Expediente Abierto

► Movilidad ♦ Opinión

Esta es la pregunta del millón para urbanistas, epidemiólogos, sociólogos, académicos, expertos y gobernantes, y también de la población. Porque de las políticas públicas y los lineamientos que surjan de esta discusión, dependerá el diseño de las ciudades post coronavirus.

La pandemia que enfrentamos implica múltiples retos, especialmente en el espacio urbano. La carencia de “Susana Distancia” es el común denominador de las ciudades densas. 

En este espacio nos concentraremos en las estrategias de movilidad y algunos lineamientos para ejecutarlas, porque si de algo podemos estar seguros ante estos tiempos de incertidumbre, es que el transporte público y la movilidad no motorizada serán un eje estratégico de las reactivaciones o, al menos, deberían serlo. Aquí un listado de las mejores prácticas que se han esparcido como pólvora entre especialistas.

1. Desincentivar el uso del automóvil. Ante la aversión al contagio los habitantes de las ciudades optarán por usar sus autos. El problema son los efectos secundarios: congestión, contaminación y muertes por la inseguridad vial.

2. Incrementar la red y la capacidad de ciclovías. Bogotá inició con éxito, París le siguió los pasos, y hoy, el resto de las ciudades en el mundo no se quieren quedar atrás. Habilitar ciclovías en vialidades de alta demanda de transporte, paralelas a un corredor, y con marcados orígenes y destinos será la manera de descongestionar al transporte público, mantener la sana distancia, y por ende contener la curva de contagios. La Ciudad de México, y los municipios de San Pedro Garza García, Zapopan, Puebla, son ejemplos de los pasos que se están dando en el país.

3. Incrementar la capacidad del transporte público. Es necesario hacer una revisión para lograr mejores tarifas que brinden servicios a toda la población, mejores regulaciones y generar subsidios que incentiven la generación de nuevos servicios de transporte. Urgen fondos públicos de apoyos extraordinarios al transporte público, de lo contrario se avecina una crisis sin precedentes para estos sistemas de movilidad. En particular el Programa de Apoyo Federal al Transporte Urbano Masivo de Banobras (Protram), debe fortalecerse, renovarse y ser más efectivo en sus procedimientos. Asimismo, es urgente  incorporar en el proceso institucional sobre los recursos en esta materia, a los empresarios del sector.

4. Uso de plataformas digitales para gestionar los viajes con “sana distancia”. Pagos electrónicos, sin intermediarios, reservación de asientos vía digital, así como la asignación del cupo máximo en cada unidad y el establecimiento de horarios a través de previa agenda para evitar aglomeraciones en las filas, serán medidas fundamentales.

5. Fomentar el teletrabajo. Durante esta pandemia hemos demostrado que estamos listos para este salto cuántico. Según datos de especialistas, hasta  30 por ciento de la población en la economía formal del país está haciendo teletrabajo.

6. Incrementar los centros de logística para la distribución de mercancías. La digitalización del consumo de manera virtual va a requerir espacios aún más grandes para el almacenamiento y la distribución, en el caso de las ciudades mexicanas, es tiempo de construir un buen sistema de logística de carga.

Estas acciones son parte de las que necesitaremos en este regreso a la normalidad. Regeneremos nuestras ciudades y nuestra expectativa de futuro.

*Laura Ballesteros es secretaria global de la Woman in Motion (Wim).

*Karina Licea es especialista en temas de Desarrollo Urbano y Movilidad.