Reducir costos de operación, modernizarse y contribuir con el cuidado del medio ambiente son los principales incentivos que tienen los municipios del país para desarrollar acciones de eficiencia energética (EE) y ahorro de electricidad.
Pero esa labor no es sencilla. Las administraciones locales enfrentan barreras económicas y técnicas para ejecutar proyectos que les reditúen un menor gasto por consumo de energía en sus inmuebles, en los sistemas de bombeo y drenaje, así como en el alumbrado público, por mencionar los más comunes.
El municipio de Centro, Tabasco, no escapa a esa problemática, por eso en 2007 decidió ejecutar un programa para ahorrar energía y con eso reducir sus costos en la materia, pero también que permitiera disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Este ayuntamiento es una de las 17 regiones municipales que componen el estado de Tabasco. Su nombre obedece a su situación geopolítica, pues se ubica en el centro del estado y alberga a la capital tabasqueña, Villahermosa.
Comisión única
Centro divide su consumo de energía en tres sectores principales: alumbrado público, conducción de agua potable y aguas residuales (es decir, consumo de bombas eléctricas) y uso de electricidad para la operación de los edificios municipales. Los gastos en estos tres sectores representan aproximadamente 30 por ciento de los egresos totales del ayuntamiento.
Odón de Buen, ex director de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conae) —ahora Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee)—, indica que una de las mayores preocupaciones de los gobiernos locales en México es reducir la facturación por consumo de energía, pero no siempre cuentan con personal técnico capacitado para elegir las mejores opciones tecnológicas.
Para resolver esa problemática se han creado 13 comisiones estatales en Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Oaxaca y Puebla. Lo ideal sería que se crearan esas comisiones en todas las entidades del país para promover el ahorro y uso eficiente de la energía y consolidar una nueva cultura en el uso racional de los recursos, considera.
Centro es una de las muchas localidades en el país preocupadas por reducir su facturación por consumo de electricidad y por contribuir con el cuidado del medio ambiente, pero es la única en la república que creó una comisión municipal de ahorro de energía donde colaboran expertos y técnicos dedicados a diagnosticar las áreas de oportunidad en esta materia, y a evaluar la tecnología o acciones necesarias para el desarrollo de los proyectos.
La Comisión de Ahorro de Energía del Municipio de Centro (AEMC), como las comisiones estatales, tiene el objetivo de propiciar la formulación y aplicación de normas que regulen el ahorro y uso eficiente de la energía, en un marco de concertación con los sectores productivos; diseñar estrategias de financiamiento que permitan la realización de proyectos que impliquen el ahorro y uso eficiente de este recurso, así como fomentar la capacitación de recursos humanos en materia de ahorro y uso eficiente de la energía, mediante la investigación y el desarrollo tecnológico.
Gracias a ello, el año pasado ganó el Premio Nacional de Ahorro de Energía que otorga la Secretaría de Energía (Sener) a través de la Conuee.
Al respecto, Odón de Buen expone que los organismos estatales de ese tipo también pueden verificar la continuidad en los programas y fungir como enlace y ente de gestión con instituciones nacionales, como el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), la Conuee, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), así como organizaciones internacionales como el Consejo Internacional para las Iniciativas Ambientales Locales (ICLEI, por sus siglas en inglés) que brindan asesoría, financiamiento y promoción del ahorro.
Sin embargo, destaca que la experiencia de Centro es particularmente buena porque ejecutó un programa integral en el que no sólo sustituyó lámparas que consumían electricidad en exceso y eran obsoletas, sino que también modernizó el sistema de bombeo de agua potable y sustituyó transformadores por equipos más eficientes.
La AEMC diseñó un programa que tuvo como eje central tres acciones: un diagnóstico para la eficiencia electromecánica y el ahorro de la energía en el Sistema de Agua y Saneamiento, la sustitución de luminarias con lámparas de inducción en el alumbrado público y un proyecto piloto de transformadores.
Con esas acciones realizadas durante 2008, y comparando con los consumos de 2007 en los sistemas de agua y saneamiento, así como en el alumbrado público, se alcanzó una reducción de 9.5 millones de kilowatts/ hora, equivalente a una disminución cercana a 13 por ciento en la facturación. Esto representó para el municipio un ahorro de más de 10 millones de pesos (mdp) y se dejaron de emitir 6,641 toneladas de bióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. En general las acciones evitaron que Centro pagara más de 42 millones 363 mil pesos por consumo eléctrico a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La inversión ejercida en dos de las tres acciones prioritarias fue de 108 millones 525 mil 414 pesos, de los cuales 43 millones 525 mil 414 se destinaron al Sistema de Agua y Saneamiento con apoyo del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) y 65 millones se aplicaron para la sustitución de luminarias. El proyecto piloto de transformadores se ejecutó con el apoyo de ICLEI.
