Tengo la fundada esperanza de que al momento en que este artículo sea publicado, el Congreso de la Unión haya terminado de aprobar las leyes secundarias que completen la reforma político electoral, con la que se organizarán las elecciones de 2015. Si ese es el caso, el Instituto Nacional Electoral (INE) estará en condiciones de profundizar sus trabajos para aplicar la nueva reforma y hacer las modificaciones a su estructura y funcionamiento para brindar certeza sobre los próximos comicios.
Cualquier cambio institucional genera periodos de incertidumbre y nuevos retos para los actores y personas involucradas. En un contexto de ese tipo el INE trabajó durante las últimas semanas, a la espera de la ley, estudiando posibles escenarios electorales y preparando alternativas de soluciones, a los retos que ya plantea la reforma constitucional. En efecto hay mucho trabajo que hacer, pero el nuevo equipo de consejeros electorales encontramos pronto mecanismos de colaboración entre nosotros y con los órganos operativos del Instituto, para enfrentar a la brevedad las tareas para instrumentar las nuevas leyes. En la espera de la ley había mucho que preparar, al tiempo que se integraron los nuevos equipos entre los consejeros. Los siguientes son algunos ejemplos de los avances de estas primeras semanas:
• Organización electoral. El INE está analizando cómo mejorar los mecanismos para realizar el cómputo distrital, especialmente cuando es necesario, de acuerdo con la ley, recontar los votos de una casilla o de un distrito completo.
• Nuevos reglamentos. Una de las tareas más delicadas se estas semanas es definir la agenda con la que construiremos los nuevos reglamentos que regirán a la institución y sus principales procedimientos. No se trata sólo de cambiar el nombre de IFE a INE en una gran cantidad de normas, se trata de asumir que el Instituto Nacional Electoral es una institución nueva, con atribuciones constitucionales que requieren de un marco regulatorio creativo, capaz de llevar el cambio hasta sus últimas consecuencias, para resolver los problemas que lo generaron.
• Nombramiento de consejeros de los órganos locales. Ésta fue una de las principales razones de la reforma constitucional, que se traducirá en la integración de los órganos locales por el Consejo General del INE. Mientras llega la ley secundaria, los consejeros preparamos soluciones a diversos escenarios posibles y definimos la estrategia que aplicaremos.
• Servicio Profesional Electoral Nacional. Además de concluir los concursos abiertos para ocupar las plazas vacantes en toda la república, es necesario diseñar un esquema para incorporar al Servicio Profesional a los trabajadores de los órganos locales. Preparar esa estrategia resulta una tarea delicada, pues será necesario emitir un nuevo estatuto que rija las características de este servicio, y respetar los derechos laborales adquiridos de los trabajadores electorales en todo el país.
• Nuevos partidos políticos. El proceso está en marcha para decidir si se otorgará el registro de ley a las tres organizaciones que lo solicitaron. A esta tarea hemos dedicado varias reuniones, pues por primera vez se revisará que además de cumplir los requisitos de ley, los protopartidos hayan reportado oportuna y claramente el origen y destino de los recursos que utilizaron en esta etapa de formación. Por primera vez en esta actividad participa la Dirección de Prerrogativa y Partidos Políticos y la Unidad de Fiscalización. El Consejo General deberá emitir pronto su veredicto.
Los retos más importantes que deberá enfrentar el INE aún están por venir. Lo cierto es que por ahora, el nuevo equipo está trabajando en un buen ambiente, haciendo gala de la experiencia que aporta la Institución y su gente.
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