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Fondos municipales contra desastres, un nuevo reto

 

 

Ante la desaparición de recursos para atender emergencias naturales, los gobiernos locales deben instrumentar ahorros que les permitan atender estas situaciones sin depender de los recursos federales

 

►Por Martha Palma Montes e Isaías Ocampo
FOTO: CORTESÍA DEL GOBIERNO MUNICIPAL DE GUADALAJARA

En el Presupuesto de Egresos de la Federación de 1996 se incluyó, por primera vez, el Fondo de Desastres Naturales de México (Fonden), pero fue hasta 1999 que entró en operaciones al emitirse sus primeras reglas de operación. Posteriormente, dicho fondo se compuso por dos instrumentos presupuestarios: uno destinado a la reconstrucción y el otro enfocado en la prevención.

En un inicio, el objetivo del Fonden era asegurar la disponibilidad de recursos ante cualquier desastre natural, con lo que se buscaba contar con solvencia financiera para la reconstrucción de infraestructura pública y vivienda de la población vulnerable, sin tener que recurrir a otros presupuestos o programas públicos aprobados.

Ante la insuficiencia presupuestaria del fondo, en 2006 quedó aprobada una nueva Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, con la que se obligaba a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a destinar un porcentaje anual, no menor a 0.4 por ciento, del presupuesto federal al Fonden; sin embargo, en 2020, el Artículo 37 de dicha ley fue reformado y, con ello, se eliminó este requerimiento.

En los Lineamientos de Operación específicos del Fonden, publicados en 2011, se estableció que las dependencias del Gobierno Federal o de las entidades federativas debían mostrar que la magnitud de los daños excedía sus capacidades financieras y presentar una solicitud mediante la cual detallaban las necesidades de reconstrucción y costos estimados, incluyendo la restauración de activos municipales, pues los municipios no recibían el apoyo directo.

Los recursos del Fonden y del Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden) que no eran utilizados al término del año fiscal eran transferidos a los mecanismos financieros, Fideicomiso Preventivo (FIPREDEN) y Fideicomiso Fonden, como reservas a ser utilizadas en años subsecuentes.

EXTINCIÓN DE FIDEICOMISOS
El 6 de noviembre de 2020, el Ejecutivo Federal decretó la extinción de 109 fideicomisos públicos que atendían temas como la salud, deporte, ciencia, tecnología, medioambiente, cultura, cinematografía y protección civil, entre ellos los relacionados con el Fonden.

“Cuando el gobierno necesita recursos, y precisamente para contar con liquidez, busca desaparecer distintos fondos, entre ellos el Fonden, que dejan de ser fideicomisos con una bolsa de recursos disponibles en todo momento para atender emergencias por fenómenos naturales, y pasan a ser una partida presupuestal que, año con año, queda a discreción de lo que apruebe la Cámara de Diputados; si no se ejercen esos recursos, se regresan a la Tesorería de la Federación y no se quedan guardados como antes, cuando existía el fideicomiso”, explica Diego Díaz Pérez, Coordinador de Finanzas Públicas en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

El especialista detalla, en entrevista con Alcaldes de México, que esta situación puede generar incertidumbre para los gobiernos locales, debido a que la bolsa de recursos se reduce al ya no existir el fideicomiso. “El Fonden tenía reglas de operación, probablemente con sus detalles, pero ese era el mecanismo a través del cual los gobiernos locales podían tener una idea de cómo acceder a los recursos; ahora dependerán de la ‘buena voluntad’ que pueda tener la SHCP para disponer de los recursos”.

Por su parte, César Augusto Rivera de Jesús, Investigador en Transición Energética y Medio Ambiente del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), advierte que, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024, los programas destinados a la atención de desastres naturales tienen un presupuesto de 19 mil 295 millones de pesos (mdp), lo que representa una disminución de 4.4 por ciento en términos reales comparado con lo aprobado en 2023, que fue de 20 mil 189 mdp.

