Esta administración avanza en el cambio de un modelo de costos en la gestión de desechos urbanos, a uno de valor
Durante varios años, los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) de la Ciudad de México fueron confinados en rellenos sanitarios, lo que contribuyó a la contaminación del ambiente y profundizó los costos para las finanzas locales.
Pero llegó el momento de darle un giro a la situación antes de que se volviera insostenible, asegura el titular de la Agencia de Gestión Urbana (AGU) de la ciudad, Jaime Slomianski Aguilar.
“El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, nos instruyó para buscar soluciones que le dieran un giro a la gestión de los RSU, el resultado fue que hemos cambiado de un modelo de costos a uno de valor”, explica.
La estrategia se denomina Basura Cero y consiste en que los RSU sean valorizables. Cuando los desechos se envían al relleno sanitario ya no sirven para nada y contaminan, pero si se envían a la industria del reciclaje ya no se convierten en basura, sino que se incorporan a un proceso mediante el cual recuperan cierto valor
El programa Basura Cero no implica que se deje de genera basura porque eso es imposible, sino que los desechos cada vez sean más valorizables; se trata de generar un modelo de economía circular en beneficio de todos.
“Históricamente los RSU se mandaban a rellenos sanitarios, hace muchos años a Santa Fe, y cuando ese vertedero cerró fueron dirigidos al Bordo Poniente Etapa 4, el cual, en 2011 también se cerró; a partir de entonces fue necesario mandarlos a rellenos privados ubicados en el Estado de México, con los costos que ello implica para las finanzas de la ciudad”, detalla el funcionario.
La Ciudad de México produce cada día alrededor de 13 mil toneladas de RSU, es la segunda ciudad que más residuos genera en todo el mundo, solo detrás de Nueva York.
Jaime Slomianski destaca la importancia del programa de separación de basura en la ciudad, ya que es donde comienza el proceso de valorización de los RSU. Al respecto las cifras son favorables ya que a un mes de iniciado dicho programa, la captación de basura orgánica subió a 56 mil 689 toneladas, mientras que en el mismo periodo del año pasado la cifra se colocó en 39 mil 41 toneladas.
Así es como la Ciudad de México genera un auténtico cambio de paradigma en la gestión de los RSU, que se concretará con el próximo inicio de la construcción de la planta de termovalorización, marcando un hito al ser la primera en Latinoamérica y una de las más grandes del mundo.
Participación privada
En mayo de este año, un consorcio encabezado por la empresa Veolia suscribió un Contrato de Prestación de Servicios con el gobierno de la Ciudad de México, para el diseño, construcción y operación, incluyendo el financiamiento, de la planta de aprovechamiento del poder calorífico de los residuos sólidos urbanos de la Ciudad de México, denominada Planta de Termovalorización de Residuos Sólidos Urbanos.
“Después de 25 años de presencia del grupo Veolia en México, es el primer proyecto de esta magnitud en cuanto a su capacidad y en cuanto a la tecnología que vamos a utilizar en su operación”, explica Federico Casares, director de Desarrollo de Negocios y Relaciones Institucionales de Veolia México.
Coloquialmente se la llama planta de termovalorización de residuos sólidos urbanos y básicamente consiste en que de las 8,500 toneladas por día que hoy van a rellenos sanitarios, alrededor de 4,500 toneladas diarias serán enviadas a dicha planta, con lo que se van a generar 965 gigawatts/hora por año de energía eléctrica, que es el equivalente a lo que hoy en día consumen las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México.
“El modelo que diseñó el gobierno de la Ciudad de México, muy innovador, por un lado, resuelve el problema de gestión de los residuos urbanos al no tener donde disponerlos, y por otra parte se aprovechan estos desechos, cuyo transporte y disposición tiene un costo, para genera energía eléctrica y dejar de pagar ese monto que equivale al consumo energético de las 12 líneas del Metro, dicha combinación es la que resultó viable para el proyecto”, explica el directivo.
La tecnología está probada a nivel mundial, hoy en día existen más de 1,900 plantas de termovalorización en el mundo, Veolia opera 63 de éstas en Europa y algunas en Asia; y aunque esta tecnología data de la década de 1970, ha evolucionado.
Proceso gradual
“El proyecto tiene un alcance de 33 años, tres años nos llevará el diseño y construcción de la planta y luego 30 años de operación y mantenimiento. Los tres años de construcción se deben a que la tecnología de fabricación de los equipos de la planta, que incluyen el horno, ciclo térmico, sistema de tratamiento de gases y turbina de generación de energía eléctrica, tienen tiempos de fabricación importantes dada la calidad y especificaciones de los materiales que se utilizan”, detalla el directivo.
Otro tema relevante es el lugar donde estará ubicada la planta: la zona federal del Bordo Poniente, a un lado de donde operó el relleno sanitario por más de 25 años. Ahí, al igual que donde se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), existen características geológicas difíciles que requieren de una cimentación especial, es decir, obra civil especializada, lo que implica un proceso de construcción gradual para asegurar la calidad de la construcción.
Contractualmente está previsto el manejo diario de 4,500 toneladas porque el compromiso es la generación de 965 gigawatts/hora por año. La planta tiene tolerancia para recibir un poco más o un poco menos de residuos urbanos para asegurar la generación de energía eléctrica.
El gran reto que tiene la Ciudad de México, una vez instalada esta planta, es que de las 8,500 toneladas que van a rellenos sanitarios, una vez funcionando la planta de termovalorización, así como una planta de biodigestión, únicamente se envíen a relleno sanitario 1,500 toneladas, esa es la visión plasmada en el Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos 2016-2020 que fue dado a conocer el año pasado.
