Tips de Gestión

Hacia un manejo responsable de residuos médicos

Si bien el uso de cubrebocas, caretas, goggles y otros objetos sanitarios evita la propagación del Covid-19, al ser desechados dejan una huella ecológica negativa. ¿Cómo manejar este tipo de basura para evitar afectaciones al medioambiente?

 

►Por Luis Alberto Hernández
FOTO: DREAMSTIME

“En su momento, el impacto medioambiental desde que inició el Covid-19 fue incierto, pero siempre parte crucial para el avance del desarrollo sostenible de la población. Un ejemplo claro es la contaminación del aire, que siempre ha tenido un impacto negativo en la salud, y tras la llegada del virus, la contaminación del aire fue una de las causas asociadas, no solo a la propagación de la enfermedad, sino también la causante de la mortalidad de muchas personas tras contraer el virus”, así lo expresa Joel Fragoso, ingeniero en nanotecnología y Director de planta en Éviter, desarrolladora de bioseguridad y macroprotección, al hablar sobre el contexto medioambiental en México antes y después de la pandemia.

En ese sentido, precisa el especialista, la huella ecológica que dejó el Covid-19, al menos durante la primera ola de la emergencia sanitaria, fue el uso diario de millones de cubrebocas y guantes desechables en todo el mundo, productos que tuvieron un mal manejo en su desecho y contaminaron el aire, agua y tierra.

“Sí, el impacto negativo del Covid-19 en el medioambiente nos hizo más susceptibles al desarrollo de nuevas epidemias. Hoy se sabe que seis de cada 10 infecciones son transmitidas de los animales a los humanos y se estima que, en un futuro, 75 por ciento de las enfermedades emergentes también tenga el mismo origen. Por ello, resulta vital promover hábitos higiénicos sustentables y amigables con la naturaleza”, asevera el entrevistado.

En dicho escenario, explica, los productos de cuidado personal, como cubrebocas, elaborados con tejido de composición avanzada, que integren nano-biomolécula capaz de neutralizar a más de 50 tipos diferentes de patógenos, entre virus (incluyendo el SARS-CoV-2), bacterias, micobacterias, hongos y esporas, se vuelven fundamentales entre la población.

UNIÓN ENTRE SECTOR PÚBLICO Y PRIVADO
El directivo de Éviter comenta que las medidas de confinamiento que se establecieron en un principio tuvieron un efecto positivo, aunque temporal, pues lograron una reducción significativa en la contaminación en todas las ciudades del mundo. “Sin embargo, los países latinoamericanos requerirán políticas bien diseñadas para establecer y cumplir objetivos que beneficien a la economía, la sociedad y el medioambiente. Incluso, se cree que, si se dejan de lado los objetivos ambientales, así como los sociales, la economía podría recuperarse en el corto plazo, pero a un muy alto costo para las personas y la ecología”.

Asimismo, lamenta, esta crisis pandémica ha demostrado que las industrias son vulnerables a las amenazas desconocidas, pues no existe certeza de cómo cambiará o se afectará el ambiente. Y es que una de las grandes afectaciones que conlleva una pandemia es, precisamente, evitar que se cumplan las metas medioambientales y económicas, logrando así que los países incrementen sus deudas, evitando el crecimiento económico y mejoras al ambiente.

CLAVES PARA NO AFECTAR EL AMBIENTE
A decir del entrevistado, como consumidor es importante revisar los beneficios que cada producto ofrece. Un ejemplo fue —y sigue siendo— el uso indiscriminado de desinfectantes en áreas industriales, comerciales y residenciales durante la actual pandemia, el cual representó un grave riesgo para el medioambiente, pues provoca un desequilibrio en los ecosistemas, además de afectaciones en la salud de las personas.

“Existe un profundo desconocimiento de los riesgos y alcances de los desinfectantes utilizados masivamente durante este tiempo. El cloro, las sales cuaternarias de amonio (aerosoles) y la clorhexidina, entre otras, son sustancias altamente dañinas (incluso cancerígenas), pues contaminan con gases tóxicos el aire y los mantos freáticos de manera irreversible.”

Agrega que, en materia del uso del agua, es difícil establecer el estado de consumo per cápita de los mexicanos durante la pandemia, pero estimaciones de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) apuntan que, tan solo en esta entidad, éste incrementó 12 veces.

“Por otra parte, si hablamos como desarrolladores de productos (cualquiera que estos sean), es importante que respondamos a los retos sanitarios actuales y del futuro. Es prioridad poner mucho cuidado y atención tanto en el medioambiente como en el desarrollo y uso de innovaciones científicas para hacerlas seguras y sustentables, a fin de evitar la generación de desechos e impulsar un impacto positivo en los espacios públicos.”

En este contexto, Joel Fragoso expone que los retos que visualiza en el corto, mediano y largo plazo, en materia de manejo de residuos y de salud pública, son la creación de normas, regulaciones, tecnologías y establecimientos de asistencia sanitaria para eliminar o tratar los desechos biomédicos y sanitarios, y así garantizar una mayor viabilidad y eficiencia del sector ambiental y un impacto positivo en la salud de las personas.

Sin embargo, reconoce, la falta de recursos o de experiencia en el desarrollo de estas normas son factores que pueden alterar el tratamiento de estos desechos: guantes, mascarillas o materiales de protección infectados y productos sanitizantes, entre otros.

“El principal reto es que, como ciudadanos, comencemos a ser más conscientes del impacto ambiental de nuestro estilo de vida. Afortunadamente, los científicos nacionales y extranjeros estamos haciendo grandes esfuerzos para desarrollar productos que, gracias a innovaciones como la nanotecnología aplicada, sean capaces de mejorar sus beneficios, al tiempo de ser más amigables con el medioambiente”, concluye.