Un ejemplo de que el gobierno en sus tres niveles puede colaborar junto con la sociedad civil en el bienestar de una comunidad se puede observar en Chiapas, donde apenas en marzo de 2011, y tras dos años de esfuerzo, la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, fue certificada como Comunidad Segura, categoría que: “no es un fin en sí mismo, sino el principio de un compromiso para mantener el desarrollo y los logros para seguir mejorando”. Así lo declaró durante la ceremonia de certificación el fundador y líder mundial de Comunidades Seguras, Leif Svanstrom, director del Instituto Karolinska, de Estocolmo, Suecia.
El especialista consideró la posibilidad incluso, de que la capital chapaneca pueda ser un líder que genere un movimiento en favor del país.
Tuxtla Gutiérrez es la ciudad más extensa y poblada del estado, con más de 567 mil habitantes de acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), además de ser el principal centro económico de la entidad ya que ocupa más de 96 por ciento de la actividad económica e industrial en todo el estado.
Con el apoyo del gobierno estatal y de la Asociación Nacional de Consejeros de Participación Social, la administración de este municipio trabajó desde hace dos años su certificación como “ciudad segura”, para lo cual presentó diversas propuestas:
• La implementación de la Policía femenil de tránsito y vialidad.
• Policía ciudadana solidaria
• Policía del Centro
• El alcoholímetro preventivo
• El Centro de Rehabilitación Infantil Teletón
• El Centro Especializado en Atención y Tratamiento en Adicciones
• Los inspectores infantiles
• Todos a la Escuela
• El Programa Amanecer
• La red ciudadana integrada por asambleas de barrios
• El Consejo de Participación Ciudadana de la Procuraduría General de Justicia del Estado y el Consejo Consultivo Municipal
• Taxista Vigilante
• Botón Negocio Seguro
• El Conejo Bus
• El Banco de Sangre
• El Centro de Atención y Vigilancia Permanente
• La Ciudad del Agua
• El Sistema de Protección y Tratamiento de Basura
Tuxtla Gutiérrez es la tercera ciudad certificada como segura en América Latina y primera en México, a través del Instituto Cisalva, de Colombia, el cual opera como órgano certificador del Instituto Karolinska en América Latina Con estos programas, además de lograr la certificación de este organismo internacional, los tuxtlenses forman parte de una sociedad civil que demanda, pero que al mismo tiempo actúa activamente en la generación de un nivel de seguridad menos policiaco.
El ciudadano ante todo
La seguridad debe centrarse en las personas, no solamente cuando se ven amenazados por la violencia física, sino también por las limitaciones a su subsistencia en condiciones de dignidad, consideran Luis Herrera-Lasso, internacionalista mexicano y especialista en temas de seguridad nacional, y el sociólogo Juan B. Artola.
“Es así que la seguridad humana contempla como premisa central que la persona es el sujeto de la seguridad, por lo que la prioridad pasa de los derechos de los estados a los derechos de las personas. Ello implica el diseño de estrategias y políticas que garanticen niveles mínimos de bienestar, libertad y derechos”, comentan, en el volumen Migración y seguridad, nuevo desafío en México, publicado por la asociación Colectivo de Análisis de la Seguridad en Democracia (Casede).
“Es muy interesante y correcta esta distinción internacional a Tuxtla Gutiérrez, es un proyecto que hay que voltear a ver porque se está trabajando bien ahí”, afirma al respecto, Julián Andrade, escritor y periodista, especialista en temas de seguridad.
La certificación, agrega, es especialmente destacada porque garantiza la seguridad no en un sentido meramente policial sino en un sentido integral, más humano. De no convertirse en un proyecto que varíe en el cambio de un alcalde a otro, y se lleve a cabo adecuadamente, el modelo es bueno para que los otros 80 aspirantes a la certificación los tomen, por ejemplo Mérida.
Sobre el concepto de seguridad pública que define esta certificación a Tuxtla Gutiérrez, Luis Wertman Zaslav, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Distrito Federal, afirma que los institutos Karolinska y Cisalva contemplan un concepto amplio, que se abre al ámbito de las Ciencias Sociales para encontrar el desarrollo hacia políticas públicas de convivencia social y seguridad.
