El “MEME” en la comunicación

por | Ene 21, 2020 | De Puño y Letra | 0 Comentarios

Por Felipe Reyes Barragán

Muchas veces el mensaje original, institucional, dista mucho de aquel que está circulando ahora mismo en redes sociales y grupos virtuales y no puede ser controlado ni censurado.

Los mexicanos solemos tener la imagen de ser muy creativos y “cómicos” en situaciones y temas que otras culturas pudieran ser causa de solemnidad, como bien pudiera ser la muerte, en la cual hemos creado un sinnúmero de festejos, tradiciones y costumbres que van desde lo festivo hasta lo cómico. Es justo esta ambivalencia que ha permitido que el llamado “MEME” sea tan atractivo como utilizado, ya sea en un tema social, económico y político.

Un meme es el uso de imágenes, gifs, frases, videos o textos, o una mezcla de estos, que se difunden en entornos digitales, siendo las redes sociales uno de los canales mas usados y que tiene su origen en la definición del biólogo Richard Dawkins, quien acuñó el concepto para ejemplificar la evolución cultural y que es usado para transmitir información, filias, deseos, opiniones e ideas de una generación a otra sin mayor uso de elementos más que los visuales. Así, tenemos que muchos memes que hemos visto en años pasados, siguen siendo vigentes y entendibles al paso del tiempo, pues todo meme tiene implícitas tres características básicas: Deben ser interpretables, numerosos y persistentes en el tiempo; ese es justamente el gran valor del “meme”, que dicho sea de paso, no ha sido estudiado en profundidad a pesar de ser un elemento constante en la comunicación actual.

Es innegable la presencia del humor como elemento asociado al entendimiento y comprensión de la política, podemos encontrar ejemplos de rutinas cómicas que tiene como fondo un tema político actual o vigente y, bien o mal, ha servido para conectar y vincular audiencias que de otra manera quizás no estarían tan interesadas en el tema en cuestión.

El meme en sí facilita la discusión de un tema candente y, al mismo tiempo, descarga la emociones contenidas en el psique del emisor y receptor. El desencanto, la ira y la tristeza pueden entonces ser mejor entendidas cuando se traducen al lenguaje del “meme” o debería ser así, aunque lo cierto es que no hay evidencias de que esta exposición ( de un tema en formato meme) encauce la conversación a un debate sano, mas allá del chacoteo. Quizás para algunos sea un mal elemento ( el meme) pues podría desvirtuar un tema de fondo y hacerlo aún más efímero al recurrir unicamente al chiste ligero y rápido, sin tener un impacto más profundo en la formación cívica y política del ciudadano, pero lo cierto es que en el 2020 la presencia de ellos (memes) está abriendo un nuevo frente  en cuanto  a la agenda política nacional.

Y es justo este punto el que debería ser contemplado y considerado por los responsables de la comunicación social de las entidades publicas. Ha quedado atrás el “control” del mensaje y de los productos que desde una oficina se crean para difundir y posicionar la narrativa  en turno. Ahora mismo es posible encontrar que los mismos ciudadanos toman el mensaje pero lo traducen en otros “lenguajes” y formatos, es decir, son transformados en función de gustos e intereses, y muchas veces el mensaje original, institucional, dista mucho de aquel que está circulando ahora mismo en redes sociales y grupos virtuales  y que no puede ser controlado ni censurado, ya sea por libertad de expresión así como  por ser fundamento de la democracia.

Cierto es que para algunos investigadores como J. Ratkiewicz  en su estudio “Detecting and Tracking Political Abuse in Social Media “  el meme funciona como publicidad política donde éste representa la opinión pública y cómo también puede llegar a formarla y en tiempos de “fake news” esto último toma gran valor por la “facilidad” de moldear o re-encaminar la percepción y opinión por medio del uso de memes.

¿Es necesario entonces que las dependencias usen el meme como elemento de comunicación? No necesariamente, hemos visto casos donde se ha tratado de usar y el efecto fue adverso pues un meme no es un punto en un check list de productos y aplicaciones oficiales. Lo que si es fundamental que el análisis del mensaje, del discurso, de las acciones no solo sea revisado en cuanto retorica y orden, sino que también tengamos en mente que lo que se planea difundir, mencionar o promover puede ser rápidamente transformado en un meme y habrá que reír ( como AMLO y el HT #simeganoelavion) o salir y aclarar un punto o mensaje erróneo, aunque el impacto no sea el mismo.

Nos queda entonces ser mas sensibles y al mismo tiempo, analíticos de lo que decimos  y cómo esto puede ser usado y transformado en cuestión de segundos.

Felipe Reyes Barragan

Estratega en Protocolo, Relaciones Públicas y Comunicación. Estudió la maestría en Comunicación Social y Política y en los últimos años se ha especializado en la aplicación del Protocolo como herramienta de comunicación en las organizaciones y en los eventos. Profesor y speaker en diversos congresos y foros académicos y empresariales. twitter Twitter facebook Facebook Blog:felipereyesbarragan.blog

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