Encontrar una vocación productiva lo suficientemente fuerte para impulsar la economía de una comunidad y generar empleos no es una tarea fácil, pero ¿qué hacer cuando ya se cuenta con una especialidad económica y ésta no ha cumplido las expectativas de bienestar de los ciudadanos?.
Alcaldes de México conversó con dos gobernantes locales de países latinoamericanos, quienes comparten sus experiencias sobre cómo han enfrentado el desafío de impulsar el crecimiento económico con equidad social.
Alcides Goitía, alcalde del municipio de Carirubana, en el estado de Falcón, Venezuela, informa con orgullo que su municipio alberga al Centro de Refinación Paraguaná, considerado el complejo refinador de petróleo más grande del mundo.
Dichas instalaciones tienen capacidad para procesar 940 mil barriles de petróleo diarios, lo que representa la tercera parte de la capacidad de refinación de la corporación estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Cuando las refinerías del complejo se encontraban en manos de extranjeros, quienes no hallaban una oportunidad de trabajar en la industria petrolera, se hacinaron en la periferia de la ciudad creando cinturones de miseria. “Los privilegios los tenían sólo los trabajadores de las petroleras”, comenta el funcionario quien fue entrevistado en una reciente visita a México.
En Carirubana, ubicado al sur de la península de Paraguaná, al noroeste de Venezuela, hay más de 58 mil pobres, cifra equivalente a 30 por ciento de la población local, lo que ubica al municipio como la demarcación con más desigualdad en el estado de Falcón, según el Instituto Nacional de Estadística de la República Bolivariana de Venezuela (INE).
Para atender el problema, la administración ha impulsado programas sociales financiados con recursos municipales, estatales y del Gobierno Federal venezolano —a través de PDVSA— lo cual, asegura Goitía, es una muestra de cómo la vocación petrolera de Carirubana y la industria ahí establecida redundan en beneficios para la población.
“Con la estatal petrolera se generan recursos que se transforman en servicios, de ahí viene el financiamiento para las grandes misiones como alimentación. Ya no sólo es petróleo y refinación, sino que —la riqueza de los hidrocarburos— se convierte en salud, deporte, cultura, alimentación e infraestructura”, detalla.
Por ejemplo, dos grandes obras como una terminal de transportes —en la que se invirtieron cerca de 15 millones de dólares (mdd)— y un mercado para reubicar a los comerciantes ambulantes, tuvieron apoyo de PDVSA.
Alcides Goitía, militante de izquierda, asegura que su gobierno ha tratado de impulsar el crecimiento económico con desarrollo social: “Podrán haber recursos para obras de mucha envergadura, pero no pueden faltar recursos para las obras sociales, que recuperen el concepto de ciudadanía”.
Entre las acciones enfocadas a los sectores más vulnerables, destaca la Misión Barrio Adentro. “Se trata de un contingente de médicos cubanos que llegaron a Venezuela para que cada barrio tuviera un doctor que lo atendiera. En mi municipio tenemos a más de 100 médicos cubanos brindando atención”, comenta el alcalde.
Otras acciones incluyen campañas de atención integral a mujeres embarazadas, entrega de aparatos ortopédicos y la instalación de redes de tiendas conocidas como “mercales”, donde se venden productos de la canasta básica a precios subsidiados.
HALLAR UN NICHO DE NEGOCIO
Contrario al ejemplo anterior, Timaukel, una comuna rural de la región de Tierra del Fuego, en Chile, carece de una industria poderosa como el petróleo que pueda dinamizar la economía, por lo que la administración ha decidido apostar por el turismo.
En entrevista, el alcalde Atilio Gallardo Bustamante lo explica de este modo: “Al asumir el cargo de presidente municipal, se tomó la decisión de privilegiar la educación, la salud y el tema social, pero sólo tenemos un presupuesto de aproximadamente 800 mil dólares anuales (más de 11 millones de pesos (mdp) mexicanos) y con eso hay que ofrecer todos los servicios”.
Sin embargo, el mandatario considera que para generar más recursos, la demarcación debe encontrar una vocación productiva. “Queremos que nuestra comunidad sea turística, porque es una de las zonas más hermosas del sur de Chile”.
Timaukel, ubicada en la región más austral del mundo, está rodeada de bosques, ríos, glaciares, montañas y bahías. Entre sus principales atractivos destacan el Río Grande, los glaciares De Agostini y Marinelli y tierras vírgenes en el Lago Fagnano, la Cordillera Darwin y el Parque Nacional Alberto De Agostini, el tercero más extenso del país, así como una de las reservas de agua dulce más grandes del mundo.
La comuna recibe a aficionados de la pesca con mosca, que encuentran en la localidad las mejores aguas para esta práctica deportiva. El avistamiento de fauna nativa como guanacos, cóndores, pájaros carpinteros, cisnes de cuello negro, pingüinos, cormoranes, entre otras especies, es una actividad muy apreciada para los amantes del ecoturismo.
Debido a las limitaciones económicas de Timaukel y a las difi cultades logísticas que plantea el aislamiento natural de la comuna, todavía no han llegado grandes inversiones turísticas. Sin embargo, uno de los planes de Atilio Gallardo, un político de izquierda, es llevar a empresarios chilenos para que conozcan los atractivos del lugar y diseñar un plan de desarrollo turístico sustentable. “Queremos algo discreto, que no sea masivo; buscamos traer empresas hoteleras, agencias de viajes y poner todos los servicios necesarios”.
La urgencia de hacer del turismo un puntal del crecimiento es apremiante ya que las necesidades de la comuna van en aumento. Para este año, las autoridades de Timaukel tendrán un presupuesto de aproximadamente 907 mil dólares (12.7 mdp). El gasto para educación será de 296 mil 379 dólares (4.1 mdp) y para salud de 127 mil 976 dólares (1.8 mdp).
Las propuestas del alcalde Gallardo tienen sustento, ya que en Timaukel existen algunas pequeñas empresas locales que buscan aprovechar los atractivos turísticos de la entidad. Frente al Estrecho de Magallanes, en el origen geográfico de la Cordillera Darwin, un empresario local desarrolla la Aldea Ecológica Tierra del Fuego, un conjunto de viviendas sustentables que ocuparán una superfi cie de 250 hectáreas.
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