Al momento de entregar esta colaboración el tema electoral ha cobrado relevancia y los acontecimientos dibujan un contexto político complicado. En términos prácticos la carrera por la silla presidencial ya empezó y en cada partido se preparan movimientos y estrategias, al tiempo que nadie oculta sus intenciones por participar en la competencia. Todo cambio parece ser una señal en la lucha por ganar una elección que todavía parece lejana.
Las campañas en los comicios locales están en su apogeo y, aunque el Estado de México se ha puesto en el centro de la vida política, los cálculos de cada día se realizan pensando en “la grande”. Pero faltan 13 meses para la elección presidencial y la escena la domina un contexto que no es el adecuado para garantizar la calidad de la elección. Por lo pronto, el Congreso de la Unión terminó su periodo ordinario sin realizar los cambios que facilitarían al Instituto Federal Electoral (IFE) su trabajo. No se trataba de aprobar una reforma muy innovadora, sino solamente pequeños cambios que garantizaran certeza en los procesos.
El problema es la falta de acuerdo y el temor de cada actor a ceder un poco y poner en riesgo su fuerza para el 1o de julio de 2012. Por eso la Cámara de Diputados no pudo nombrar a los tres miembros faltantes del Consejo General del IFE y no prosperaron cambios mayores, como una reforma política que modernizara nuestro sistema con temas como la reelección de los legisladores o de los presidentes municipales.
Esa falta de acuerdo generó la suspicacia entre los partidos políticos; entre los partidos y las autoridades electorales; y entre medios de comunicación y los contendientes. Veamos:
1. Del gobernador del Estado de México, lo que se dice es que impidió la reforma por no convenirle a sus intereses presidenciales.
2. Del IFE se comenta que seis consejeros no pueden enfrentar todos los problemas y que para cuando lleguen los otros tres, se habrán tomado decisiones irreversibles que podrían no ser compartidas a la hora de operar el proceso.
3. Del Tribunal Electoral se comenta que la decisión de no sancionar a Enrique Peña Nieto apunta a la parcialidad del máximo órgano jurisdiccional.
4. De los medios de comunicación se dice que ya han tomado partido y que buscarán “darle vuelta a la ley” para favorecer a “su” candidato o candidata.
5. Cada éxito gubernamental será interpretado como un intento del Presidente por influir en el triunfo del candidato panista; cada fracaso o traspié será un anuncio de la “inminente” salida del Partido Acción Nacional (PAN) de Los Pinos.
6. Todos parecen dispuestos a interponer quejas y recursos jurídicos en contra de todos y el comportamiento de la autoridad es aplaudido o criticado, dependiendo del sentido de sus sentencias, independientemente de su legalidad.
Se antoja que las percepciones sean sustituidas por un análisis de altura y una ponderación adecuada de cada acontecimiento en sus méritos. Son muchos los problemas que enfrenta el país como para concentrarnos en la suspicacia de cada movimiento que realiza el rival.
Es la definición de alternativas de política y la construcción de una oferta convincente lo que elevará el debate. Es hora de recordar que cada municipio representa el origen de las grandes soluciones.
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