Alertas tempranas, primordiales para evitar tragedias

por | Sep 21, 2017 | Abril 2014, Expediente Abierto | 0 Comentarios

DerrumbreLa adopción de nuevas tecnologías que ayudan a reducir los desastres debe de hacerse considerando como referencia el Marco Internacional de Hyogo sobre desastres naturales. A nivel nacional se espera que los gobiernos apliquen mecanismos de coordinación, realicen estudios básicos sobre el estado actual de reducción de desastres, publiquen resúmenes actualizados de programas, instrumenten mecanismos legales internacionales e integren la estrategia de reducción de desastres con la de cambio climático, entre otras muchas cosas.

A nivel de gobiernos locales se espera que las administraciones promuevan programas regionales para reducir el riesgo de desastres como la cooperación técnica, instrumentación de evaluaciones básicas y revisión de avances y el apoyo al desarrollo de centros regionales de colaboración y sistemas locales de alerta temprana.

Entre las herramientas que usan la tecnología de forma particularmente efectiva están los mecanismos de alerta temprana. Sin embargo, se ha visto a nivel mundial que su uso efectivo no sólo consiste en un adecuado desarrollo tecnológico, sino además lleva implícita la participación de la comunidad en la evolución e instrumentación de las actividades que tienden a reducir los riesgos de los cuales se alerta.

Este involucramiento informado contribuye a evitar consecuencias indeseables no previstas cuando la amenaza se materializa. En ese sentido, es también importante considerar que hay que diferenciar las estrategias de alerta por género ya que, por una parte, mujeres que han sido segregadas por razones físicas, de edad, estigmas sociales o estado civil, están particularmente en desventaja cuando una catástrofe ocurre pero, por otra parte, las mujeres por su posición en la comunidad pueden ayudar a administrar adecuadamente el riesgo. Esto quiere decir que la información sobre reducción de riesgos generada por las nuevas tecnologías que se haga llegar a las comunidades se debe enfocar a los grupos más vulnerables y, en la medida de lo posible, diferenciar esta información entre hombres y mujeres.

El número de desastres naturales en el mundo ha tenido un aumento dramático en los últimos años. De acuerdo con la información que concentra la Base de Datos Internacional de la Universidad Católica de Bruselas, la tendencia en la ocurrencia de éstos es claramente al alza, pasando de ser unos cuantos por año a principios del siglo XX, a más de 400 por año en el umbral este nuevo milenio. La historia en nuestro país no es distinta, alcanzando un promedio de dos catástrofes al año por tormentas. Por lo anterior, implementar acciones de prevención es un asunto vital.

Luis Manuel González Ruiz

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