Expediente Abierto

►Reestructuración Administrativa ♦ Opinión

México requiere de municipios más eficientes para enfrentar los grandes desafíos públicos de nuestro siglo, como la pobreza, la falta de acceso a servicios públicos de calidad, infraestructura básica, etcétera.

Desde esta óptica, los gobiernos municipales del siglo XXI deben cumplir con los siguientes elementos básicos, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE):

  • Eficacia y eficiencia: el gobierno como generador de políticas públicas debe incluir servicios de calidad, al mejor costo, garantizando que estos cumplan con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la gente.
  • Capacidad de respuesta: los gobiernos deben tener ya la capacidad de adaptarse a los cambios tan radicalmente agresivos que está sufriendo el mundo moderno, por lo que deben considerar el uso de nuevas tecnologías para brindar una atención más rápida y oportuna a la gente.
  • Transparencia: uno de los más grandes problemas en los municipios es la falta de transparencia del destino de los recursos públicos.
  • Rendición de cuentas: iniciar una administración municipal implica lograr objetivos y demostrar a la ciudadanía que esos objetivos en realidad se están cumpliendo.
  • Visión prospectiva: el gobierno busca evidencia en la toma de decisiones públicas para definir el futuro de sus habitantes, tomando en cuenta los costos futuros y los cambios previstos.
  • Estado de derecho: el gobierno es el principal actor que respeta las leyes y las ejecuta en beneficio de la gente.
  • Gobernanza colaborativa: el empoderamiento de la sociedad y la participación del sector privado harán del gobierno un gestor de intervenciones efectivas en el espacio público.

Una gestión municipal eficaz es aquella que cumple con los objetivos planeados y es eficiente, y que genera estos resultados al menor costo posible, usando el mínimo de presupuesto público ofrecido por los contribuyentes.

Esta gestión debe trabajar sobre un marco regulatorio dinámico. Reglas que ofrezcan incentivos a los servidores públicos municipales que trabajen por resultados, y también debe castigar a quienes no lo hagan fuera de aquellos compromisos políticos que perduran a nivel local. Porque el gobierno tiene la capacidad de actuar en consecuencia de actos indebidos, pero igualmente es responsable de aquellos actos que, pudiendo hacerlos, no los realiza.

Por otro lado, mantener una excesiva normatividad puede generar el impacto contrario, al burocratizar y limitar su capacidad de respuesta; las normas, las funciones y el personal que duplica funciones inhiben las actitudes proactivas y creativas de los servidores públicos, y se convierten en presas sistemáticas de la inoperatividad municipal.

Otro de los grandes retos es la planeación, la cual contribuye a tener municipios más transparentes, así como a establecer una ruta clara para orientar los esfuerzos de los servidores públicos hacia objetivos claros y cuantificables.

Finalmente, una buena gobernanza requiere de una visión de futuro, porque los gobiernos son temporales, pero la gente no, por lo que las nuevas gestiones efectivas deben tener una visión a corto y largo plazo, de ahí que los gobiernos locales estén adaptando también sus políticas a un enfoque global, como lo es la Agenda 2030, para un desarrollo sostenible.

Esta nueva visión debe imperar ahora que vamos a renovar a nuestras autoridades municipales, con soluciones que estén centradas en las necesidades de la gente y no en los proyectos de los políticos; recuperar la confianza de la gente es un trabajo corresponsable entre sociedad y gobierno, por eso los ciudadanos deben pensar bien quién es la mejor opción para representarlos y llevar una gestión más efectiva.

*Maestro por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, con estudios en Política Pública por McCourt School of Public Policy, Director Ejecutivo de Gobernar Consultores.