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Presupuestos locales, ¿cómo planearlos?

 

Un buen control del gasto corriente, proyectar de manera realista los montos de recaudación y de participaciones federales e identificar las afectaciones que una coyuntura como la actual pandemia puede generar, son aspectos que no deben obviarse al planear un presupuesto

 

►Por Luis Alberto Hernández
FOTO: DREAMSTIME

Uno de los desafíos a los que se enfrentan los gobiernos locales es gestionar presupuestos limitados. ¿Qué criterios se deben atender para planear de manera eficaz un ejercicio presupuestal? A decir de Raquel Ramírez Ortiz, Directora de Planeación Presupuestal de Monterrey, Nuevo León, la clave es información de calidad. “Lo más importante es tener la capacidad de generar datos precisos y veraces acerca del comportamiento de los ingresos y un conocimiento real de cómo se pretende generar el egreso”, asegura.

Apunta que, si bien es cierto que los presupuestos se realizan con fundamento en un contexto económico determinado y, por lo tanto, sujeto a contingencias de toda índole, también es verdad que tener una programación establecida permite tomar mejores decisiones. A la par de ello, es necesario tener la sensibilidad para ajustar el presupuesto en función de las condiciones sociales y económicas del municipio.

Una forma innovadora para planear el presupuesto municipal, señala la funcionaria, es hacerlo con base en resultados, para lo cual es necesario desarrollar la capacidad de tener monitoreado y evaluado el ejercicio del presupuesto y entender la forma en la que se puede ajustar y mejorar.

“Hablar de innovación significa buscar mejores procesos para dar seguimiento y optimizar el uso del presupuesto, ahí es donde cada una de las áreas encargadas de elaborarlo deben generar herramientas que les permitan ser capaces de visualizar de forma inmediata cómo se ejerce el dinero”, por lo que aplicar medidas de prevención es fundamental.

Ramírez Ortiz refiere que la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios obliga a los entes públicos a tener un balance presupuestario sostenible. Por ello, reitera la importancia de tener información de calidad para prever y subsanar los desequilibrios presupuestales que se puedan generar como producto de una caída en la proyección de ingresos. La clave es sencilla: contener el gasto.

En esto coincide Ignacio García de Presno, Socio Líder de Asesoría en Infraestructura de KPMG en México, quien comenta que, para planear un ejercicio presupuestal, se requiere un buen control del gasto corriente y el desarrollo de obras públicas e infraestructura a través del gasto de capital como medida contracíclica, que fomente la actividad económica en el municipio. “No se puede negar la existencia de gastos irreductibles en la mayoría de los municipios; para preservarlos, se deberán reorientar otros gastos no esenciales”.

EN LA PANDEMIA
Carolina Toro Morales, maestra en Política y Gestión Pública por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), quien se desempeñó como Subsecretaria de Planeación y Evaluación del Gobierno de Jalisco, sostiene que la manera de hacer un presupuesto, durante y después de una crisis como la actual, no puede ser igual a la que se realiza en tiempos “normales”. Las afectaciones a la economía, al bienestar de la ciudadanía e incluso a las finanzas públicas, asegura, exigen mayor rigurosidad al momento de la definición de las prioridades de inversión y de plantear ajustes significativos a las áreas de la administración municipal.

Afirma que el principal criterio para la planeación presupuestal de 2021 debe ser la identificación de las afectaciones, producto de la crisis originada por la pandemia de Covid-19, especialmente aquellas que pueden ser remediadas a través de la inversión de recursos públicos municipales.


 Ignacio García de Presno.

FOTO: CORTESÍA DE KPMG

“En este sentido, los gobiernos locales pueden, a través del ejercicio presupuestal tener un papel más activo en la gestión de la recuperación económica y social; realizar inversión estratégica que permita a los habitantes de sus territorios un retorno a la “nueva normalidad” con prácticas que no pongan en riesgo la salud de las personas; fortalecer la red de protección para los grupos sociales más afectados por la crisis económica o vulnerables en términos de contagio, e impulsar acciones que corrijan las prácticas sociales y económicas que han aumentado la vulnerabilidad y desigualdad para afrontar con resiliencia esta pandemia.”

