Reconstruyen la confianza de los regios

por | Feb 1, 2012 | Ciudadanía, Febrero 2012 | 0 Comentarios

Seguridad y atenciónLa atención a las necesidades de la ciudadanía, como son la seguridad o servicios públicos, puede verse obstaculizada por diversos factores, entre ellos la falta de confianza en que serán atendidas las demandas, o el desconocimiento sobre el procedimiento a seguir para presentar una queja, denuncia o petición.

Con miras a atender esta situación, y ante el incremento delictivo que se ha venido dando en Monterrey, Nuevo León, es que surge el Centro de Integración Ciudadana (CIC). “Hay una ausencia de confianza hacia la autoridad, principalmente en el tema de seguridad, entonces ¿quién atiende o quién canaliza al ciudadano víctima de un delito que no tiene confianza en la autoridad? Ahí está el Centro, atendemos y recibimos a personas que han sido víctimas de delito, les damos asesoría legal y apoyo psicológico, y gestionamos una relación con la autoridad que nosotros sabemos que es confiable”, comenta Bernardo Bichara, presidente del Consejo del CIC.

“Por ejemplo, hay un ministerio público en el CIC, tenemos un convenio con la Procuraduría y podemos levantar denuncias desde aquí. Yo veo que sobre todo generas la confianza para presentarla, es decir, no podría afirmar que haya más rapidez, sino que hay confianza. Si no tienes confianza no pones la denuncia, y si no hay denuncia la autoridad no puede actuar. Entonces, el hecho de que generes esto ya es un paso muy grande.

“Es un espacio que hoy se ocupa entre ciudadano y autoridad, pero también entre ciudadano y ciudadano hay mucho en qué ayudarse. En este caso con las redes sociales y la información que fluye tan rápido por los canales cibernéticos, es muy fácil que una persona te reporte una situación de riesgo en algún punto de la ciudad, y tú al recibir esta información y confirmarla, puedas diseminarla para que —por ejemplo— si alguien va a pasar por ahí tenga precauciones”, detalla.

CIMIENTOS DE LA CONFIANZA

Bernardo BicharaEl CIC surgió de la inquietud de tres ciudadanos de Monterrey preocupados por la situación de inseguridad que iba en aumento en la capital regiomontana.

“Lo concebimos en 2008, cuando aquí las cosas empiezan a empeorar, la gente entra en un desánimo y el Centro nace con esa inquietud: ¿cómo le hacemos para que se pueda generar un movimiento, una participación ciudadana, que sea capaz de mejorar la seguridad en Nuevo León?

“Realmente éramos tres personas, pero más que esas tres personas, lo importante también es quien apoya el proyecto. Porque ideas hay muchas, así que seguramente el tema más importante no es la idea solamente, sino quién le entró a la iniciativa”, puntualiza el entrevistado.

Inicialmente se presentó una propuesta y se llevó a diversas empresas para recibir el apoyo que se requería. “Fue bien recibida, pero el verdadero mérito lo tienen las empresas y las personas que creyeron en esto. Hay que reconocer el esfuerzo de Cementos Mexicanos (Cemex), Soriana, Femsa, y de las cámaras empresariales para arrancar, y de quienes más adelante se fueron sumando”, comenta.

MECÁNICA DE TRABAJO

Actualmente, a ocho meses de operación, el CIC trabaja con 33 personas que se dedican principalmente a atender las llamadas y solicitudes de ayuda, ya sea enviando las peticiones, demandas o quejas a las autoridades correspondientes; o apoyando con asesoría psicológica y legal en los casos que lo requieran, todo de manera gratuita.

La ciudadanía tiene la oportunidad de comunicarse al CIC para solicitar apoyo por diversos canales, con lo que se garantiza que su comentario o demanda será atendida. “Hay un teléfono, un call center, redes sociales —Twitter, con casi 20 mil personas y Facebook— o presencialmente en las oficinas del Mall del Valle en Monterrey.

“En cuanto a los psicólogos y los abogados tenemos un equipo de reacción inmediata: cuando llega una víctima de delito o violencia doméstica, son crímenes que tienen afectación amplia. Entonces, el seguimiento del tratamiento, que puede durar dos, tres o cuatro meses, se lo damos a través de convenios que tenemos con universidades locales, en particular con la Universidad de Monterrey, el Centro de Estudios Universitarios y con la Universidad Autónoma de Monterrey. Así, el seguimiento jurídico y psicológico lo hacen en este caso las facultades.”

Además de la atención a la prevención del delito, la estrategia y mecánica de trabajo del CIC ha abierto la posibilidad de considerar otros ejes de acción, como servicios públicos y vialidad.

FUNDAMENTO DEL ÉXITO

Caravana“Creemos que integrar las protestas de la gente para convertirlas en propuestas y luego gestionarlas con la autoridad es un vehículo para generar civismo y ciudadanía”, destaca Bernardo Bichara. Lo anterior con el fin de “quitarle al ciudadano este letargo, esta desconfianza, apatía y desánimo, esta situación de ‘porque no veo nada, no hago nada y nada se hace’”, que genera un círculo vicioso tanto entre el ciudadano y la autoridad, como entre la propia sociedad civil.

Es por ello que el CIC ha elaborado el Plan C, el plan ciudadano, que opera bajo cinco ejes: reportar, opinar, participar, apoyar y finalmente aportar.

El trabajo realizado por el Centro, un organismo no gubernamental y apartidista, ha beneficiado a la sociedad incrementando su confianza al momento de denunciar hechos delictivos o de violencia. “Hemos crecido de cero a 20 mil twitteros en seis meses. En la parte de casos atendidos y solucionados, mensualmente se comunican al Centro unas 500 personas, de las cuales, realmente se brinda atención a 250 casos. En vialidad se arreglan cada mes como 250 baches. En alumbrado y servicios públicos se reciben como 250 solicitudes que se atienden.

“Es importante mostrar con hechos que Monterrey es capaz de sobreponerse a esta problemática. Y para los empresarios que son líderes éste es un reto, pero ahora desde un frente cívico. El deseo de todos los empresarios es superar la situación y regresar a Nuevo León, y a Monterrey, a ser la joya de la corona de las ciudades de Latinoamérica que era en los 90”, finaliza Bernardo Bichara.

Claudia Sáenz

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