Singladura / ¿Es todo, amigos?

por | Mar 20, 2024 | De Puño y Letra | 0 Comentarios

@RoCienfuegos1

Vaya “debate”, el primero de tres, que vimos y escuchamos el domingo 17 de marzo entre la señora Clara Brugada y los señores Salomón Chertorivski y Santiago Taboada. De nueva cuenta, eso sí, los tres se dieron gusto en la misión de contrarrestarse y aun de apabullarse de cara al electorado de la ciudad que aspiran a gobernar, pero sobre todo en eso de pronunciar una serie de enunciados, todos ellos prometedores, como debe de ser, para los poco más de nueve millones de habitantes de la gran Ciudad de México, la mayoría mujeres, no se olvide ni desdeñe esto.

Quizá resulte del formato de estos ensayos, que, si bien no son ya nuevos en la capital y el país mismo, siguen sin permitir un genuino debate, aun y cuando éste primero, resultó un tanto menos rígido o más flexible si se prefiere, aunque igualmente aburrido. Esto porque estos “encontronazos” tampoco alientan la discusión, y sobre todo la argumentación de los grandes y graves problemas de la gran urbe mexicana, que no son pocos y que incluyen el suministro de agua, la contaminación, un tema éste que pese a sus embates cotidianos y contingencias asociadas no ha motivado a diseñar y ejecutar nuevos programas para mitigarlo, aun cuando urge que algo se haga porque se trata de un problema de vida o muerte, sin exagerar, y ni hablar de la seguridad, otro tema que sigue agobiando a los “chilangopolitanos”, aun cuando los gobernantes de la 4T hablen de una reducción del problema. Obvio, el formato de este tipo de debates ni remotamente permite la expresión de un proyecto de Ciudad medianamente completo ni tampoco para el mediano plazo.

Fotos: IECDMX.

En verdad, aun cuando la Ciudad de México confronta un ramillete de agobios, graves casi todos ellos en especial porque inciden demasiado en la calidad y aun cantidad de vida en la gran urbe, muchos de quienes la habitamos querríamos en verdad que los candidatos a gobernarla concentren sus baterías en al menos una parte de todos ellos con la finalidad de resolverlos de una vez por todas. Para esto tendrían que definir, con ayuda claro de expertos porque es un hecho que nadie lo sabe todo, un mínimo de cinco, un máximo de diez problemas críticos y graves que aquejan a la abuela de México-Tenochtitlan, para no sólo resolverlos, sino sobre todo para trazar ejes estratégicos que permitan soluciones constantes -sí, constantes- de mediano y largo plazo. Eso, en sí, sería un aporte sustantivo para la viabilidad inmediata y futura de la capital del país.

Pero de vuelta al debate del domingo 17 de marzo, este puso en claro sólo el acre intercambio que protagonizaron la señora Brugada y el señor Taboada, una defendiendo lo que la presunta “izquierda” que representa ha hecho en las casi tres últimas décadas y el dos veces ex alcalde en Benito Juárez, lamentando la extinción de los programas afectados por la 4T y proponiendo su restauración.

Se entiende que el tipo de formato acorta y acota la posibilidad de un intercambio real, de un debate sustantivo entre quienes aspiran a hacerse del gobierno de la CDMX, mas no se entiende, no al menos de forma cabal, que los tres participantes de este ejercicio hayan quedado tanto a deber en temas críticos de la Ciudad. Si acaso, -insisto- los enunciaron.

Un punto que de plano soslayaron, eludieron o francamente ignoraron fue el relacionado con el financiamiento de sus propuestas e iniciativas. Brugada repitió el tema del manejo honesto de los fondos públicos, Taboada habló de los casi 300 mil millones de pesos que ejerce presupuestalmente el gobierno capitalino y Chertorivski se plantó en los 17 mil millones de pesos adicionales para fondear sus ideas.

