Los programas que destinan recursos para la mejora de barrios existen para el disfrute de la ciudad, estudiar en mejores condiciones y practicar deporte; pero ¿quién revisa la capacidad técnica de autoridades y contratistas?
¿Habrá en México algún niño, madre o padre de familia que sepa de qué depende salir a jugar a un buen espacio deportivo, tener una banqueta sin hoyos, aulas equipadas y agradables en las escuelas o alumbrado público que permita sentirse seguro en el espacio público?
Dice el famoso arquitecto brasileño, Jaime Lerner, que “la ciudad debe ser el último reducto de la solidaridad y que éste debe de funcionar”. ¿Es? ¿Funciona?
No es un tema de blancos y negros, existen matices, pero probablemente las ciudades y sus espacios nos niegan más que lo que nos dan en temas clave como los que menciono en el primer párrafo.
Se destinan 5 mil millones de pesos (mdp) en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Fondo de Pavimentación, Espacios Deportivos, Alumbrado Público y Rehabilitación de Infraestructura Educativa para municipios y demarcaciones del DF. Si es mucho o poco no es la intención analizarlo en este texto, ya que el espacio no sería suficiente, pero sí es posible concluir algunas interrogantes, luego de revisar las reglas del Fondo.
RECURSOS MÁS EFICIENTES
¿Quién revisa que los contratistas sean expertos en la creación de espacios deportivos y públicos? ¿La autoridad que contrata la obra es experta y calificada en lo técnico para determinar el mejor proyecto y luego contratarlo? ¿Cómo selecciona la autoridad local, las áreas y los municipios que se verán beneficiados? ¿Cómo se garantiza que tal espacio deportivo va a funcionar? ¿Usted sale a la calle, ve los espacios deportivos y pensaría que estos 5 mil mdp se están empleando de la mejor forma?
Lo cierto es que en el apartado del Informe de la Ejecución de los Proyectos, donde se establecen condiciones para otorgar estos recursos, no dice nada que obligue a la autoridad a contratar a quién sabe, para construirlos. Tampoco dice que quien lo construya está obligado a que le queden bien. Es más, ni la autoridad tiene que saber qué es una buena área deportiva. Únicamente tiene que cumplir con un montón de papeles, entregarlos en tiempo y forma, extender la mano, gastar el recurso y luego reportarle a la Unidad de Política y Control Presupuestario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
“Pavimentación con concreto hidráulico en las calles principales de la comunidad mixteca, construcción del muro de contención de la primaria Leona Vicario, edificación de aulas, infraestructura educativa en la Escuela Normal Vicente Guerrero”, lo que sea que todo esto signifique y el tiempo que dure en buen estado, si es que alguna vez lo tuvo, constituye –entre cientos más– la larguísima lista de obras que se hacen en nombre de ese fondo del Gobierno Federal.
¿Cuántos niños juegan al día en esas áreas deportivas? ¿En qué condiciones están las banquetas para llegar a las canchas? ¿Cuánto tiempo duran las porterías? ¿Quién les da mantenimiento? ¿Sirven las aulas que hicieron en el jardín?
¿Sabrá el encargado de contratar las obras que lo que pagó sirvió para que el contratista tuviera más dinero, pero que en unos meses ningún niño va a poder jugar ahí porque no hay luz y porque se cayeron las porterías?
EL VERDADERO PROPÓSITO
Un Fondo para la felicidad de las personas, para disfrutar de la ciudad, para estudiar en mejores condiciones, practicar deporte, para una señora que lleva a sus hijos en carriola por la banqueta. Eso es lo que entre burocracias se define con este dinero y con la asignación de estas obras. En el fondo para esto tendría que servir el Fondo.
Sin embargo, no sólo parece que no se cumple, sino que tampoco sabemos qué aportaciones se tienen cuando se ejerce un gasto de esta naturaleza. Los espacios comunes de las ciudades podrían disminuir la sensación de desigualdad social, el deporte permite que converjan los ricos y los pobres, que un niño con recursos se abrace a uno que llegó en automóvil al parque para celebrar un gol. Una biblioteca pública en las inmediaciones de una escuela o cercana a un parque permite que áreas deprimidas logren ciertos niveles de desarrollo y que se estrechen desigualdades, como es el caso del Parque Biblioteca España en Medellín, Colombia.
Nada de lo anterior es posible medir a simple vista. Es urgente crear mecanismos de medición del éxito o el fracaso de ésta y otras políticas públicas. Medir ofrece información y permite tomar decisiones, pero una especie de pereza en el análisis de asuntos atendibles por el Estado se hace presente en México cuando somos tan poco proclives a estudiar resultados de las decisiones públicas.
LO RECOMENDABLE
Si como parece, este recurso federal cuenta con “dientes” para evitar el mal uso del dinero público, entonces un siguiente paso es generar capacidad técnica en la autoridad que contrata, tam bién un registro o padrón federal y local de las consultoras y constructoras especializadas en espacios deportivos, alumbrado público, banquetas, infraestructura educativa. Es inverosímil que una sola empresa sepa hacer todo esto. Faltará también que se mida el resultado y que se dé mantenimiento.
Será preciso garantizar que el recurso se utiliza de la mejor forma, definir muy bien en las reglas del fondo cuáles son los criterios que justifican beneficiar un proyecto, estar seguros de la expertise del contratante y el contratista; garantizar el mantenimiento y evaluar resultados.
Un Fondo como el que comento “pavimenta” en los hechos las calles, y también pone cimientos para una ciudad más solidaria, como dice Lerner, una ciudad que permite que los niños y los adultos hagan deporte en un sitio digno; con ello regresa valor al espacio público, una ciudad con mucha luz gracias al dinero del Fondo y con mucha luz en la alegría de sus habitantes.
¿Se podrá? ¿O en éste y en otros rubros estamos condenados a desconocer por qué no tenemos mejores resultados y tomamos mejores decisiones con el recurso público que está destinado a crear ciudades más vibrantes y con mayor calidad de vida para sus habitantes?
0 comentarios