Por Heli López Juárez
Cada alcalde hará lo que mejor sabe hacer: política a la antigua, o ponerse a gobernar.
Los gobierno municipales han comenzado a padecer los ajustes a las políticas presupuestarias del Gobierno de la República; ajustes que no podemos catalogar de negativos, en tanto que no veamos los resultados del presupuesto 2019.
Lo que sí es cierto es que la forma en la que fue planeado y autorizado el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, modifica radicalmente la distribución de los recursos y la forma en la que estos llegaban a los Ayuntamientos; en este sentido, es importante resaltar que la nueva dinámica económica no sólo ha indignado a muchos presidentes municipales, también ha quedado en evidencia que los saca de su zona de confort.
Hay gobierno municipales que han trabajado en eficiencia presupuestaria, y que la recaudación de los impuestos que les corresponden, lo hacen de manera efectiva y por lo tanto les da liquidez, pero también hay otros gobiernos locales que poco tienen de eficientes y mucho de incompetentes.
Lo que estaremos viendo en 2020 no es sólo ayuntamientos forzados a reingeniar el gasto público y corriente, sino a disciplinarse en la recaudación de impuestos.
Lo positivo o negativo de este Presupuesto de Egresos los tocará aplaudirla o lamentarla hasta que ejerza 2019, mientras tanto, veremos gobierno municipales sufriendo, quejándose, o otros, siendo creativos, innovando… Cada alcalde hará lo que mejor sabe hacer: política a la antigua, o ponerse a gobernar.
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