Pero, y esto los hace ver a los tres como políticos temerosos de hablar con absoluta honestidad a quienes pretenden gobernar, adultos en su mayoría, luego que ninguno quiso arriesgar un pronunciamiento sobre una política fiscal nueva, un talón de Aquiles de la Ciudad. Se entiende, pero no se justifica que plantear el tema fiscal, y sobre todo un alza impositiva, sería prácticamente suicida desde el punto de vista político, aunque económicamente indispensable para garantizar la viabilidad financiera de la ciudad. Es claro además que el tema trasciende y/o rebasa el manejo honesto, eficiente y aun bajo criterios de austeridad. La ciudad, es claro, requiere de sustento económico para garantizar una infraestructura capaz de soportarla ahora y a mediano plazo. Es un hecho, que al igual que el país, la Ciudad de México se queda corta y a veces muy corta para apuntalar presupuestalmente sus necesidades de operación, y aún más para crecer.

Bastaría para comprobar esto echar un vistazo a los requerimientos presupuestales que cada año se plantean al Congreso de la CDMX. Siempre sale debiendo y queda en números rojos. Se entiende que la tarea de financiar la ciudad no es cosa sencilla de cumplir, pero hacerlo exige una enorme dosis de honestidad y de estudio para hacerla posible. Se trata claro de un trabajo de eficiencia y capacidad política. Una cosa es cierta, cualquier ciudad del mundo, requiere fondos para su financiamiento, y los ciudadanos, todos, estamos obligados a aportar para el sostenimiento y mejoramiento de nuestra casa común. Cierto es también que a nadie nos gusta pagar impuestos, pero es un tema de solución indispensable con base en criterios de equidad, justicia, transparencia y rédito social. Hay países por ejemplo, Dinamarca uno de ellos, donde la ciudadanía se opone a la baja impositiva porque sabe que es la mejor manera de sufrir una merma en la cantidad y calidad de sus bienes y servicios.

La y los candidatos a encabezar el gobierno de la CDMX tampoco explicaron qué harán en una Ciudad como la capital del país, donde la economía es hoy predominantemente informal. Ambos temas, el fiscal y la informalidad económica que domina en la capital mexicana van entrelazados, pero ni Brugada, Chertorivski o Taboada, quisieron entrarle con la seriedad y complejidad que ambos asuntos demandan.

Así que aun cuando el Instituto Electoral de la CDMX haya explicado que el objetivo de los debates consiste en garantizar el más amplio ejercicio de la libertad de expresión y proporcionar a la sociedad de la Ciudad de México, la difusión y conocimiento de cada una de las candidaturas, sus ideas, programas y plataformas electorales, este quedó a deber en los temas abordados sobre crecimiento, desarrollo económico, finanzas públicas, desarrollo humano, Estado de Bienestar y política social.

Sondeos difundidos casi inmediatamente después del debate, dieron una ventaja a Taboada. Massive Caller colocó al ex alcalde con un 53.1 por ciento contra 37.1 por ciento de la ex titular de Iztapalapa.

Arturo Elías Ayub dio a Taboada 64 por ciento contra 13 por ciento a Brugada.

Muy comentado el mensaje en X de la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum. “Felicidades, @Clara BrugadaM”. ¿Habría que agregar algo? Quizá recordar el jalón en el Zócalo. Veremos qué ocurre con el segundo y tercer debates. Es clave porque al final del proceso, antes de visitar las urnas el dos de junio próximo, no me gustaría quedar con esta pregunta: ¿Es todo, amigos?

@RoCienfuegos1

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Roberto Cienfuegos

Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Dirección Comercial. Su trabajo periodístico en México, América Latina, Europa y Asia ha sido publicado por McGraw-Hill, la revista colombiana Dinero, las agencias noticiosas Ansa (Italia), United Press International (UPI de Estados Unidos) Xinhua de China y Notimex de México, los diarios La Opinión de Los Angeles, Hoy y The Dallas Morning News.

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