Esta tecnología para tratar las aguas residuales permite ahorrar tiempo en su instalación y se puede ajustar tanto al presupuesto como a las necesidades de consumo de los municipios
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En México, es poco el caudal que se trata antes de regresarlo a los ríos y mucho menor el que recibe tratamiento adecuado para su reúso; es por ello que se han desarrollado diferentes tecnologías, como el de plantas modulares de tratamiento de agua.No todos los esfuerzos por dar tratamiento al agua residual son convenientes para la sustentabilidad del medioambiente, ya que algunos contaminan al originar gran cantidad de desechos tóxicos por los motores que se utilizan en el proceso. Asimismo, se requiere de una determinada inversión.
En el caso de las autoridades municipales, usualmente no cuentan con el presupuesto necesario para ello, y hay quienes sugieren que no es una actividad que proporcione “brillo” político o desconocen el abanico de alternativas para hacerlo.
CRECER EN FASES
Dichas plantas modulares pueden adaptarse al tamaño de cada localidad, y su capacidad para limpiar el agua puede escalar en función de sus necesidades.
Javier Azamar Velázquez, gerente General de Blue & Green, empresa que ofrece soluciones sustentables para el tratamiento de aguas residuales, refiere que hacerse de un sistema modular tiene la ventaja de construirse poco a poco, según lo requiera quien lo adquiere.
El diseño de los sistemas modulares puede crecer en fases, por lo que son más accesibles, sin menoscabar su buen funcionamiento. Una planta está compuesta por elementos prefabricados de concreto, los tanques, que son donde el agua va a ser tratada, los cuales tienen un fondo de dos o tres anillos y su correspondiente tapa. El tamaño se determina según la necesidad del cliente.
“Supongamos que mi necesidad es tratar 10 litros de agua por segundo y no puedo cubrir el gasto que representa, pero puedo empezar a pagar 1 litro, y cuando tenga el recurso cubro el segundo y así consecutivamente; de esta forma no tengo que desembolsar todo el gasto en una sola exhibición y se va resolviendo el problema”, señala Javier Azamar.
En el caso de una planta que administra 1 litro por segundo, el espacio que ocupa se calcula en una pequeña área de seis por cuatro metros; en comparación con una que opera 2.5 litros por segundo, que tendría un espacio aproximado de 20 por 20 metros. Sin embargo, el gerente General de Blue & Green afirma que en el tema del tamaño y la capacidad es relativo dar una respuesta precisa, dado que hay muchos factores que pueden alterar el diseño.
“Depende del lugar donde se vaya a instalar el sistema para recuperar el agua. No es lo mismo trabajar en Tlaxcala, que es una zona alta y con largos periodos de bajas temperaturas, a laborar en una zona de costa, donde estás al nivel del mar y la mayor parte del tiempo es húmedo o a temperaturas muy altas. Para una misma cantidad de agua tratada, las plantas pueden ser diferentes en tamaño, ya que influyen el clima, la altura, la presión atmosférica, entre otros elementos”, asegura el empresario.
MÉTODO EFICAZ Y AMIGABLE
Las plantas modulares utilizan la técnica de lodos activados de aireación extendida, método certificado que tiene direccional a la eficiencia, ya que se ahorra energía en el mayor tratamiento de flujo posible de agua, al usar el menor número de piezas.
Javier Azamar explica que sólo a través de las pruebas de un laboratorio se realizan los cálculos correctos, como lo son los parámetros de nivel de contaminación del agua para tomarlo en cuenta en cada caso específico y hacer eficiente todo el sistema.
“La eficiencia consiste en seleccionar los equipos idóneos para el caso que se trate; hacer una distribución homogénea del aire, del oxígeno, dentro del líquido; eliminar equipos eléctricos; hacer que la planta no utilice demasiadas bombas o sopladores; utilizar presión de aire para mover el lodo al ciclo del sistema, por lo tanto no se necesita energía eléctrica, con ello se busca que el agua nunca esté estancada o detenida, que siempre haya flujo por gravedad y que haga que otros sistemas de la planta funcionen”, enfatiza Azamar Velázquez.
EL TIEMPO VALE ORO
Esta tecnología tiene una ventaja más, que es el ahorro de tiempo en su instalación con respecto a una obra civil en sitio. El hecho de llevar prefabricadas las piezas ahorra mano de obra, tiempos de ejecución y de fraguado, para que se seque el concreto.
“Lo único que tenemos que realizar es la excavación, afinar en el terreno su plantilla, colocar en el lugar los tanques, el relleno y ya está instalada. Una planta de un litro por segundo, por ejemplo, tendría un tiempo de ejecución aproximada de cuatro a seis semanas, mientras que en una obra civil se lleva de 10 a 12 semanas. Hablamos de un ahorro de tiempo de entre 40 y 50 por ciento; además con la ventaja de que la planta se puede ampliar”, asegura Azamar Velázquez.
A pesar de que en algunos casos el costo de la instalación podría equipararse, por el tiempo que se lleva ésta y la posibilidad de ampliar o reducir su tamaño, en caso de requerirse, las plantas modulares de tratamiento de agua son una opción para escalonar el gasto.
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