Modelo sostenible óptimo para tratamiento del agua

 

Ante la escasez de lluvias, los humedales artificiales son una solución asequible para tratar aguas residuales, bajo estándares de calidad

 

Por Enrique Antonio Martínez García FOTOS: CORTESÍA DEL AYUNTAMIENTO DE SAN DIEGO DE ALEJANDRÍA En San Diego de Alejandría, Jalisco, no llovió durante julio pasado, cuando en años anteriores este mes representaba el inicio de la temporada de lluvias, por lo que los habitantes del municipio parecen empezar a acostumbrarse a lo impredecible del clima en la región de “Los Altos Norte” del país, que depende del agua para sostener sus dos principales actividades económicas: agricultura y ganadería. Que la lluvia se retrase o sea cada vez más esporádica en la localidad responde a los efectos del cambio climático, un tema que, a pesar de su complejidad, no pasa desapercibido para el Presidente Municipal, José de Jesús Sánchez González. El funcionario se dio a la tarea de emprender acciones de impacto ambiental y de crear una solución alterna a la demanda de agua para uso agrícola y ganadero. El proyecto consiste en reciclar aguas residuales domésticas para que, en un futuro cercano, el municipio no dependa de la temporada de lluvias.

 

 


FOTO: CORTESÍA DEL AYUNTAMIENTO DE SAN DIEGO DE ALEJANDRÍA

José de Jesús Sánchez González

PRESIDENTE MUNICIPAL DE SAN DIEGO DE ALEJANDRÍA, JALISCO
Humedales artificiales El proyecto de agua tratada de San Diego de Alejandría se sustenta en dos humedales artificiales, que son sistemas de ingeniería que aprovechan recursos de la naturaleza para limpiar todo tipo de residuos en el agua. Estos humedales artificiales se construyeron a las afueras de la ciudad, al norte y noroeste de la cabecera municipal, a fin de almacenar agua en grandes cantidades. En su base, los humedales tienen un recubrimiento especial que evita que el vital líquido se filtre al subsuelo. En la base se coloca una mezcla de arena, grava, piedra y otros materiales; finalmente, en la superficie se agregan, por tiempo indefinido, plantas acuáticas que se encargan de limpiar el agua. “Lo que hacemos es sanear el agua a través de un tipo de roca que se asienta en la laguna de oxidación, el proceso incluye orquídeas, tule, carrizo y plantas que ayudan a tratar el agua naturalmente. Finalmente, los rayos UV matan las últimas bacterias que hayan logrado permanecer”, explica el edil. Los humedales están estratégicamente construidos en la parte baja del municipio para que toda el agua residual del drenaje caiga de forma natural por gravedad, sin necesidad de un bombeo con energía eléctrica. En su primera etapa de funcionamiento, los humedales tienen la capacidad de tratar la mitad del agua residual que reciben del drenaje del municipio, y en un futuro podrán hacer el tratamiento al 100 por ciento, con una capacidad de siete litros por segundo, informa Agustín Esparza Villalpando, Director de Obras Públicas. Los dos humedales artificiales ubicados en la cabecera municipal se encuentran en terreno ejidal, con comodato por 15 años, el primero tiene una superficie de ocho mil 585.4 metros cuadrados y el segundo, denominado “Los Pérez”, abarca dos mil 609.1 metros cuadrados. Ambos están compuestos por cuatro módulos: pretratamiento, bordo forrado de geomembrana conectado por tubería sanitaria, postratamiento y almacenamiento. Adicionalmente, el ayuntamiento construyó un vivero en mil 626.56 metros cuadrados de terreno para la producción de 12 mil plantas al año; cuenta con áreas de sombreado para germinación, mantenimiento de planta, mezcla de sustratos y composteo, así como cisterna de 10 mil litros.
Beneficios El agua que sale de los humedales artificiales la reciben productores agrícolas del municipio, quienes la aprovechan en zonas de cultivo de forraje para alimentar al ganado. El alcalde destaca que los agricultores y ganaderos agradecen tener una alternativa natural y sustentable de acceso al agua, en tiempos donde las temporadas de lluvias son irregulares y las sequias prolongadas ponen en riesgo su actividad económica. Por lo anterior, uno de los humedales trata el agua para riego agrícola y ganadero, mientras que el otro se destina al riego de áreas verdes de la ciudad. Por su parte, Agustín Esparza detalla que el tipo de agua tratada que entregan los humedales artificiales no genera mal olor ni riesgo para cultivos o animales, porque cumple con las Normas Oficiales Mexicanas de supervisión y autorización para su aprovechamiento.
  • AMBOS HUMEDALES ARTIFICIALES SUMAN UNA INVERSIÓN DE 5 MDP Y OPERAN CON ENERGÍAS LIMPIAS DE BAJO COSTO
  • LA INICIATIVA PRIVADA APORTÓ RECURSOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LOS HUMEDALES, LOS CUALES ABARCAN UNA SUPERFICIE DE 11,194.5 M² Y TRATAN AGUAS RESIDUALES DOMÉSTICAS

