Qué tuvieron en común el Bronco y Eugenio Clariond

por | Jul 1, 2015 | Ambiente de Negocios, Columnistas, Julio 2015, Julio 2015 | 0 Comentarios

Norma Perez Vences.fw

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La “papa caliente” que el Bronco heredará de Rodrigo Medina se llama Monterrey VI. Es el ambicioso proyecto que ha confrontado a dos fuerzas poderosas. Ambas han defendido sus posiciones con un amplio despliegue de recursos, pero hasta ahora no se ve un claro vencedor.

Monterrey VI consiste en un acueducto de concreto de 2.13 metros de diámetro, cuyo propósito es llevar agua desde la Cuenca del Pánuco hasta la presa de Cerro Prieto ubicada en el municipio de Linares, para lo cual deben construirse 372 kilómetros a través de San Luis Potosí y Tamaulipas hasta llegar a Nuevo León, donde se depositarán 15 mil litros por segundo.

El Bronco y Eugenio ClariondEsta idea, avalada por la Conagua, se presentó por primera vez en 2010; en octubre de 2012 se anunció la obra; en septiembre de 2014 concluyó una peculiar licitación, en la que resultó ganador un consorcio encabezado por Grupo Higa, el mismo que construyó la polémica “casa blanca” para la esposa del Presidente Enrique Peña Nieto.

Desde el inicio, el acueducto Monterrey VI se identificó como un proyecto que el gobernador y el presidente de la república empujarían a toda costa, y así ha ocurrido. En contraparte, despertó de inmediato antipatía entre organizaciones ambientalistas, pero fue hasta el 17 de septiembre de 2013 cuando se dio forma al que sería su opositor más férreo y poderoso: el Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey (FAMM).

El Fondo fue creado por The Nature Conservacy (TNC), el BID, la Fundación Femsa y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial; a la fecha está integrado por 16 organizaciones de la sociedad civil, 16 instituciones de gobierno, 4 universidades y 23 empresas del calibre de Banorte, Ternium, Cemex, Home Depot, Copamex, Gruma, Banamex y Bimbo, entre otras.

Por si hiciera falta músculo, se decidió que el organismo fuera presidido por Eugenio Clariond Reyes-Retana, miembro de uno de los clanes empresariales más influyentes de Nuevo León y del país. Don Eugenio encabeza los grupos Cuprum y Cleber, además de distribuidoras de tractocamiones y autobuses de Navistar; ha sido rankeado entre los 50 empresarios más importantes de México y es consejero del ITESM.

Éste es el poder que respalda al FAMM, cuyo mayor cometido desde su creación ha sido lograr la cancelación del Monterrey VI, argumentando con fundamentos científicos y técnicos que es innecesario y financieramente inviable. El organismo se opone a que el estado aumente su deuda, con todo y que la obra se realizaría mediante una Asociación Público Privada.

En el recorrido de esta oposición encontró un aliado para la causa: Jaime Rodríguez Calderón, un candidato a la gubernatura del estado, carismático y desafiante de los procesos electorales. En mayo pasado, en la cúspide de su campaña, el Bronco, puso en claro su posición respecto al proyecto: “Es un capricho del gobernador Medina; está a tiempo de cancelarlo y salvar su honra”. Música para los oídos de Eugenio Clariond.

La candidatura de el Bronco vino de menos a más y se desataron las especulaciones: que si se trataba de una simulación orquestada por corrientes del PRI para retener el poder; que si recibía apoyo de empresarios muy importantes. Todo sin comprobar hasta ahora.

Al gobierno actual le quedan unos meses más y el mandatario estatal ha dicho que Monterrey VI seguirá adelante; los ganadores de la licitación han informado que están en la fase de contratación de créditos para crear un fideicomiso de administración y pago de la obra; Eugenio Clariond ha advertido que el FAMM no descansará hasta cancelar la obra, y las tres partes se esperan de que el Bronco se pronuncie, ya sea que ratifique como gobernador electo lo que expresó en campaña o que prefiera asumir el costo de una postura moderada de “revisión” del proyecto o incluso de aprobación del mismo. Pronto veremos si prevalece lo que Eugenio Clariond y el Bronco tuvieron en común un día.

Norma Pérez Vences

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