Túmin, que en totonaco significa «dinero», es una moneda comunitaria de trueque que surgió en comunidades y poblados de Veracruz, y que hoy se extiende a 16 de los 32 estados de la República Mexicana.

Estos “vales” de compra-venta surgieron en 2010 en la Universidad Veracruzana Intercontinental (UVI), como parte de un proyecto de investigación sobre comunidades rurales en Espinal, Veracruz. La idea de partida era que los mercados estaban detenidos por su incapacidad de competir con las grandes empresas.

Ahora el túmin circula por diversas regiones del país como una moneda alterna al peso para el intercambio de mercancías dentro de los mercados locales, con el fin de fortalecer la economía de cada región y construir una red solidaria de trueque entre productores y comerciantes. En cinco años pasaron de 70 socios a 840 en 16 entidades del país, entre ellas Veracruz, Chiapas, Jalisco, Guerrero y Puebla.

Gracias a esta “moneda” la gente puede completar el costo de un artículo o intercambiar sus productos, pues el valor de un túmin es equivalente a un peso. Si una persona desea comprar un producto por 150 pesos, es posible pagar 120 por él si no le alcanza y completar el resto con túmins. De esa forma se promueve y protege el intercambio entre comerciantes.

Este sistema ha logrado activar el consumo de productos dentro de cada región, abaratar los costos y promover los intercambios, lo que además fomenta una red de comercio entre productores locales.

Sin embargo, el túmin no está libre de polémica, pues el Banco de México interpuso una denuncia por “falsificación de la moneda nacional”, argumentando que afectan directamente a productores y ofertantes de servicios. A pesar de esto, son cada día más las comunidades que se unen a este sistema de trueque alternativo que ha revivido la economía solidaria.

Con información de: Algarabía/Excélsior