Este presupuesto incluye cinco programas: Atención de Emergencias por Amenazas Naturales, el Fopreden, el Programa para el Bienestar de las Personas en Emergencia Social o Natural (PESN), el Programa Nacional de Reconstrucción (PNR) y el Fonden.

“Para este año, si bien habrá recursos que se estima serán de 17 mil 984 mdp para el Fonden, estos van a ser limitados, dado que ya no se tiene el mismo mecanismo que se tenía con los fideicomisos”, detalla el investigador.

MUNICIPIOS EN RIESGO
Al menos mil 428 municipios del país están en riesgo por problemas generados por el cambio climático, según datos del Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), refiere César Rivera.

“Estos municipios tendrían que acercarse a la federación para plantear mecanismos que se asocien a acciones que realmente les ayuden a prevenir y atender las emergencias para que la recuperación sea mucho más rápida”, considera el experto.

Por otra parte, los gobiernos municipales tendrían que sustituir la función que cumplía el Fonden con un fondo municipal de desastres naturales, advierte Diego Díaz.

“Ese sería un tema crucial, entendiendo las dificultades financieras que enfrentan muchos municipios, pero al final es una inversión que permite reducir la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales que son más frecuentes ante el cambio climático”, señala el especialista.

GESTIÓN DE RIESGOS CON RECURSOS PROPIOS
En Guadalajara y Zapopan, la gestión de riesgos es una tarea compartida, gracias a la Coordinación Intermunicipal de Protección Civil y Bomberos para dichas ciudades, con alrededor de 900 personas en total, entre las instituciones de ambos municipios; con nueve estaciones y cinco subestaciones; y un parque vehicular de 300 unidades, entre camiones escalera, motobombas, ambulancias y unidades de rescate, entre otras.

“Uno de los propósitos de la Coordinación Intermunicipal es poder hacer compras que nos permitan acceder a mejores precios y a mejor tecnología, y también que se vaya complementando, por ejemplo, que lo que ya tenemos en Guadalajara pueda servirle a Zapopan y así ya no se invierte en lo mismo, sino que se utiliza en algo más”, explica el comandante Sergio Ramírez López, Coordinador Intermunicipal de Protección Civil y Bomberos.

El funcionario asegura que, además, se trabaja de manera coordinada con otros municipios que solicitan apoyo. “Nosotros salimos sin mayor problema cuando nos lo solicitan, no solamente en el área metropolitana, sino también en el estado, e inclusive en el país y el extranjero, gracias a que tenemos esa capacidad para hacerlo en estructura, recursos humanos y presupuesto”.

“Los sistemas de trenes de pasajeros siempre son buenos desde el punto de vista de la sostenibilidad y el ordenamiento urbano, sin embargo, requieren de consideraciones financieras, técnicas y legales para hacerlos rentables”, opina Alfredo Nolasco.

Explica que, si bien los proyectos de rutas de transporte en camión o Metrobús arrancan rápidamente, su costo de operación es mayor a lo largo del tiempo, en comparación con un ferrocarril o tranvía.

En ese sentido, recomienda a los presidentes municipales considerar en los planes de desarrollo a largo plazo las ventajas de las diferentes modalidades de trenes de pasajeros.

“Tenemos casos exitosos como el Tren Suburbano Buenavista-Cuautitlán y su eventual extensión al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el cual es rentable por la cantidad de usuarios que se desplazan hacia sus centros de trabajo en la Ciudad de México. En Mérida podría funcionar perfectamente un tren ligero porque ya existen los ramales y eso le daría un impulso interesante a la ciudad”, concluye.

 

Diego Díaz Pérez.

FOTO: CORTESÍA DEL IMCO

 

 

 

 

César Augusto Rivera de Jesús.

FOTO: CORTESÍA DEL CIEP

 

 

 

 

Sergio Ramírez López.

FOTO: CORTESÍA DEL GOBIERNO MUNICIPAL DE GUADALAJARA