Expediente Abierto

►Sostenibilidad ♦ Reportaje

Tendencias en gestión de RSU

 

Ciencia, tecnología y conocimiento son la base de las innovaciones en materia de recolección y procesamiento de residuos sólidos en las ciudades

 

►Por Ana Paula Hernández Alday
FOTO: DREAMSTIME

Los municipios en México tienen la responsabilidad del manejo integral de residuos sólidos urbanos (RSU), que consiste en la recolección, traslado, tratamiento y disposición final, como lo marca la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos publicada en 2003. Desde entonces y a la fecha, en el país hay un avance considerable en la materia, pero no tan veloz como el cambio climático o el deterioro ambiental.

El manejo adecuado de residuos tendrá progresivamente requerimientos mayores, por parte de los ciudadanos y de la autoridad, para exigir el cumplimiento de las leyes ambientales y acuerdos internacionales. “Ningún esfuerzo es pequeño, pero hay que buscar caminos para hacer realidad alianzas y recursos a nivel municipal, estatal y federal”, dice Natalia Lever, Directora Regional de Climate Reality Project para México y Latinoamérica, una organización que busca soluciones globales a la crisis climática.

“A la gestión de recursos hay que sumar el componente tecnológico, que es lo que nos va ayudar a manejar los residuos”, dice Ricardo Orozco, Director de Van Dyk Recycling Solutions para México y Latinoamérica, una empresa global de reciclaje y clasificación de desechos.

El diseño de soluciones a la medida de problemáticas particulares y la reducción en la generación de basura son tendencia en México en materia de RSU, afirma Alejandro Castañón, Gerente General del Veolia, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. “Hay que analizar bien a cada cliente, a cada municipio y a cada lugar, y al mismo tiempo, hay que trabajar desde la administración municipal para concientizar a la ciudadanía de que el manejo de residuos comienza en casa”, afirma el directivo.

 

 PRÁCTICAS INNOVADORAS

Elevar las tasas de recuperación de basura es el punto de partida para el diseño de estrategias para la gestión de RSU. Para tal fin se requiere de una coordinación intermunicipal que permita soluciones escalables a nivel industrial. “Lo de hoy es incrementar la cantidad de residuos recuperables e invertir a nivel estatal y federal en infraestructura con tecnología de separación de alta eficiencia”, dice Orozco, quien menciona como un ejemplo de innovación la planta de polipropileno diseñada por Van Dyk y operada por Grupo CIPA, ubicada en Puebla.

Esta planta funciona por un acuerdo intermunicipal entre los dos municipios más grandes de la entidad, San Andrés y San Pedro Cholula, y otras entidades pequeñas que suman 22 municipios en total. La innovación consiste en su modelo de operación y en su tecnología que permite separar residuos orgánicos, materiales reciclables y extraer otros productos que no pueden reciclarse, pero que pueden tener un tratamiento con sistemas de valorización energética.

En México se generan cada día 102 mil 895 toneladas de residuos, de los cuales, se recolectan 83.9 toneladas. Del total de residuos, solo 9.6 por ciento se recicla. Una de las razones de esta estadística es que entre 15 y 30 por ciento de los municipios no cuenta con rellenos sanitarios, sino con tiraderos de basura a cielo abierto, dice Castañón.

Por esta razón, el relleno cero es una tendencia que consiste en hacer más óptimos los procesos de valorización y recuperación de los residuos para que cada vez se lleve menor cantidad de basura a los rellenos. Debido a la duración de los periodos de las administraciones municipales en México, no es sencillo asumir compromisos de inversión a largo plazo, por lo cual, para industrializar los procesos de manejo de residuos se requiere escalar el tema a nivel estatal y generar acuerdos intermunicipales.

Otra de las innovaciones a nivel global es la inteligencia artificial en los procesos de gestión de RSU. Actualmente, existen dispositivos y centros de monitoreo que captan la información de los contenedores, los camiones de recolección y la identidad de quienes tiran la basura para hacer más eficiente la recolección y medición de los residuos. Esta práctica, además, permite trazar rutas que pueden reducir la emisión de gases al evitar horas pico de tráfico, gracias a la integración de dispositivos inteligentes con interoperabilidad de los datos generados en las plantas de valorización y recuperación.

ECONOMÍA CIRCULAR, LA META

Otra innovación que marcará tendencia en los próximos años es la introducción de sistemas de robótica e inteligencia artificial, así como el incorporar al inicio de la cadena la generación de productos y materiales. “En Holanda se trabaja ya en el diseño de productos con materiales que puedan reincorporarse a la cadena productiva después de cumplir su ciclo, con el fin de recuperar 50 por ciento de los residuos para 2030”, afirma Orozco.

Esta tendencia global es parte del concepto de economía circular, que consiste en transitar del modelo de economía lineal en el que vivimos, en el que producimos, consumimos y desechamos, hacia un modelo donde todo se vuelva a utilizar.

Para hacer realidad el cambio se requiere invertir en diseño, unificación e integración de tecnologías de RSU. En el municipio de Tuxtla, por ejemplo, Veolia tiene activo un programa piloto de contenerización. “La problemática del municipio es que llueve seis meses al año y el agua arrastra la basura a las alcantarillas, generando inundaciones”, explica Castañón.

La solución para el ayuntamiento, después de realizar estudios de clima, lluvia, tipos de calles y costumbres de los ciudadanos para deshacerse de su basura, fue encapsular los residuos en contenedores para evitar la dispersión de la basura y la generación de mosquitos, que pueden provocar enfermedades y convertirse en un problema de salud pública.

Entre otros proyectos, en Tuxtla opera una planta de separación de residuos que administra el ayuntamiento. “Tenemos una capacidad de 15 por ciento de separación, de un total de 500 toneladas de basura que se recolectan diariamente y no llegan al relleno sanitario”, dice Castañón. Otro ejemplo en tendencia es la generación de energía mediante la quema de biogás de residuos orgánicos, como ocurre en el municipio de Querétaro, que genera 1,000 toneladas diarias de basura.

En cuanto a innovación, Castañón destaca los Centros de Información de Recolección (CIR) que operan en Nuevo Laredo, Silao y Guadalupe. Los CIR generan y recolectan información las 24 horas a través de GPS en las unidades para generar rutas más eficientes y con un mejor servicio a la ciudadanía.

Cinco años después de la firma del Acuerdo de París, los esfuerzos globales de disminución de emisiones son insuficientes para alcanzar la meta de los 2 °C. “Los procesos de economía circular podrían reducir en 90 por ciento los desechos industriales y hasta el 99 por ciento de las emisiones de gas de efecto invernadero de estos residuos”, dice Natalia Lever de Climate Reality Project.

Educar sobre estos temas es responsabilidad de cada ayuntamiento, con acciones directas con la ciudadanía en colaboración con los proveedores de servicios, organizaciones de la sociedad civil e iniciativa privada, dice Lever. “Es importante entender que ningún esfuerzo municipal ni ciudadano es pequeño y que todo suma”, concluye.