El término “desarrollo humano” fue acuñado por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hace poco más de dos décadas, y aunque sigue en construcción, se ha convertido en una herramienta fundamental para medir la eficacia de las políticas públicas, sobre todo en materia de asignación y aplicación de recursos.
El término ha tenido aceptación en distintos sectores, como el público, el político y en la academia, debido a la nobleza de su propósito, que es el de colocar en el centro de las políticas sociales a la persona.
Rodolfo de la Torre García, coordinador de la Oficina de Investigación en Desarrollo Humano del PNUD lo define así: “El concepto del desarrollo humano pone a las personas en el centro de los objetivos del desarrollo y se trata de que puedan aumentar sus oportunidades para ser o hacer lo que desean y eso se contrapone con otras nociones de desarrollo que privilegian los recursos, ya sea el ingreso, la riqueza o el consumo”.
Se trata de un concepto en evolución, que va más allá del uso del tradicional Producto Interno Bruto (PIB) y del Producto per cápita, por considerarse que éstos han sido rebasados. El desarrollo humano se refiere al grado de bienestar que un individuo o una población puede alcanzar a través de una aplicación eficiente, equilibrada y justa de los recursos públicos.
El PNUD ha promovido este concepto, definido básicamente como la ampliación de la libertad y de las posibilidades de elegir de los individuos, con el objetivo de expandir la gama de oportunidades para vivir una vida saludable, creativa y con los medios adecuados a su alcance para desenvolverse en su entorno social.
A partir de entonces, se creó también el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que está compuesto por los indicadores de salud, educación e ingreso, mismo que ha evolucionado de tal manera que a partir del año 2010 evalúa las variables de esperanza de vida al nacer, años esperados de escolaridad, promedio de años de escolaridad y producto nacional bruto percápita en dólares.
En México, el Consejo Nacional de Población (Conapo) retoma el concepto definiendo al desarrollo humano como un proceso continuo de ampliación de capacidades y opciones para llevar a cabo el proyecto de vida que valoran. Este concepto enfatiza la noción de que el desarrollo no se explica únicamente con el ingreso de la población y que esta dimensión no representa la suma total de una vida humana.
Desde 1990, el PNUD publica un informe anual sobre desarrollo humano que compara a un grupo de países cuyo número oscila entre 130 y poco más de 170, en donde México ocupa una posición que varía entre 40 y 55. De acuerdo con la metodología internacional, el IDH se mide en una escala de cero a uno, en donde uno representa el máximo desarrollo posible y cero significa que no existe avance alguno.
Datos del organismo internacional indican que según la estimación internacional comparable más reciente —la de 2007—, el IDH de México alcanzó un valor de 0.854, que lo coloca en un alto desarrollo humano, al resultar mayor a 0.80.
De esta manera, afirma el organismo mundial, nuestro país ocupa el lugar 53 en desarrollo humano y se posiciona por arriba de Costa Rica y por debajo de las Bahamas.
En el periodo que va de 2000 a 2007, México registró un avance en la tabla de 3.52 por ciento, mayor al observado entre los países de alto y muy alto desarrollo humano.
Municipios y retos
En 2004, el PNUD publicó por primera vez el Índice de Desarrollo Humano Municipal en México, con base en información oficial del año 2000.
De acuerdo con los últimos datos del documento Índice de Desarrollo Humano Municipal en México 2000-2005, realizado por la oficina del PNUD en 2008, Zapopan es el ayuntamiento con mayor PIB per cápita e IDH de Jalisco, así como uno de los 30 municipios de mayor desarrollo humano e ingreso per cápita del país, con un IDH de 0.8905, considerado alto en la clasificación del organismo de las Naciones Unidas.
En el Informe sobre Desarrollo Humano Jalisco 2009, del organismo de la ONU, también se establece que el municipio es una de las localidades del estado con un mayor Índice Compuesto de Capacidades Institucionales Municipales (ICCIM), que incorpora cuatro rubros: fiscal, de dotación de servicios, administrativa y de rendición de cuentas.
Zapopan ha trabajado en los últimos años para impulsar las acciones que fortalezcan el desarrollo humano. La administración de Héctor Vielma Ordóñez se ha enfocado en medidas para fomentar el ordenamiento urbano, la seguridad pública y servicios públicos eficientes; además de establecer proyectos de apoyo para aquellos sectores vulnerables, como las madres solteras, los adultos mayores y quienes pierden el empleo.
El gobierno actual sigue las líneas de su Plan Municipal de Desarrollo como parte de la estrategia hacia el futuro, mismo que considera cinco ejes para lograr un mayor crecimiento económico y bienestar social.
El PNUD advierte que si bien el IDH municipal se convirtió en una herramienta más fina para evaluar el avance o retroceso de los municipios en materia de bienestar social, su elaboración enfrenta dificultades técnicas, como es el hecho de que no se cuenta con estadísticas del PIB per cápita para los municipios y en su lugar se utiliza el ingreso medio per cápita municipal anual (IPCM) como un aproximado.
El hecho de que su elaboración se realice con base en los censos y conteos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), también limita la actualización de este indicador.
Rodolfo de la Torre asegura que México llegó tarde a las mediciones de desarrollo humano, aunque el concepto empieza a dar frutos por lo menos en el ordenamiento de las políticas públicas, en la identificación de las prioridades de los planes de gobierno.
La académica del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Genoveva Roldán Dávila, admite que el IDH permite hoy a los gobiernos y tomadores de decisiones contar con un diagnóstico sobre la situación en que vive la población y plantear objetivos concretos, pero también da señales de alarma, focos rojos y amarillos sobre cómo se ha instrumentado el gasto público.
Desde su punto de vista no basta con conocer el problema y dar soluciones rápidas, crear programas sociales y creer que se está resolviendo, es necesario ir a fondo. Para cumplir con la premisa de que la gente puede elegir, tiene la libertad de decidir qué tipo de vida quiere, es necesario crear empleos y darle educación.
“Yo creo que un aspecto clave, en un modelo que se plantea un desarrollo económico y alcanzar indicadores de desarrollo humano importantes, un factor básico es el educativo.”
Afirma que contar con el IDH y las mediciones que permite es un avance porque revela el grado de desigualdad que se registra en la distribución del ingreso en todos los niveles de gobierno. “Lo importante sería ver qué tanta capacidad, no intelectual o académica, sino política, se tiene para asumir las estadísticas y hacer las transformaciones necesarias y prudentes.”
El especialista del PNUD, Rodolfo de la Torre, advierte que en época de elecciones el gasto público es más vulnerable a la manipulación política, aunque afortunadamente existen mecanismos para identificar dónde hay mayores riesgos.
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