Un ejemplo de ello, afirma, es la inversión en red de Internet para garantizar el acceso equitativo y gratuito a estudiantes y maestros para la continuidad del ciclo escolar, o la adecuación de vialidades para favorecer otras formas de movilidad mientras el transporte público represente un foco de contagio para los usuarios; así como la instalación de puntos para el lavado de manos en diferentes espacios municipales que contribuyan a buenos hábitos de higiene; entre otras acciones.

En Monterrey, refiere Raquel Ramírez, «se diseñó el programa Plan Contingencia Covid-19 Monterrey 2020, que ha permitido hacer frente a las necesidades que esta situación nos ha requerido; se ha puesto énfasis en la protección sanitaria de los ciudadanos y el respaldo económico a la población a través de empleos temporales, y a las microempresas regiomontanas, a través de programas de apoyo directo al salario. Para dar cobertura a dichas acciones se ha redireccionado presupuesto que se tenía previsto para otros programas que, dada esta contingencia, no se están llevando a cabo o se han visto disminuidos a un mínimo de operación, de tal manera que se buscó la manera de hacer más óptimo el presupuesto”.

Ignacio García de Presno agrega que en el actual contexto de la pandemia, el cuidado de la recaudación es clave. “Probablemente algunos impuestos de libre disposición podrán verse afectados por la desaceleración económica. Hacer una proyección realista de la recaudación propia y de las participaciones federales es otro elemento fundamental de la planeación”.

En caso de recurrir a la deuda, explica el especialista, ésta deberá destinarse a los gastos de capital que coadyuven con la actividad económica del municipio, siempre mirando a la capacidad de pago proyectada. En este sentido, hay que evaluar la posibilidad de refinanciar pasivos existentes para obtener un mayor plazo y menor tasa con el fin de liberar liquidez del municipio.

ESTRATEGIAS DE APOYO
El socio de KPMG recomienda que, en estos tiempos de desaceleración económica, se contenga el gasto corriente, particularmente el destinado a servicios personales y otros similares. Asimismo, evitar gastos no esenciales y tratar de fortalecer la recaudación de impuestos de libre disposición, sin olvidar que puede haber contribuyentes con problemas de liquidez, con los que se debería establecer convenios para acordar mecanismos de pago.

También favorecer lo más posible los gastos de capital en obra pública e infraestructura como incentivo de la actividad económica del municipio.

“Para este fin, los municipios cuentan con herramientas adicionales como las asociaciones público privadas (APP) para el desarrollo de infraestructura y prestación de servicios públicos. El financiamiento bancario es también una buena herramienta, siempre que se dirija a gastos de capital y no al gasto corriente”, puntualiza.

PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS
Antonio Cáñez, Coordinador de Investigación en el Consorcio de Investigación y Diálogo sobre Gobierno Local (Cidiglo), explica que el primer criterio para diseñar un presupuesto participativo es asegurar un monto. Aunque parezca sencillo, el catedrático destaca que en ocasiones, primero se hacen promesas y después se busca el presupuesto, que no llega a ser suficiente para cubrir las necesidades de la población. Después, se debe asegurar que la mayoría de los ciudadanos participen, ya que es esencial para que los presupuestos participativos tengan continuidad.

En tercer lugar, se requiere discutir los problemas y las necesidades de la gente: garantizar la discusión para comprender intereses comunes. Luego de ello, se hace la definición de alternativas, las cuales deben surgir de la ciudadanía. Una vez planteadas las alternativas, comenta, viene la votación “que debe ser clara y transparente, para que la población crea en el instrumento del presupuesto participativo”.

También hay que mantener a la ciudadanía implicada en la construcción de las obras o prestación de los servicios que hayan ganado la votación, con el fin de aumentar la calidad de la intervención gubernamental.

Para finalizar, Antonio Cáñez comenta que, en materia de innovación, las administraciones locales deben ver más allá de su trienio, ya que la continuidad equivale a proyectos de largo plazo. También, recomienda que se acerquen a la academia para buscar soluciones que se ponen por encima de los partidos políticos.