Por Omar Escobar Castellanos
La implementación del diálogo metropolitano ayudaría para la concientización de los ciudadanos y evitar asentamientos en zonas que podrían clasificarse como riesgosas y reducir de manera considerable el impacto ambiental
Hoy en día, la facilidad de moverse de un destino a otro, así como la falta de oportunidades en zonas rurales, ha provocado que el crecimiento de los asentamientos humanos aumente de manera considerable en zonas urbanas, las zonas metropolitanas se caracterizan por un crecimiento poblacional rápido y un considerable número de demandas estructurales. De acuerdo a la Ley General de Asentamientos Humanos la zona metropolitana se define como “el espacio territorial de influencia dominante de un centro de población” (Diario Oficial de la Federación, 2014).
Este crecimiento exponencial de las ciudades hace necesario que los gobiernos creen áreas específicas que se dediquen al estudio del crecimiento de las zonas metropolitanas, con la finalidad de que se atiendan de manera precisa las demandas estructurales como drenaje y agua potable, carreteras y todos aquellos servicios que tienen que ver con la distribución de políticas públicas para la población en gran escala, las cuales deben de ser sostenibles y diseñadas para el largo plazo.
Los principales problemas para hacer una correcta planeación urbana han sido de carácter político, de ahí la idea de plantear una nueva forma de coordinación y colaboración permanente entre diferentes actores, para que de forma intersectoriales se dé paso a atender las demandas de la población que va en crecimiento, y que va transformando sus demandas. También se deberían de considerar hacer reformas a la ley como lo hizo Chile en el 2018 con la Ley Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional cuya finalidad fue crear zonas especificar para el fomento productivo e industria, desarrollo social y humano, e infraestructura y transporte.
Pero el gobierno no puede hacerlo sin la colaboración de los ciudadanos, por ello la implementación del diálogo metropolitano ayudaría para la concientización de los ciudadanos y evitar asentamientos en zonas que podrían clasificarse como riesgosas y reducir de manera considerable el impacto ambiental.
Los ejercicios de coordinación metropolitana son un excelente ensayo para la gobernanza. Sin embargo, para que estos lleguen a ser efectivos deben:
- integrar la participación ciudadana en los procesos de decisión;
- permitir que las comunas coordinen de manera efectiva las estrategias de desarrollo, legitimadas a nivel regional y nacional;
- compartir los costos de manera justa entre todos los territorios comprendidos.
- Incentivar las asociaciones público-privadas en diferentes sectores de desarrollo económico.