En materia de transparencia, el trecho entre lo que dicen las leyes en los estados y lo que se hace en la realidad es grande. El problema, sin embargo, no es sólo de cumplimiento de la normatividad. Se puede cumplir con ésta, pero las deficiencias están en otro lado: en los portales —que no operan adecuadamente—, en el lenguaje confuso de las solicitudes de información, en la falta de capacitación en los responsables de atender a la población e, incluso, en ésta última, la ausencia de interés por el tema.
Ricardo Jiménez, coordinador del Programa Ciudadanos por Municipios Transparentes, del colectivo Ciudadanos por Municipios Transparentes (Cimtra), afirma en entrevista que “hay que empujar diversas pelotas a la vez” para que la transparencia sea efectiva y cumpla con su objetivo: se requieren buenos marcos jurídicos, reglamentos municipales, interés de las autoridades en el tema, involucramiento de los ciudadanos y mecanismos para que la población participe en la toma de decisiones.
A la transparencia se le ha visto como una parte exótica, rara, cuando debería ser un elemento transversal al funcionamiento de las administraciones de los tres niveles de gobierno y no sólo un módulo, asevera.
Se requiere —continúa el también integrante de la agrupación civil Centro de Estudios Municipales— de una política proactiva y no pasiva, como ocurre cuando un alcalde pone a alguien detrás de una ventanilla afuera del palacio municipal, y luego lo quita porque nadie preguntaba ni se interesaba por saber qué hacía.
Los ciudadanos no se acercan porque no hay ningún tipo de vinculación, de trabajo previo con ellos, para decirles que pueden inquirir sobre diferentes aspectos relacionados con el ejercicio del gobierno. La población también tiene que aprender a preguntar y a estar involucrada en la toma de decisiones, explica.
¿Qué hacer para que los gobiernos informen, por lo menos, adecuadamente? “Cumpliendo con lo que dicen sus leyes locales, y eso no se hace. Hemos encontrado en Cimtra casos de portales de ayuntamientos en los que no se lleva a cabo lo que establece la ley en la materia.
Los municipios se rigen por lo que dice la ley estatal, pero además no cuentan con reglamentos. Son poco más de 20 los que los tienen, y esto tampoco abona mucho en favor de la transparencia.”
Jesús Nieves Mitaynez, director ejecutivo del área de Asuntos Académicos del Centro para el Desarrollo del Pensamiento Ético de la Oficina de Ética Gubernamental del gobierno de Puerto Rico, destaca la importancia de que los municipios tengan los reglamentos correspondientes, pero también las herramientas tecnológicas para que se pueda cumplir con las obligaciones de transparencia.
Considera que también es posible trabajar en un proyecto donde el presupuesto y los recursos humanos converjan en una mejor calidad normativa.
Para Blanca Lilia Ibarra Cadena, comisionada presidenta de la Comisión para el Acceso a la Información Pública (CAIP) de Puebla, además de una ley de avanzada que no tenga candados que impidan el acceso a la información, en la aplicación cotidiana de este derecho deben existir políticas públicas de los gobiernos municipales y estatales con un enfoque que facilite la operación.
Al respecto, Agustín Millán, comisionado ciudadano del InfoDF, precisa que el Artículo 6º constitucional obliga a que los tres niveles de gobierno utilicen sistemas electrónicos para cumplir con la transparencia —exceptuando los que tienen una población menor a 70 mil habitantes—, y menciona que desde 2006 existe Infomex, una plataforma tecnológica que potenció el acceso a la información en todo el país.
No obstante, los portales muestran deficiencias. Óscar Guerra, también comisionado del InfoDF, dice que de acuerdo con el estudio del CIDE denominado Métrica de la Transparencia 2010, los ayuntamientos mostraron una gran debilidad en sus páginas de Internet, ya que tuvieron 57 de calificación en una escala de 0 a 100, cuando el promedio del país fue de 82. “Ahí vemos una ventana de oportunidad: que en esos sitios de mayor densidad poblacional hay que mejorar los portales, pero también elevar la calidad de las respuestas”, enfatiza.
Aunque es difícil generalizar, Blanca Lilia Ibarra asegura que uno de los retos en los municipios consiste en buscar que la información que se sube a los portales sea clara, útil, oportuna y entendible. “Esto tiene mucho que ver con la capacitación, con la profesionalización de quienes tienen a su cargo estos sitios, para que los alimenten y proyecten de una manera sencilla lo que se quiere dar a conocer. Ocurre que a veces están escondidas la obligaciones de transparencia, o bien las solicitudes de información no aparecen a primera vista, pues se trata de desmotivar al ciudadano.”
“Qué tan ‘amigables’ son los portales en materia de transparencia, es algo que nos hemos preguntado”, indica Ricardo Jiménez, quien agrega que “hay una tendencia a montar información escaneada, tal como viene en los formatos administrativos. Puede ser que el interés del ayuntamiento sea dar a conocer las partidas presupuestales, pero lo que se hace es escanear y subir al portal un documento que sólo el tesorero entiende”.
Explica que muchas veces es necesario buscar la información en los recovecos: “Hay que dar muchos clicks para acceder a la información. Es decir, que por un lado, no está tan accesible y, por el otro, la que está no es tan digerible”.
Esto, puntualiza, no tiene que ver con el tamaño o desarrollo económico de los municipios. “Es un proceso nuevo que ha implicado para los gobiernos generar información, cuando no están acostumbrados a exponerla”, comenta.
USAR LA CREATIVIDAD
La comisionada presidenta del CAIP subraya que existen municipios en todo el país que no tienen posibilidades de contar con una página de Internet, y menciona el caso de localidades poblanas con menos de 70 mil habitantes, donde en un afán de privilegiar la transparencia han sido colocados pizarrones y murales a la entrada de ayuntamientos, en los que se muestran las obligaciones mínimas de transparencia que establece la ley de Puebla.
La transparencia no siempre está relacionada con páginas electrónicas, expresa por su parte Ricardo Jiménez, quien agrega que se puede recurrir a trípticos, carteles o cartulinas pegadas a la entrada de cualquier palacio municipal, con información sustantiva, clara y actualizada.
Otro asunto importante —advierte Blanca Lilia Ibarra— es la sensibilización de las autoridades. Muchas veces recae la atención de las solicitudes en las contralorías o en funcionarios que no tienen la capacitación suficiente o no conocen el tema; de ahí que haya una cantidad importante de recursos de inconformidad sobre las respuestas que se dan.
Es importante —indica— que haya unidades administrativas de acceso a la información, pero sobre todo que cuenten con personal capacitado y sensible a estos temas. Se requiere un sistema de gestión de solicitudes de acceso. En más de una veintena de estados se cuenta con el sistema Infomex. En algunos casos, los ayuntamientos tienen correos electrónicos y en otros la gente tiene que ir personalmente a hacer su petición, lo cual evita el anonimato establecido en la ley.
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