“El beneficio de la generación y venta de energía eléctrica es para el gobierno de la Ciudad de México, la empresa no va a comercializar la energía eléctrica porque se trata de un Proyecto de Prestación de Servicios (PPS) en donde el gobierno de la ciudad, a través de la AGU, contrató al consorcio encabezado por Veolia para este proyecto”, explica Federico Casares.
En 2016, Veolia gestionó 45 millones de toneladas de todo tipo, muchos de estos residuos, como es la tendencia a nivel mundial, no fueron enterrados en rellenos sanitarios, sino que se logró su aprovechamiento energético.
Este proyecto pone a la vanguardia a la ciudad de México en gestión de residuos urbanos no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, de tal manera que han empezado los acercamientos de otros países con los funcionarios y expertos mexicanos para conocer de cerca los detalles de este giro en la gestión de residuos que dejará como uno de sus legados más importantes la administración que encabeza Miguel Ángel Mancera.
Referente para otras ciudades
Con 35 años de experiencia en temas ambientales y crítico de las políticas de gestión de los residuos sólidos que durante muchos años se siguieron en la capital del país, Carlos Álvarez Flores, especialista en gestión de residuos sólidos, ambientalista y presidente de la asociación civil México, Comunicación y Ambiente, un organismo que combate las políticas públicas contaminantes, reconoce que el cambio de modelo en la Ciudad de México será favorable.
“Yo he sido muy crítico de las políticas públicas que solamente han generado contaminación para todos, llevo más de 30 años combatiéndolas y señalando el enorme daño que le provocan a la salud de las personas y del medioambiente en general”, apunta.
“Sin embargo, en esta ocasión debo reconocer que el cambio de estrategia es adecuado y por lo tanto favorable para disminuir la contaminación del medioambiente; el esquema de termovalorización le dará una solución de largo plazo a la gestión de residuos sólidos en la Ciudad de México, bienvenido sea.”
El experto señala que es incluso un proyecto que podría ser replicado en otras grandes ciudades del país, para darle soluciones de largo plazo a uno de los más grandes problemas que enfrentan las ciudades hoy día.
Por Antonio Snadoval La Ciudad de México es líder nacional en gestión de residuos sólidos gracias a la tarea de la presente administración, misma que diseñó desde su llegada una estrategia integral cuyos resultados saltan a la vista. El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, explica que de las 12 mil 500 toneladas diarias de residuos sólidos que se generan en la capital del país, ya se registra una gestión efectiva de 6 mil toneladas mediante plantas de composta y compactación. Dichas plantas de compactación son las más grandes de América Latina, con resultados muy importantes al transformar la basura en combustible para la industria; actualmente se operan dos plantas, más una tercera en donde se procesa conjuntamente con la composta. Asimismo, el gobierno de la Ciudad de México licitó en meses pasados el diseño, construcción y operación de una planta de aprovechamiento del poder calorífico de los residuos sólidos urbanos, conocida como planta de termovalorización, mediante un contrato de prestación de servicios. Se trata de uno de los proyectos más ambiciosos de esta administración, pues será la planta más grande del mundo, con capacidad para gestionar 4 mil toneladas diarias de basura, totalmente amigable con el medioambiente y sin necesidad de inversiones costosas para la capital del país; su operación inicial estimada es de 30 años. “Hacer hoy día una inversión de 6 mil o 7 mil millones de pesos (mdp) para tener esta planta sería imposible, es más, en el esquema de prioridades habría otras como el agua que no permitirían hacer esta inversión. Sin embargo, con la estrategia que se diseñó la ciudad no paga nada, simplemente sigue pagando su energía eléctrica, pero con un menor costo, entonces es un ganar-ganar por todos lados”, asegura el mandatario. Por Antonio Sandoval Mancera Espinosa refiere que con la generación de energía limpia proveniente de dicha planta se alimentarán las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, con lo que se calcula un ahorro de entre 200 y 300 mdp anuales. “Estos recursos servirán para pagar la planta, además de que contamos con energía limpia y más barata que la que actualmente se produce”, refiere el mandatario capitalino. FUENTE DE ENERGÍA Esta planta de termovalorización se complementará con la planta de biodigestión. El biodigestor se ubicará exactamente a un lado y gestionará alrededor de 1,500 toneladas de basura que requieren un tratamiento diferente; ambas plantas convertirán la zona donde se ubicarán en un corredor de gestión de residuos totalmente amigable con el ambiente, localizado fuera de la Ciudad de México. Miguel Ángel Mancera señala que cuando funcionen ambas plantas el gobierno de la Ciudad de México dejará de pagar al Estado de México alrededor de 1,300 mdp por tirar la basura en ese territorio; el mandatario capitalino estima que el ahorro total podría ser de 1,600 mdp. Asimismo, señala que la inversión total en ambos proyectos será de 10 mil mdp aproximadamente. El biodigestor está en proceso de licitación, mientras que en las próximas semanas se colocará la primera piedra de la planta de termovalorización, una vez que se resuelvan detalles como la concesión y el asunto de todo el impacto ambiental, algo en lo que trabaja también el Gobierno Federal. El mandatario explica que continúan los trabajos para poner en marcha a la brevedad el proyecto del Bordo Poniente, de donde se extraerá gas metano mediante el aprovechamiento de millones de toneladas de basura, que generan la energía necesaria para el alumbrado público de la ciudad. Asimismo, Mancera Espinosa asegura que el programa de separación de residuos sólidos, puesto en marcha en julio de este año, ha resultado en un éxito inmediat |
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