Santiago de Anaya, Hgo.- Enclavado en el Valle del Mezquital, una zona árida con poca actividad agrícola y serios problemas de rezago social, este municipio entendió que ya no podía vivir de las actividades del campo. Por lo que a falta de agua y tierra fértil, tomó la decisión de darle un uso diferente al suelo para insertarse en la pujante industria de la construcción.
A principios de este año comenzaron los trabajos para edificar una planta cementera en el ayuntamiento, con una inversión de 230 millones de dólares, a cargo de la empresa Trituradora y Procesadora de Materiales Santa Anita. Se calcula que la obra de edificación generará de 600 a 1,000 empleos temporales, y que una vez en operación se podrían crear 150 puestos fijos.
“Con la llegada de la planta se cumple un anhelo que teníamos en la región, porque creará empleos formales, lo que ayudará a reducir la migración y la desintegración familiar”, comenta el presidente municipal de Santiago de Anaya, Cliserio Ramírez Mendoza.
El entusiasmo del edil no es para menos. Se calcula que entre 20 y 25 por ciento de la población de Santiago de Anaya dejó su tierra natal para migrar a Estados Unidos, ante la falta de expectativas favorables de vida. Las remesas familiares —que según el Banco de México promedian 300 dólares mensuales por envío— constituyen una fuente de ingresos para las familias de la comunidad y para los negocios que abastecen a los consumidores locales.
UN LUGAR EXÓTICO
En entrevista con Alcaldes de México, Ramírez Mendoza —quien cumple el periodo 2009-2012 bajo las siglas del Partido Revolucionario Institucional— comenta que otro de los puntales económicos del municipio es el turismo. Todos los años, en el mes de abril, Santiago de Anaya es la sede de una muestra gastronómica muy peculiar.
El platillo fuerte son los guisados hechos con flora y fauna típica de la región, como escamoles, gusanos de maguey, flores de garambullo, zorrillo, tlacuache, ardilla, conejo y el tradicional pulque, entre otros. “Los visitantes se sorprenden de la comida, pero son los alimentos que consumimos del diario y queremos que los conozcan el resto de los mexicanos y el mundo”, refiere.
Asimismo, el municipio cuenta con escenarios naturales atractivos para el ecoturismo y el turismo de aventura como las grutas de Xoxafi y El Porvenir, que han despertado el interés de visitantes extranjeros. “Es un tipo de turismo diferente y queremos conservarlo para el municipio”, añade.
Pero también se ha tratado de diversificar la oferta turística. En el mes de octubre de cada año se celebra un festival internacional de cultura. En la edición de 2010 fueron invitados artistas de Venezuela, Francia, Perú, Polonia, Cuba y Bolivia, que mostraron el folclore de sus países.
Todas estas acciones han dado como resultado una afluencia de 400 mil turistas anuales, entre nacionales —sobre todo del Distrito Federal— y extranjeros. “El turismo nos ha ayudado a dinamizar la economía del municipio, porque el clima semidesértico de la región complica las actividades agropecuarias”, reconoce el funcionario. En este sentido, se trabaja en el remozamiento de la cabecera municipal y la habilitación de vialidades para atraer más visitantes.
SEGURIDAD Y PREVENCIÓN
No obstante su optimismo por las acciones en materia económica, el gobierno local sabe que esta dinámica provoca cambios en la comunidad, lo que a su vez puede conllevar efectos indeseables para la población, de ahí que las autoridades han comenzado a tomar medidas preventivas.
El alcalde comenta, por ejemplo, que en Santiago de Anaya no hay centros nocturnos —mismos que podrían establecerse por instancias del turismo o la cementera—, así que frente a posibles problemas de vicios, inseguridad o contaminación ambiental, el municipio organiza un bando de policía y buen gobierno, el cual pretende reglamentar los castigos para las conductas indebidas.
Cliserio Ramírez sostiene que la inseguridad pública no es un problema grave comparado con otras zonas del país, pero reconoce que los recursos son limitados ya que se cuenta con 20 efectivos policiacos para vigilar la convivencia en una población de 16 mil habitantes. Por lo pronto, se han entregado a los efectivos uniformes y vehículos, con apoyo del gobierno del estado.
LECTURA CONTRA LA TV
El Valle del Mezquital ha sido tradicionalmente afectado por la pobreza y la marginación, baste decir que Hidalgo es uno de los 10 estados con mayor grado de pobreza del país, un lastre que ha pegado con más fuerza a los pueblos originarios. Se calcula que 27 por ciento de la población del Valle es hablante de lengua indígena.
En este sentido, Santiago de Anaya abrió en 2010 un plantel del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH), que ofrece estudios de nivel bachillerato con perfil técnico y capacitación para el trabajo. “Es una obra de impacto social muy importante, para una comunidad en la que sólo 1 por ciento de los egresados de primaria logra culminar una carrera profesional y donde cerca de 40 por ciento de los jóvenes de secundaria ya no continúan con el siguiente nivel de estudios”, asegura el alcalde hidalguense.
Pero esas tendencias han comenzado a cambiar porque la antigua escuela de bachillerato y el CECyTEH tendrán la capacidad, en un futuro cercano, de atender la demanda del municipio y a los jóvenes de otros ayuntamientos de la región que también solicitan servicios educativos.
En paralelo, el gobierno local ha emprendido acciones de fomento a la lectura. Al principio sólo había 20 niños participantes en un programa que ha puesto en marcha la administración, pero ahora son 400. “Es un proyecto que no se ve, pero es muy importante”, considera Ramírez. Admite que ha sido complicado reunir los recursos para el programa, pero lo más difícil ha sido involucrar a la sociedad.
“Desde el punto de vista de los padres de familia, lo más cómodo es encender la televisión a sus hijos por varias horas; pero en el caso de los maestros, el problema es que no quieren invertir tiempo”, lamenta el munícipe priista.
SÍ A LA REELECCIÓN
Cliserio Ramírez —quien antes de ser alcalde fue director de Obra Pública en el mismo Santiago y en el municipio de Cardonal— expone que su presupuesto de 7 millones de pesos (mdp) es insuficiente para cubrir las necesidades de las 22 comunidades del municipio, de ahí que se han gestionado recursos extraordinarios de diferentes fuentes.
Por ejemplo, los trabajos de pavimentación hidráulica del camino a las grutas de Xoxafi —que implican una inversión de 20 mdp y que llevan cubierto casi 50 por ciento de los cinco kilómetros de extensión— se han financiado con apoyo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) federal. “Mi presupuesto casi no me alcanza para nada”, se queja el edil.
Pero no quita el dedo del renglón, en éste, que es su último año de gobierno, tiene previsto concluir dicha obra, así como otros pendientes de su plan de trabajo, entre ellos una unidad de rehabilitación para pacientes con alguna discapacidad.
En este sentido, considera como un asunto elemental en las administraciones municipales darle continuidad a los programas que se empezaron en periodos anteriores, ya que tres años es un lapso muy corto para sacar adelante un plan de gobierno. De ahí su decepción ante el hecho de que la reforma política, que planteaba una modificación al Artículo 115 constitucional, se hubiera quedado “congelada” en el pasado periodo de sesiones del Congreso de la Unión.
“La población es el mejor juez para evaluar el trabajo de un alcalde. Si un funcionario demuestra eficiencia, se le debe dar la oportunidad de servir a la gente”, considera.
Hace unos meses, el estado de Hidalgo reformó su Constitución Política para ampliar el periodo legal de los presidentes municipales de tres a cuatro años, pero a la generación de alcaldes que se encuentra en funciones no le beneficia.
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