El campo mexicano se sirve de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para evitar el desperdicio de agua a través de IrriModel V 2.0, un software que programa el manejo y la gestión de riego en los campos de cultivo.
La aplicación les permite a los productores locales optimizar la administración del recurso en condiciones críticas, sobre todo en las regiones donde se carece de agua. Mediante la herramienta es posible pronosticar y calendarizar el riego de las parcelas en diferentes fechas de siembra y texturas de suelo, con base en información climática en tiempo real.
Su uso ofrece una eficiencia de entre 60 y 80 por ciento si se emplean sistemas de riego por gravedad y 95 por ciento mediante la técnica de riego por goteo. Esto representa un ahorro de entre 1,500 y 3,500 metros cúbicos de agua por hectárea.
CÓMO FUNCIONA.
El usuario entra a IrriModel V 2.0 e ingresa datos sobre su cultivo, el tipo de riego que utiliza, la lluvia que ha caído en sus predios y la estación meteorológica más cercana a su parcela. Entonces el software se conecta con la estación, que le envía información en tiempo real sobre el clima. El programa interpreta esa información y le indica al productor el momento y la cantidad de agua que tiene que utilizar para el riego.
Ernesto Sifuentes Ibarra, responsable del Programa de Uso y Manejo Experimental del Agua en el Campo Experimental Valle del Fuerte del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), explica que un factor importante para el éxito de este proyecto radica en que los productores pueden consultar la información a través de sus computadoras y teléfonos inteligentes conectados a Internet.
“Actualmente diversas instituciones trabajan en el desarrollo de una aplicación en el sistema operativo iOS del iPhone, una de las plataformas más estables tecnológicamente hablando para bajar el IrriModel V 2.0 al celular. En breve también se desarrollarán aplicaciones para Android”, explica.
MÁS ESPACIO PARA CULTIVAR.
El especialista comenta que esta tecnología se aplica desde hace cuatro años en el estado de Sinaloa con resultados notables.
Uno de ellos es que gracias a las mediciones,el programa puede incrementar en 20 por ciento la superficie de siembra con el mismo cultivo u otros.
Tal porcentaje representa 20 mil hectáreas adicionales por cada 100 mil de siembra y un volumen de producción de 200 mil toneladas, que equivalen a una derrama económica de aproximadamente 840 millones de pesos (mdp).
Los municipios de Sinaloa que usan este sistema son El Fuerte, Ahome, Guasave y Culiacán. En estas demarcaciones se encuentran los distritos de riego 076 (Valle del Carrizo), 075 (Valle del Fuerte), 063 (Guasave) y 010 (Culiacán) donde se cultiva maíz, frijol y papa.
Sifuentes precisa que la herramienta les ha significado a estas demarcaciones ahorros de agua de hasta 40 por ciento en la siembra de maíz y sorgo, y de 30 por ciento en los cultivos de papa y frijol.
Los gobiernos estatales y municipales pueden ayudar a sus productores en la gestión de los trámites para adquirir el software.
VARIAS SOLICITUDES.
Ante la demanda de otros estados del país, como Sonora o Baja California, el INIFAP, un centro público de investigación que forma parte de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), ha mostrado interés en apoyar con más recursos para extender el software a más usuarios e integrar nuevos cultivos en los próximos meses. Sin embargo, esto se sabrá con la publicación de las reglas de operación, que se tiene prevista para las siguientes semanas.
El funcionario refiere que el año pasado, el Instituto buscó replicar la experiencia de Sinaloa en estos dos estados, pero debido a los tiempos políticos marcados por las elecciones y el cambio de gobierno federal ya no fue posible.
La operación del IrriModel V 2.0 corre a cargo del INIFAP, pero en el caso de Sinaloa, también participa la Fundación Produce Sinaloa, A.C.
Los gobiernos locales interesados en conocer de primera mano este desarrollo pueden contactar al INIFAP o a la Fundación Produce de su estado para solicitar financiamiento.
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