Expediente Abierto

►Mujeres en los Partidos Políticos

Partidos limitan carrera política de mujeres

 

Es necesario un cambio cultural, de valores, actitudes y conductas políticas para reconocer que las mujeres tienen el derecho y las mismas posibilidades de participación en condiciones de igualdad

 

►Por Martha Palma Montes
FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO

Hoy, existe una reforma constitucional que garantiza la paridad en todos los cargos de toma de decisiones públicas, sin embargo, la paridad sustantiva dentro de los partidos políticos es un gran pendiente, ya que las estructuras de poder internas limitan la participación de las mujeres en igualdad de oportunidades y condiciones.

DETERMINACIONES AL INTERIOR
Dentro de los partidos políticos predomina el sistema patriarcal, donde los hombres controlan el poder y no quieren cederlo a las mujeres, si bien hay paridad numérica en el Congreso de la Unión, los hombres determinan al coordinador de los grupos parlamentarios y, en consecuencia, las juntas de Coordinación Política, Mesa Directiva y presidencias en Comisiones son lideradas por hombres, advierte Martha Tagle Martínez, exdiputada federal por Movimiento Ciudadano (MC).

“Gracias al activismo de mujeres desde afuera, he tenido posibilidades de aspirar a posiciones dentro del partido, pero con trabajo y esfuerzo superiores al de cualquier hombre; somos poco valoradas.”

El reto para el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, con igualdad de oportunidades y condiciones, es trabajar al interior de los partidos y transformarlos, agrega.

“Se requiere una igualdad sustantiva, no limitar la llegada de más mujeres en los espacios de toma de decisiones, eso involucra transformar el poder y es un tema complejo. Las mujeres militantes, ya con empoderamiento y conciencia de género, pueden cambiar las reglas para que realmente tengan las mismas oportunidades y condiciones que los hombres.”

Es necesario un cambio cultural, de valores, actitudes y conductas políticas para reconocer que las mujeres tienen el derecho y las mismas posibilidades de participar en condiciones de igualdad, coincide Dulce María Sauri Riancho, exdiputada federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la LXIV Legislatura.

“Por poner un ejemplo, para las elecciones de 2022, Morena postuló a mujeres en los estados donde hay menos posibilidades de ganar la gubernatura. ¿Por qué en Oaxaca no va una mujer?, ahí vemos las resistencias culturales presentes en todos los partidos.”

Reconocer el trabajo de mujeres militantes y animarlas a que no desistan, porque algunas no están dispuestas a pagar el costo de lo que implica hacer política, que sepan que no están solas al interior del partido y afuera, propone la también feminista Martha Tagle.

Otra barrera a romper es la limitante personal de no atreverse a participar en la política, porque el precio a pagar es alto en inversión de tiempo, trabajo y especialización, sin embargo, es posible combinar la militancia con la vida personal, opina Gina Cruz Blackledge, Senadora por el Partido Acción Nacional (PAN) en la LXV Legislatura.

“Tengo el privilegio de llegar a donde estoy gracias al apoyo de mi familia que me acompaña en mis proyectos políticos, las mujeres siempre pagamos el precio de restarle horas de atención a nuestros seres queridos por el desarrollo profesional, o en busca de mejores ingresos. Pero en la función pública, más que sacrificios hay recompensas por el esfuerzo invertido, porque respondes a la confianza que te otorgó la gente para resolver los problemas que los aquejan.”

Recomienda a las mujeres tener la convicción de cambiar las cosas mediante la participación en cualquier ámbito, no solo en la política.

“Yo fui la primera Senadora del PAN por Baja California, es motivo de orgullo abrir la brecha para que otras mujeres participen, levanten la voz, opinen y decidan sobre el presente y futuro del país.”

PARA ALCANZAR POSICIONES ESTRATÉGICAS
Como delegada de MC en Tlaxcala, Zacatecas y Guerrero, Martha Tagle logró el registro de diputaciones locales, aun bajo situaciones de violencia y amenazas, pero no recibió el mismo reconocimiento que sus compañeros hombres durante las asambleas.

“El partido me dio muchas posibilidades de llegar a diferentes puestos y tener voz pública a base de mi trabajo, dedicación, esfuerzo, compromiso permanente de tiempo completo para las actividades, que no hubiera logrado sin la red de apoyo familiar. Los hombres no se preocupan por temas de cuidados en el hogar cuando se van a campaña o a otros estados.”
Recuerda que construyó desde cero el Consejo de Acuerdos a nivel nacional del partido, y que todas las oportunidades las ha ganado con mucho trabajo.

Un momento trascendental en la carrera política de Dulce María Sauri Riancho fue ocupar la Presidencia Nacional del PRI, durante la campaña electoral del año 2000. Cuando no existían las cuotas de género en las candidaturas, impulsó un número importante de mujeres suplentes en el Senado.

“Mi condición de género fue determinante para que el PRI transitara la derrota electoral de la presidencia de ese año, porque yo no tenía que probar ser muy ‘macha’ para conducir el partido. En cambio, con un hombre, se hubiera propiciado la confrontación interna más que la negociación y construcción de acuerdos”, menciona.

Imelda Castro Castro, Senadora por Morena en la LXV Legislatura, recuerda que su embarazo fue tema de discusión en el Comité Ejecutivo del partido donde militaba hace 24 años, al considerarlo un impedimento para desempeñar un cargo a nivel estatal.

“El tema se resolvió a mi favor por ser un partido de izquierda; he roto estereotipos a lo largo de mi carrera política, ahora entiendo a lo que me enfrenté y pude salir adelante.”

Resalta el pendiente legislativo en el Senado para aprobar la reforma a los artículos 4 y 73 de la Constitución y el proyecto de decreto de la Ley General del Sistema Nacional de Cuidados, que afirma, transformarán profundamente la participación de las mujeres en política, en la vida pública y laboral.

Dicha reforma propone que el Estado garantice el derecho al cuidado digno con base en el principio de corresponsabilidad entre mujeres y hombres, las familias, la comunidad y el mercado, así como la libertad que tienen las personas para decidir si adquieren o no como obligación el cuidar a quien lo requiera, y el derecho para decidir la distribución del tiempo propio acorde con sus necesidades e intereses.

 

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Gina Cruz Blackledge.
FOTO: CORTESÍA OFICINA DE LA SENADORA GINA CRUZ BLACKLEDGE

 

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Imelda Castro.
FOTO: CORTESÍA OFICINA DE LA SENADORA IMELDA CASTRO CASTRO

 

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Martha Tagle Martínez.
FOTO: ARCHIVO ALCALDES DE MÉXICO

 

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Dulce María Sauri Riancho.
FOTO: MARIO JASSO /CUARTOSCURO