Expediente Abierto

► Participación Ciudadana ♦ Opinión

Los ciudadanos partícipes surgen como una exigencia de la sociedad para hacer valer su “Derecho a la Ciudad”, donde los gobiernos deben compartir su poder para la toma de decisiones sobre aquellas acciones que impactan en la calidad de vida de sus habitantes. Se busca que las políticas públicas sean más incluyentes y equitativas.

Existen espacios para la participación ciudadana tanto formales como informales. Por ejemplo, entre los espacios creados por gobiernos locales se encuentran los institutos de planeación o IMPLANES, los consejos de desarrollo urbano o los representantes vecinales. La manera en que el gobierno consulta a la ciudadanía usualmente es a través de reuniones públicas, en módulos de consulta en espacios públicos o en consejos. También existen instituciones ciudadanas e independientes del sector público que se dedican a enriquecer la toma de decisiones a través de propuestas innovadoras: observatorios ciudadanos, consejos de desarrollo económico empresariales y organizaciones de sociedad civil, que suelen ser más ágiles, ya sea a través de grupos en redes sociales o plataformas de comunicación.

Aún cuando se han ganado lugares para hacer escuchar la voz de la ciudadanía, la capacidad real para influir de forma equitativa en la toma de decisiones sigue siendo limitada. En algunos espacios el acceso es altamente controlado, ya que se hace mediante invitación, elección o bien, requiere de un alto nivel de especialización. Esto deja fuera a importantes segmentos, tales como a la población de menores ingresos, a quienes no pueden asistir a las reuniones presenciales y a los jóvenes.

Aunado a lo anterior, paradójicamente al haber un creciente involucramiento activo de individuos y grupos, también se ha incrementado la tensión y el conflicto social. Esto se debe a que muchas veces la participación puede darse de forma reaccionaria y no propositiva. Ejemplo de esto es el antagonismo exacerbado que se ha visto en algunas ciudades del país por parte de organizaciones vecinales frente a cualquier proyecto de desarrollo inmobiliario, lo cual ha llevado a que funcionarios públicos y grupos de interés abran aún más espacios de corrupción en el sector y que muchas veces resulten en arreglos extraoficiales o en la cancelación de proyectos que estaban en regla.

Para encauzar la participación ciudadana hacia la equidad y un tono más propositivo, es necesario actuar en dos vertientes. La primera es repensar los espacios actuales para la participación, de tal forma que amplíen su alcance para involucrar a los segmentos de la población que tradicionalmente no son considerados. Una manera de hacerlo es aprovechar las nuevas tecnologías para diseñar espacios participativos digitales.

La segunda vertiente se enfoca en la aplicación de mejores metodologías para mediar y propiciar los acuerdos necesarios entre las partes. El éxito de esto dependerá de lograr un entendimiento mínimo y confianza hacia el otro. Se logrará si los procesos y resultados se llevan con total transparencia.

En suma, la participación ciudadana se ha vuelto un elemento central en la gobernanza de las ciudades. No obstante, para lograr que esta sea más equitativa y efectiva será necesario ampliar su alcance para incluir a los segmentos de la población hasta ahora excluidos, así como canalizar esa energía humana para generar un diálogo propositivo que conduzca a encontrar las soluciones a los problemas de las ciudades.

*Cofundadora de Desarrollador Confiable A.C.