El analista de Solana Consultores, Arturo Carranza, menciona que el vínculo del ayuntamiento con el ICLEI asegura que el programa de ahorro de energía que inició en 2007 no sea un acto aislado, sino una iniciativa de largo plazo que ha continuado la administración actual.
Otro municipio que ha puesto la muestra en materia de acciones para reducir el consumo de energía eléctrica es Apodaca, Nuevo León, el cual sustituyó 28 mil lámparas de su alumbrado público por medio de un programa que implicará una inversión de 100 mdp. El ayuntamiento transformó la imagen de las calles y avenidas; generó un ahorro económico de casi 3 mdp al mes, aumentó la seguri-dad y contribuyó con la mejora del ambiente porque consume menos energía.
Con este cambio, el municipio regiomontano disminuyó el consumo de 3 mil kilowatts, equivalentes a 40 por ciento de la energía demandada y la expectativa es que el beneficio aumente, ya que para el cierre de 2011 se instalarán 6 mil luminarias adicionales en fraccionamientos de nueva creación.
De esta forma, Apodaca, que se localiza en la zona metropolitana de Monterrey, se vislumbra como uno de los favoritos para obtener el Premio Nacional de Ahorro de Energía de la Sener para este año.
También energías renovables
Centro es un municipio que ha conducido su política energética en línea con la administración federal, la cual ha sido insistente en su preocupación por una política de impulso a las energías renovables.
No obstante, Arturo Carranza considera que en México: “No producimos ni usamos la energía de una manera sustentable. Nuestras principales fuentes de energía —petróleo, carbón y gas— son recursos finitos que se están agotando a un ritmo muy acelerado y, por si fuera poco, estos combustibles son los principales contribuyentes al cambio climático.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) advierte que en 2010 las emisiones de CO2 alcanzaron un nivel histórico ya que se emitieron 30.6 gigatoneladas de ese contaminante en el mundo, lo que equivale a un aumento de 5 por ciento con respecto a la cifra récord de 2008. Dicho escenario obliga a los gobiernos a emprender las acciones necesarias para garantizar un desarrollo sustentable.
El potencial para impulsar la eficiencia energética en el mundo, y en particular en México, es enorme y tiene muchas ventajas: costos de ahorro, disminución de importaciones de energéticos, seguridad en el manejo de la energía, salud local, beneficios ambientales y reducción en el cambio climático, comenta el analista.
En ese contexto, recomienda que los gobiernos den prioridad a las políticas y programas que promuevan el impulso de la EE desde el punto de vista de la demanda y de la oferta de energía.
Los estados y municipios deben de concentrarse en tecnologías y prácticas que impacten principalmente a la demanda energética, porque el Gobierno Federal está enfocado principalmente a la adopción de medidas de EE relacionadas con la oferta.
La voluntad de los gobiernos representa otro elemento de relevancia para poner en marcha las acciones de EE. Esto tiene que ver con el grado de conocimiento que las autoridades tienen de las ventajas y de los beneficios que representan las tecnologías y las prácticas de eficiencia.
El director del Fide, Juan Manuel Carreras López, asevera que los municipios son una figura pública que tienen a su cargo el alumbrado público y que, debido a la carga onerosa que representa ese concepto, buscan nuevas maneras de lograr un beneficio económico e insertarse en la categoría de “municipios verdes”.
Para promover el cambio de luminarias públicas más eficientes, la Conuee y Banobras otorgan créditos y en ocasiones las localidades realizan las inversiones con sus propios recursos.
De los 115 proyectos que concertó el Fide de enero a agosto del año anterior, 33 correspondieron al sector industria, 25 a comercios y servicios, cinco a municipios y dos a desarrollo tecnológico, así como a 50 pequeñas empresas. De ese número de proyectos se concluyeron 91, de los cuales 26 fueron del sector industria, 16 de comercios y servicios, dos de municipios, uno de desarrollo tecnológico y 46 se desarrollaron en compañías pequeñas.
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