Expediente Abierto

►Cooperación Internacional ♦ Opinión

El presente artículo, además de abonar en la importancia de la ejecución de la política exterior de un Estado, se enfoca en la importancia de encontrar el punto donde surge la complementariedad de la acción de los gobiernos locales, llamados también entes subnacionales, para adaptarse dentro de una dinámica globalizadora que día con día resulta más desafiante, debido a las prioridades, retos y oportunidades que se tienen para establecer canales de comunicación que propicien la oportunidad de hacerse notar desde una perspectiva regional, e insistimos, también internacional, a través de bloques, organismos o grupos de afinidad que trabajan desde diversas trincheras para un fin en específico.

Para ello será necesario definir un concepto necesario para entender el papel de un gobierno local que desea extender su presencia a nivel internacional: la paradiplomacia, que es “la participación de los gobiernos no centrales en las relaciones internacionales a través del establecimiento de contactos ad hoc con entidades privadas o públicas del extranjero, con el fin de promover asuntos socioeconómicos y culturales, así como cualquier otra dimensión externa de sus competencias institucionales” (Cornago, 2005).

Es precisamente cuando se encuentra aquí un área de oportunidad importante para calificar a la paradiplomacia como una herramienta, ya que esta idea reside en encontrar las áreas potenciales de los municipios en la República Mexicana, aun en territorios donde nunca nos hubiéramos imaginado explotar algún tipo de beneficio. Incluso, hay que converger en la postura para poder aplicar un plan de desarrollo municipal apoyado por una perspectiva paradiplomática, el primer paso que se debe seguir es romper los esquemas anteriores para encauzar la acción internacional de manera correcta.

Cabe destacar que la acción paradiplomática en México ha estado presente, sobre todo desde el proceso de democratización que se dio con la alternancia del partido político gobernante en la elección presidencial del año 2000. Si bien, desde 1992, cuando se estableció una reforma dentro de la Constitución Política a la Ley sobre la Celebración Tratados, inició la existencia de algunos destellos de actividad paralela de los municipios en materia de política exterior, autores como Jorge A. Schiavon o Rafael Velázquez Flores (Schiavon, 2009) empiezan a señalar en sus investigaciones de la época que existe un boom tardío sobre el interés de atender de manera descentralizada asuntos económicos o de orden prioritario para las entidades y municipios de la República Mexicana.

La paradiplomacia resulta una herramienta para los gobiernos locales efectiva si se sabe aplicar desde una lógica integradora, es decir, con todos los bemoles que se pueden presentar con respecto al reconocimiento de las áreas de oportunidad y fortalezas de los gobiernos locales en México. En una era donde la globalización llama a que cada actor de la arena internacional esté presente en la repartición de los beneficios para diversas áreas de la administración pública, es necesario que cada región de México adopte una visión global para beneficiar el desarrollo interno.

Esto quiere decir que, a partir de la paradiplomacia, el gobierno local puede encontrar un espacio de concordancia, respaldado por la ley, para generar estrategias específicas que acrecen la visión de quienes gobiernan. Los entes subnacionales actualmente pueden ser calificados como actores no tradicionales de la política exterior, que pueden marcar una diferencia dentro del proceso tan complejo de generar una agenda concordante con los retos del contexto internacional.

*Licenciado en Relaciones Internacionales por el Tecnológico de Monterrey Campus Puebla, maestro en Protocolo, Negociación y Relaciones Internacionales por la Escuela Jacobea de Posgrados de Xalapa, Veracruz.