Para procurar el bienestar de una comunidad, no basta con realizar obras de infraestructura o la construcción de escuelas y deportivos, sino también hace falta desarrollar el sentido de pertenencia entre sus pobladores, así como aprovechar la manera particular en que observan y resuelven sus problemas y necesidades. Todo ello integra un vasto universo de maneras de convivencia que se forma en los municipios.
En ese sentido, uno de los fondos que el gobierno Federal ofrece para apoyar y preservar la cultura en los municipios del país es el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC), que opera a través de la Dirección General de Culturas Populares (DGCP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
El programa fue creado en 1989 por el antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, y tiene por vocación apoyar la recuperación y desarrollo de la cultura propia de comunidades y municipios a través del estímulo de la participación local y la promoción de las iniciativas que resulten de ella. Asimismo, busca apoyar la creación y/o consolidación de instancias municipales y comunitarias que permitan articular y coordinar, a nivel local, las diversas acciones de promoción y difusión cultural que llevan a cabo los organismos federales, estatales, municipales y de los sectores social y privado.
Miriam Morales Sanhueza, directora general de la DGCP, explica que el PACMyC se difunde “a nivel nacional en medios de comunicación, y bajo acuerdos en instancias estatales de cultura. Como parte de la difusión del PACMyC se incluyen recorridos de promotores culturales para captar las inquietudes de las comunidades. Los proyectos son autorizados por un jurado plural, en el que no participan servidores públicos, sino creadores y expertos que valoran los proyectos y deciden cuáles ganan su ingreso al PACMyC”.
Luis Tovar, encargado de Desarrollo Regional y Municipal de la DGCP, explica que el PACMyC funciona como un órgano colegiado. La primera instancia de transparencia, pensada para el programa desde sus inicios, es una Comisión de Planeación y Apoyo a la Creación Popular (CACREP), que está conformada por la Federación a través de la DGCP y la instancia estatal de cultura, que es la que preside el órgano. Éste también evalúa las zonas con mayor demanda y autoriza el aumento de la inversión, de acuerdo con el avance de los proyectos.
Tras el diagnóstico de las propuestas se continúa con un dictamen de los proyectos aprobados, lo que concluye con la selección de los ganadores. Con el fin de hacer al PACMyC más accesible se establecieron con claridad obligaciones y derechos, y desde 2007 se disminuyeron trámites y acotaron tiempos de respuesta, pero sin perder rigor y transparencia.
También, en muchas ocasiones las instancias municipales han generado sus propios fondos, en los que el ayuntamiento aporta cierta cantidad de dinero y el estado y la Federación aportan otra igual. Ésta es la mejor manera de asegurar los recursos.
FORMACIÓN, NO DÁDIVAS
Según explica Tovar, “no se trata sólo de entregar recursos, sino de formar promotores culturales independientes, estatales o municipales, o bien personal con una percepción federal. La idea es que ellos puedan detectar las necesidades de una zona, qué inquietudes tiene su población y hacia dónde se pueden canalizar, para que no sólo mantenga o realice su actividad cultural, sino que contribuya a fortalecer el tejido social”, explica Tovar.
Armando Chacha, experto en cultura popular, indica que para entender la importancia de una iniciativa como el PACMyC se requiere una visión integral de desarrollo, en la que la organización no se origine a partir de una visión corporativa de partido político, sino tomando en consideración factores económicos, políticos y, ante todo, sociales. Ésta es la fórmula para lograr que la población de una localidad conozca sus derechos y obligaciones, además de alentar su organización, lo que da lugar a la ciudadanización.
Chacha estima que hay diversos factores que inciden en la calidad de vida de las comunidades, entre otros “la generación de espacios de información que permitan que los habitantes se acerquen a lo que está sucediendo en el mundo no sólo por la vía escolar. Para ello es necesario que la cultura y la información se consideren asunto no da para el desarrollo.
“La cultura en el ámbito indígena y popular lleva en sí misma formas de organización colectiva que se dan a través de la música, la danza y la artesanía, y pueden ser aprovechadas para proyectarlas a otros campos. Ya no hablamos sólo del disfrute de la cultura y de su creación, sino de su producción, lo que significa traducir el valor cultural en un valor también económico y de desarrollo”, señala el especialista.
Chacha concluye que la población de las distintas comunidades del país requiere tener más conciencia sobre el valor de su cultura local, que es el objetivo principal que da vida al PACMyC. Ésta es una buena opción que pueden aprovechar los ayuntamientos.
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