Sensibilizar e incorporar a las personas en la búsqueda de soluciones al crecimiento de las ciudades y generar estrategias que contemplen escenarios a futuro, son aspectos clave para alcanzar el objetivo
De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), México puede pasar de contar con 384 ciudades a tener 961 para 2030, las cuales concentrarán 83.2 por ciento de la población nacional. El organismo internacional asegura que los principales problemas serán el incremento de las distancias, tiempos y costos de los trayectos urbanos, así como el precio de vivir en las urbes.
Pese a lo anterior, Karina Licea, Consultora en Desarrollo Urbano y Movilidad, asegura que en México el desarrollo urbano es relativamente nuevo y no se le ha dado la importancia necesaria en los años pasados. “Salta mucho que aún no se tiene una visión clara del país en torno al desarrollo urbano, no hay un plan estratégico que impulse el desarrollo, principalmente de las zonas menos favorecidas.”
Lo primero que deben hacer los gobiernos locales, asegura la especialista, es tener una idea clara de hacia dónde se quiere llegar, considerando las problemáticas existentes. “Se tiene que hacer un plan regional para entender las necesidades de cada una de las regiones y poder impulsarlas, el Plan Nacional de Desarrollo contempla esto, pero no en las medidas necesarias.”
Por su parte, Javier Delgado Campos, Director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), asegura que el urbanismo no es ajeno a los cambios políticos y, como en todo lo relacionado con la vida pública, lleva tiempo mejorar. “El urbanismo es un tema complicado y a la vez peculiar. Este cambio de régimen de gobierno trae consigo modificaciones en las normativas y en las formas, lo que requiere tiempo para poder tener resultados.”
PROMOVER ACCIONES INCLUYENTES
Adriana Lobo, Directora del Instituto de Recursos Mundiales (WRI por sus siglas en inglés), considera que, no obstante la falta de planeación, las ciudades en crecimiento “aún están a tiempo de que los problemas no exploten y puedan ser encausados con políticas públicas adecuadas y proyectos que disminuyan el impacto de situaciones que, en otras ciudades, han causado problemas mayores.”
La especialista asegura que, a pesar de la poca experiencia en planeación urbana de los gobiernos locales, éstos deben trabajar aceleradamente para aminorar los problemas que se presentan en las ciudades, y una forma eficiente de hacerlo es con la planeación participativa, “pues solamente con el apoyo y la colaboración de los ciudadanos se podrán consolidar los proyectos que mayores beneficios traigan a las personas. El involucramiento de la gente en los proyectos de la ciudad es necesario”.
Asimismo, refiere que hoy en día los gobiernos tienen la oportunidad de realizar proyectos con una visión de la ciudad que se busca construir, “para lograrlo es necesario que se acerquen a los ciudadanos, que haya espacios de pluralidad en los que se intercambien ideas y se proyecte una ciudad a futuro, dejando de lado las individualidades, los egoísmos y con la información suficiente.”
Karina Licea concuerda con la visión a futuro en el desarrollo urbano. “El gobierno debe ir más allá, puede comenzar con lo más sencillo y concientizar desde la educación básica en el tema del urbanismo y civismo. Uno de los problemas a los que se enfrenta cualquier proyecto de desarrollo urbano es la poca capacidad de la ciudadanía de entender que una ciudad es compartida y que el trabajo es de todos para que se pueda mejorar.”
Campañas de concientización, participación ciudadana y eficiencia son algunas de las acciones que los entrevistados aseguran que los gobiernos deben implementar. Asimismo, coinciden en que una de las constantes en las ciudades en desarrollo con crecimiento acelerado es la desinformación y la poca aceptación de planes que puedan afectar en cierta medida la vida de las personas, aunque el beneficio sea mayor.
“Hay temas que se deben atender de manera especial, como los proyectos de gran envergadura que corresponden a la atención de las necesidades de la mayoría, sin transgredir los derechos humanos de las personas”, asegura Javier Delgado. Karina Licea sostiene que si bien no se debe pasar sobre los derechos de los ciudadanos, éstos deben ser sensibles a las necesidades de la mayoría en una ciudad que, enfatiza, “es de todos; el gobierno debe saber hacer valer los beneficios para la mayoría sin afectar directamente a una minoría”.
MEDIOAMBIENTE, MOVILIDAD Y VIVIENDA
Para hacer que el desarrollo urbano sea eficiente es necesaria la participación de los gobernantes, teniendo como objetivo una misma meta. Javier Delgado habla de tres niveles de trabajo: coordinación, cooperación y asociación, y los explica de la siguiente forma: “En el primero de estos niveles, quienes gobiernan deben entender que se comparten problemas y hay una interacción que los motiva a colaborar, sin embargo, lo difícil es entender que esos problemas son compartidos, por lo tanto, el trabajo debe ser mutuo y no delegar responsabilidades. Para el segundo nivel, lo importante es repartir tareas para, al final, entender que la gestión de las acciones y los beneficios son mutuos”.
En cuanto a las características que deben ponderar los proyectos de desarrollo urbano, los especialistas ponen énfasis en el impulso del cuidado del medioambiente, contemplando el impacto humano y creando áreas verdes; también aseguran que es necesario generar una movilidad que permita traslados rápidos y seguros, lo cual no implica crear infraestructura para los automóviles exclusivamente, sino priorizar el transporte público y, por último, cambiar el esquema de vivienda.
“Las oportunidades de empleo deben ser generadas no sólo en las zonas centrales de las ciudades, se deben esparcir a las periferias y, con ello, desarrollar modelos de vivienda que beneficien a la población. El Gobierno Federal ha comenzado a dar cambios en este sentido, se están realizado mejoras en el tema de urbanismo, pero los resultados se comenzarán a ver en un par de años”, asegura Karina Licea.
En cuanto al trabajo por hacer desde el ámbito federal y a lo que se requiere mejorar en lo local, los especialistas aseguran que los gobiernos deben hacer una introspección de sus ciudades para entender las problemáticas presentes, atenderlas y planificar las futuras, así como para comprender qué procesos al interior del gobierno deben ser modificados, homologados o desaparecidos, para permitir una eficiencia en el trabajo del desarrollo urbano.
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