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Usar vocación local para atraer IED

Las estrategias de los estados para atraer inversiones de otros países deben estar basadas en la vocación productiva de cada región y en el aprovechamiento de las cadenas de valor establecidas

Por Alejandro Durán
FOTOS: DREAMSTIME

La Ciudad de México, Nuevo León, el Estado de México, Chihuahua y Jalisco captaron 51.4 por ciento de los más de 578 mil millones de dólares (mdd) que ingresaron al país por concepto de inversión extranjera directa (IED) de 1999 a 2019, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE). 

De esta manera, es evidente la grave disparidad que enfrenta el país en materia de inversión extranjera, pues, así como esas cinco entidades concentran más de la mitad de los capitales foráneos que ingresan a México, nueve estados no reciben ni siquiera el uno, por ciento cada uno del monto total. 

Por lo anterior, es claro que los gobiernos locales, especialmente de aquellas entidades que reportan montos marginales de IED, deben implementar medidas para fortalecer el interés de las empresas extranjeras en hacer negocios en esas regiones .“El muro de lamentaciones de todo lo que no se haga a nivel federal no es suficiente; hay un ámbito local muy significativo en donde las respectivas instituciones pueden hacer una diferencia significativa», considera Enrique Dussel, doctor en Economía y especialista en materia de inversión y comercio internacional de la UNAM. 

PANORAMA COMPLEJO

A inicios del presente año, el consenso de los analistas apuntaba a que la economía mexicana podría alcanzar un crecimiento cercano al uno por ciento para el cierre de este 2020, tras la caída de 0.1 por ciento que se reportó en 2019.

Sin embargo, ante el surgimiento de retos globales por la emergencia sanitaria por el COVID – 19 y la caída de los precios internacionales del petróleo, los pronósticos coinciden en otra contracción del producto interno bruto (PIB), para este año, llegando incluso a una caída de entre 9 y 10.5 por ciento, según estimaciones de analistas de instituciones financieras como Citibanamex, al cierre de esta edición.. Ante dicho panorama, la atracción de inversiones se erige como uno de los principales retos para impulsar la actividad económica y el empleo.

José Luis de la Cruz, Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), considera que la estrategia que desarrollen los gobiernos locales para atraer inversiones debe estar centrada en impulsar la vocación productiva de cada región, es decir, aprovechar las  fortalezas ambientales y las cadenas de valor ya establecidas.

De esta manera, el especialista ejemplifica el potencial en materia de producción de alimentos que tienen regiones como el sur y sureste del país, con el objetivo de transitar de una economía básica a una de perfil agroindustrial e inyectarle valor agregado a sus productos, lo que se traduce, a su vez, en empleos mejor remunerados.

Otro caso, destaca el también asesor de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), es la zona del Bajío, conformado por los estados de Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí, en donde sectores con alto nivel agregado, como el automotriz y el aeroespacial, están tomando jerarquía, por lo que, considera, es necesario apoyar a las pequeñas empresas de la región para vincularlas como proveedores de las grandes armadoras de autos y, con ello, puedan incursionar, en los mercados internacionales.

Sobre dicha región, De la Cruz afirmó que el Bajío también es un ejemplo de la conformación de regiones que deben impulsar los estados del país, con el objetivo de entablar alianzas y competir, en bloque, a nivel internacional en la lucha por atraer inversiones. “En esa dirección tienen que ir los esfuerzos, porque al final del día, la competencia por las inversiones es frente a países como China, India, Vietnam o Malasia, que son muy atractivos y con una alta integración con los países de alrededor”, explica el director el IDIC.

SIN RECETAS MÁGICAS

Enrique Dussel Peters, doctor en Economía por la Universidad de Notre Dame, apunta que, dentro de la estrategia para impulsar las vocaciones de cada región, es irreemplazable la aplicación de un diagnóstico para identificar las fortalezas y debilidades de la zona, bajo la realidad de que no existen recetas o remedios generales, pues cada entidad tiene sus propios retos y potencialidades.

Al respecto, el también asesor de negocios internacionales considera oportuno que tanto los gobiernos estatales como municipales respeten su vocación y no pretendan ilusoriamente apostarle a sectores “exóticos” como el de alta tecnología y echen por la borda las grandes fortalezas, como pudieran ser sectores como el de alimentos.

“Se vale soñar; todos quisieran tener a Intel en su respectivo territorio, pero hoy por hoy, a partir de los segmentos y productos específicos de los que parto hoy, mañana puedo apuntalar un proceso de escalamiento, pero si hoy no cuento con electricidad entonces difícilmente va a venir Intel, por ejemplo”, afirma.

En este sentido, considera irrefutable que los gobiernos locales no menosprecien ni minimicen a ninguna cadena de valor, pues, así como el sector de aeronáutica tiene un gran potencial, lo mismo ocurre con el de alimentos, sector que siempre será vital para la vida humana.

“No hay cadenas de segmentos globales buenos ni malos; hay unos segmentos que generan más empleos, otros más intensos en capital, otros más exportadores, otros más orientados hacia el mercado doméstico, pero es fundamental un diagnóstico transparente y autocrítico, porque si nos inventamos cadenas globales de valor que no existen, partiremos de un diagnóstico equivocado, entonces cualquier medida a nivel local sería irrelevante ”, finaliza.