El Plan México del Gobierno Federal presenta una oportunidad de desarrollo económico en todo el país, por lo que México debe aprovechar su ubicación y su acceso al mercado estadounidense para detonar mayores niveles de bienestar.

Foto: Ilse González / Alcaldes de México.

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), se requiere apostar por la innovación, el despliegue de infraestructura de calidad y un mercado de trabajo competitivo, entre otros precursores. 

El Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2025 presentó un diagnóstico que refleja las condiciones de cada entidad para facilitar la toma de decisiones de política pública basadas en evidencia que les permita capitalizar la implementación del Plan México. 

Con base en el informe, la Ciudad de México tiene un nivel de competitividad muy alto por su diversificación económica, y su capacidad logística. Sin embargo, entre sus desafíos están la alta percepción de la corrupción y condiciones laborales menos favorables.

Baja California Sur también fue considerada con un alto nivel de competitividad, por altas tasas de IED y condiciones laborales. Como posibles debilidades, se consideraron el consumo energético ineficiente y la mejora regulatoria. 

En Nuevo León, la alta participación en exportaciones mantiene al estado con un alto nivel de competitividad, con desafíos como el alto porcentaje de delitos no denunciados, así como las brechas de informalidad por género.

Jalisco es otra entidad que se caracteriza con alto nivel de competitividad debido a la baja desigualdad salarial y la diferencia de informalidad. Como desafíos, la entidad enfrenta altas tasas delictivas y baja participación en exportaciones, principalmente.

En contraste, el estudio arroja que Chiapas es la única entidad con muy bajo nivel de ser competitivo debido a su poca innovación y diversificación económica, por lo que IMCO propone impulsar la transformación digital de sectores clave mediante la adopción de tecnologías de la industria 4.0, así como fomentar la colaboración entre actores para la transferencia de conocimientos y tecnología.

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