Los humedales artificiales solventan la demanda de agua en agricultura y ganadería, principales actividades del municipio

 
Asimismo, el edil considera que la ciudadanía, sobre todo los jóvenes, pueden involucrarse en los grandes temas relacionados con los efectos del cambio climático y sus impactos directos o subsecuentes en la localidad. Afirma que el medioambiente no puede verse como algo lejano que solo concierne a los países desarrollados o a las grandes empresas que contaminan. “La mayoría de los alcaldes le rehúyen a este tipo de obras porque no traen un impacto social inmediato, es decir, no se ven resultados al corto plazo, sin embargo, nosotros estamos previniéndonos, poniendo nuestro granito de arena en el cuidado medioambiental.” Energía y financiamiento Los humedales artificiales depuran el agua mediante dos mecanismos, primero, filtran el agua retirando toda clase de materia orgánica y residuos sólidos, y posteriormente, el agua pasa al proceso biológico en el que los microorganismos de las plantas acuáticas absorben los nutrientes del líquido, los cuales, en altas concentraciones, contaminan. En el caso de San Diego de Alejandría, la inversión para lograr un óptimo funcionamiento de los humedales fue de 5 millones de pesos (mdp), los cuales aprovechan la energía de lámparas solares instaladas. El proyecto contó con el financiamiento de un grupo empresarial dedicado al tequila, por invitación del alcalde Sánchez González. “Son los productores de tequila Don Julio, busqué el acercamiento con ellos con esta finalidad. Al ser una empresa socialmente responsable, quieren contribuir al cuidado del medioambiente y dar su retribución al municipio”. El edil admite que, al ser una localidad pequeña de siete mil 500 habitantes, era inviable construir una planta de tratamiento de agua convencional, con un valor cercano a los 30 mdp; a esta cifra se sumarían costos por servicio de energía eléctrica para su operación, compra de productos químicos para el tratamiento del agua y pago de mano de obra. “Para el ayuntamiento, una planta de tratamiento era inalcanzable financieramente hablando, por los costos de construcción, mantenimiento y operación, sin embargo, ahora somos punta de lanza para otros municipios que quieran optar por los humedales artificiales en el aprovechamiento del agua.” Aguas residuales contaminaban por no aprovecharse Sin los humedales artificiales, las aguas negras generadas por los ciudadanos de San Diego de Alejandría no tendrían un beneficio de gran impacto, ya que, anteriormente, estas descargas al drenaje se almacenaban en estanques sin recibir ningún tipo de tratamiento. “Estamos contribuyendo a nuestro medioambiente, devolviéndole unas aguas residuales tratadas y beneficiamos a quienes le dan un uso final, cosa que antes no podía ser, porque el agua residual era solo para cultivos no relacionados con la ingesta directa”, explica el edil. Datos de Naciones Unidas muestran que alrededor de 50 por ciento de las aguas residuales domésticas del país son tratadas de forma segura, lo que implica que la otra gran parte del vital líquido se vierte en ríos, lagos y mares, generando contaminación. El gobierno municipal de San Diego de Alejandría quiere revertir esta situación apostando por sistemas naturales de tratamiento de agua, como una forma de pensar en un futuro más amigable con el medioambiente.