Planifique, no improvise

por | Feb 1, 2012 | Febrero 2012, Tips de Gestión | 0 Comentarios

Rommel RosasDicen que cuando un alcalde asume el cargo, el primer año llega a ver lo que su antecesor dejó en las arcas, el segundo lo dedica a planear, pero al tercer año de su mandato, cuando va a ejecutar los planes, tiene que preparar su salida.

Esta situación da lugar a la improvisación y a proyectos inconclusos, pero no tiene que ser un destino fatal, asegura Rommel Rosas, director del Centro de Mejora Institucional del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). ¿Cómo? Mediante la elaboración de planes de desarrollo municipal con visión de largo plazo, que tengan ejes torales muy bien definidos en función de la vocación de los ayuntamientos.

Ahora, ¿en qué consiste ese plan? Se trata de un instrumento de política gubernamental que permite organizar racionalmente los recursos materiales, financieros, tecnológicos y humanos del municipio, con base en una serie de objetivos específicos enfocados a promover el desarrollo de la comunidad.

Pero con el propósito de que no se quede en mero compendio de buenos deseos, el experto aclara que un plan de desarrollo eficiente no compromete a una sola administración municipal, sino que debe abarcar por lo menos dos o tres periodos de gobierno.

Cada cinco años, la administración en turno debe realizar una evaluación para conocer los avances del plan y hacer las modificaciones pertinentes a los programas que lo ameriten, con el propósito de adaptarlos a la realidad política y social que el municipio atraviese en ese momento.

Medidas básicas“Actualmente se hacen planes de desarrollo municipal para salir del paso y muchos se elaboran con base en los programas estatales y el Plan Nacional de Desarrollo. Cada partido político trae sus propios temas y su ideología, pero con un plan de largo plazo se le indica a los gobiernos que hay un plan rector sobre el cual deben actuar”, comenta el experto.

Reconoce que no es una labor fácil. El propósito del plan es atender las demandas más urgentes de la población, impulsar un nivel de vida homogéneo, promover la participación social y aplicar racionalmente los recursos materiales y humanos. Todo esto exige conocer muy bien la historia y las necesidades del municipio, lo que deberían dominar los alcaldes, pero en caso necesario, Rommel Rosas sugiere a los ediles auxiliarse de asesores.

EL CASO DE MARQUELIA

El especialista destaca el caso de Marquelia, un municipio creado en 2002 en la Costa Chica del estado de Guerrero que, desde el mismo día de su conformación, dio a conocer un plan de desarrollo a 30 años. Para llegar a ese documento se tomaron en cuenta una serie de estudios, los cuales revelaron que la ubicación costera y las playas vírgenes del municipio evidencian una vocación natural por las actividades turísticas.

Con base en los lineamientos del plan de desarrollo municipal de largo plazo, Jesús Rico Santana, actual alcalde de Marquelia, supo que debía impulsar la construcción de una planta tratadora de agua, una central de abastos —para hacer del ayuntamiento un polo de desarrollo comercial en la Costa Chica de Guerrero— y una Universidad del Mar.

“Apenas estamos en gestiones con estos grandes proyectos. Esperamos que, en el transcurso de este año, el alcalde que llegue pueda aterrizar de manera concreta estos planteamientos para dar inicio a su construcción. No le hemos agregado ni quitado nada al plan de desarrollo, sólo nos hemos dedicado a ejecutar”, sostiene el edil.

Si bien el plan de desarrollo de Marquelia tiene una visión de largo plazo, no tiene un grado de ley, por lo que puede ser sujeto de cancelación con el arribo de nuevas autoridades, de ahí la importancia de fortalecer legal e institucionalmente estos acuerdos para garantizar su permanencia, refiere Jesús Rico.

¿QUÉ HACER EN LO INMEDIATO?

GráficosSi los alcaldes no tienen la posibilidad de hacer planes de gran visión, existen opciones para planear el desarrollo de un municipio en el corto plazo. Una de ellas es revisar con atención el acta de entrega-recepción, el primer instrumento que tienen los munícipes para saber cuáles son los pendientes, los avances y las áreas a reforzar.

Rommel Rosas sugiere que las administraciones salientes elaboren actas de entrega-recepción más completas y explícitas y que el nuevo gobernante se tome la molestia de leer detenidamente el documento. “Hay que hacerle caso al acta de entrega-recepción y no verla como un documento más. Por lo regular, lo primero que hacemos es firmarla y archivarla o entregársela al secretario particular. Se trata de que el alcalde y su equipo de asesores conozcan el acta y que se comprometan a revisarla.”

También recomienda a los funcionarios locales crear institutos de planeación descentralizados de la presidencia municipal, los cuales coadyuvarán en una más rápida y eficiente organización, como ocurre, por ejemplo, con las ciudades de León, Tijuana y Hermosillo. Asimismo, sostiene que los institutos estatales de planeación deben colaborar con los ayuntamientos, cuando menos para ofrecerles un diagnóstico sobre la situación económica y social que guarda la localidad.

Los grupos de expertos y despachos de asesores externos son una buena idea, no obstante “la recomendación sería que esos expertos fueran del propio estado. Somos muy dados a contratar despachos fuereños, incluso extranjeros, para hacer planes que ni siquiera son aplicables a una realidad municipal. Tal vez habría que voltear a los investigadores del estado, las universidades públicas y a los centros de investigación locales”, sugiere el experto.

En el caso de municipios pequeños y apartados, que no pueden pagar asesores, Rosas recomienda acercarse a los consejos de ancianos y a los cronistas municipales, quienes al conocer la historia de la localidad y el comportamiento de los ciudadanos se convierten en una fuente muy importante para saber hacia dónde orientar el desarrollo de las comunidades.

Pero sobre todo, el alcalde debe tener voluntad y conocer el municipio que va a gobernar. “Porque un alcalde con visión va a aprovechar las herramientas que tenga a la mano y va a planear mucho más rápido”, concluye Rosas.

David Galicia Sánchez

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