futbol los Bravos de Ciudad Juárez, el Instituto Chihuahuense de Educación para los Adultos (ICHEA), la academia de la Policía municipal, estudiantes de servicio social de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), así como diversas dependencias de los tres órdenes de gobierno y actores del sector privado.

Urbivillas a Todo Color se ubica al sur de la ciudad, en una zona reconocida por contar con altos niveles delictivos, violencia de género, adicciones, narcomenudeo, acumulación de basura, y falta de espacios públicos para la convivencia.

Con las vecinas, vecinos y niñez del fraccionamiento de Urbivillas del Prado como actores principales, se pusieron en marcha talleres de arte, deporte, cultura, economía social, mediación del conflicto, salud mental y manejo de las emociones para prevenir las adicciones y la violencia. Además de diversos esfuerzos para el fomento de la participación ciudadana, que abonaron al fortalecimiento de la cohesión social y a la construcción de la paz.

El trabajo más importante para el cambio fue lograr el armado de coaliciones comunitarias formadas por redes de Mujeres Constructoras de Paz y de cuadrillas vecinales, encabezadas por liderazgos naturales y voluntarios del barrio, para que los acuerdos colectivos de transformación, mejora y participación cuenten con una perspectiva local y sean sustentables en el tiempo.

Mary, maestra y habitante del fraccionamiento desde hace 12 años y quien fue elegida por su comunidad para ser presidenta de la coalición vecinal, menciona: “Ya no anda cada quien por su cuenta, ahora somos un equipo y buscamos juntos soluciones a los problemas. Me encanta ver a las niñas y niños involucrados en las pintas, limpieza, siembra y adopción de árboles que embellecen el fraccionamiento”.

Construir la paz significa trabajar en equipo, generar acciones y metas a favor del bien común y de la armonía colectiva. Reconstruir la confianza entre autoridades y ciudadanos, a través de procesos de proximidad.

Lo más visible es el cambio físico, trabajado desde un enfoque de prevención situacional y con perspectiva de género, que invita a la interacción comunitaria y reconoce la importancia de involucrar a las personas en la dignificación del espacio para hacerlo más seguro, al tiempo de generar sentido de pertenencia, identidad y bienestar.

Urbivillas ha transitado de ser un tiradero de neumáticos y desechos, a ser un espacio digno, colorido y dotado de belleza, lo cual se logró gracias al levantamiento de toneladas de basura, retiradas con el apoyo de la junta de aguas de la ciudad, pero, sobre todo, gracias al compromiso y constancia de las brigadas vecinales.

Elvia, vecina de la colonia, quien es encargada del comité de limpias, destaca las acciones de reforestación y limpieza que se han realizado, pero, sobre todo, la convivencia generada entre vecinos.

COLOR A MIL VIVIENDAS
A través del proyecto, se dio color y diseño a cerca de mil viviendas y diversas bardas que rodean el polígono, con murales y un museo callejero armado por las niñas y niños del barrio, con la guía y apoyo de Luz, joven vecina de Torreón que llegó al barrio hace 11 meses para reunirse con su padre, quien trabaja en la maquila. “Lo que más me gustó del proyecto fue convivir con los niños y que aprendieran de mí y me tomaran cariño. También conocí una parte de mí, más sociable; logré expresarme mejor, hablar más con los demás y desarrollar mis habilidades”, señala con orgullo.

Lucero, una niña extrovertida de 9 años, nunca había ido a la escuela y su sueño era hacerlo. Hoy, ella y cerca de 40 niños más de Urbivillas tienen acceso, en su propio fraccionamiento, a servicios educativos, a través del modelo de Educación y Maduración Asistida, que se adapta al contexto y situación de quienes la tienen más difícil.

Para Angélica, Lorenza y Fabián, vecinos que encabezan los talleres deportivos, de la mano del equipo de futbol de Bravos y de los entrenadores voluntarios del programa Noquea la Adicción, “El Pantera” y Humberto, el proyecto les ha cambiado la vida.

Mencionan que ahora se conocen y se sienten unidos y más fuertes. “Es reconfortante ser testigos de que las niñas, niños y jóvenes del barrio tengan actividades deportivas y artísticas en el centro comunitario que juntos hemos gestionado, así como en el parque y la cancha que logramos construir en equipo”, señala Angélica, mientras porta la playera del proyecto.

UNA REALIDAD DISTINTA
Repensar el espacio público para hacerlo más útil, atractivo e incluyente fue clave, así como aprender a ser empático, a pesar de las diferencias, para facilitar la reconciliación y llegar a acuerdos que faciliten la vida en sociedad.

Lo construido en Urbivillas a Todo Color es un ejemplo de que otra realidad es posible. Paula, Olga y el equipo de la cuadrilla conocida como “Las Sirenas”, también comentan que se sienten mejor en el espacio colorido en el que ellas mismas han aportado y trabajado durante varios meses.

La estrategia está respaldada por más de 10 años de trabajo en la ciudad y la experiencia de numerosos proyectos en todo el país, en materia de prevención social de la violencia y el delito, como Todos Somos Juárez; el macromural de Palmitas, Pachuca, y el trabajo con mujeres y juventudes en situación de riesgo en La Laguna, Tepito, Guerrero y Tierra Caliente, en Michoacán, entre otras.

Asimismo, contó con importantes aportaciones de distintos actores, como la Fundación para la Reconciliación y el Perdón, y expertos en materia comunitaria, artística y en prevención de adicciones, como Enrique Gómez, alias “El Mybe”; Marlyn Miranda, Yuri Quintana, Edna Morada y Daniel Martínez.

Tras una visita a la colonia, el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuellar, dijo que el proyecto se replicará en otras zonas de la ciudad, como parte de una visión integral y acciones en las que también participen los vecinos de Urbivillas.

Lo construido en Urbivillas a Todo Color es un granito de arena que demuestra que otra realidad es posible. La experiencia de coordinar esta estrategia fue única, con el apoyo de Javier Corral y de todos quienes participaron en el proyecto.

Fue fundamental la confianza y el empeño de todas las vecinas y vecinos, de los jóvenes, de las niñas y niños, piedra angular del programa, que se sumaron desde el inicio a este proyecto con compromiso y entusiasmo.

*PhD Sciences-Po, París, experta en seguridad y migración y Coordinadora del proyecto Urbivillas a Todo Color.