“Este concepto de convivencia social desarrollado de múltiples formas en Colombia demuestra, además, que favorece mejores estándares de seguridad pública. Así, coincidimos en este precepto, que nosotros como Consejo y a trabajamos a través del Programa Ciudad de México, Capital Ciudadana.”
Con esta acción, agrega Wertman Zaslav, realizada bajo la dirección de la organización Corpovisionarios por Colombia, dirigida por Antas Mockus, ex alcalde de Bogotá, se entiende que las normas jurídicas deben estar siempre acompañadas de las normas sociales para generar comportamientos sólidos que se enfoquen en un precepto amplio: el respeto.
“Creemos en ese sentido que la certificación de ambos institutos busca que las autoridades impulsen este camino para mejorar la convivencia ciudadana, lo cual es una acción loable que debe ser respaldada”, indica.
En referencia a las características de fondo que debe tener un municipio para lograr esta certificación, más allá de cumplir con los programas ciudadanos por los que fue certificada Tuxtla Gutiérrez, Wertman advierte que lo más importante es la apertura al ciudadano.
“Desafortunadamente en nuestro país, se puede establecer una diferencia muy clara entre autoridades y ciudadanos, entre políticas públicas y políticas ciudadanas. En pocos lugares, como parece ser Tuxtla Gutiérrez y el Distrito Federal, donde nosotros lo hemos constatado, la unión de estos preceptos no es un discurso, es un hecho.”
La apertura para escuchar, implementar y, sobre todo, responder a los reclamos ciudadanos es uno de los factores primordiales para cambiar la situación de seguridad de una entidad. Este solo hecho rompe la brecha existente y permite que ambas instancias, ciudadanos y autoridades, trabajen juntos para superar los problemas que enfrentan. Ninguna de ambas partes, sola, puede solucionar nada, advierte.
El especialista del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del DF, explica que Tuxtla Gutiérrez, como capital del país no vive la situación que priva en otras entidades de la república y que incluso han llevado a revertir una percepción nacional sobre el DF, manifestada en el hecho de que antes la gente salía de la Ciudad de México por insegura, y actualmente las cosas son al revés.
El objetivo, mejorar
Hay 80 municipios que aspiran a obtener la misma certificación como ciudad segura. Y entre las aspiraciones para la capital chiapaneca está que no sólo se mantenga como una localidad que conserva la paz social, sino que mejore en este sentido. “Y si la certificación es un estímulo para el cambio, es bienvenida, pero será necesario, como comenté, que se generen mecanismos de seguimiento, evaluación y, sobre todo, que permitan su permanencia, es decir, más consejos ciudadanos”, establece Luis Wertman.
Respecto a qué tanto compromete a la ciudadanía la prevención del delito, enfrentar, contener y combatir la delincuencia, menciona que la ciudadanía y las autoridades pueden hacer la diferencia en este respecto, pero deben trabajar juntos.
“Separados no. No se trata de tener ciudadanos-policías, ni autoridades que quieran suplantar la acción ciudadana. Se trata de que ambos realmente actúen. Los ciudadanos debemos ser corresponsables, es decir, no dejar de denunciar ni de presionar para que las autoridades nos den resultados. Ese es nuestro papel y en ello debemos estar comprometidos todos”, asevera Wertman.
Lugares seguros en México no hay muchos, Tuxtla Gutiérrez sería el único, considera por su parte, Ricardo Ravelo, autor entre otros títulos de Los capos, las narco rutas de México; Crónicas de Sangre, y El narco en México, Historia e historias de una guerra, recién publicado. “Es entendible que todos los alcaldes tengan esta aspiración, pero lo veo muy complicado. El hecho de que no haya violencia no implica que una ciudad sea segura. Porque en este momento no hay un solo territorio del país libre de tensión por la violencia del narco”, considera.
Para el municipio es un reto mantener una comunidad segura, ya que el certificado que otorga el Instituto Karolinska no significa que no se cometan delitos en la entidad, sino que baja su incidencia. La certificación del municipio es un reconocimiento no al gobierno, sino a la participación activa y el empoderamiento de la sociedad en los problemas y la solución de estos.
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