Con el avance tan acelerado de la tecnología proveedora de enseres para el hogar y el desarrollo de las actividades profesionales de la población —léase electrodomésticos y equipos de cómputo y telecomunicaciones—, también crece la amenaza de una mayor contaminación del ambiente por el tipo de basura que se genera y que es considerada altamente peligrosa.
Los componentes de esos equipos contaminan el suelo, el agua, el aire y en general los ecosistemas, lo cual representa un problema de salud pública, así lo ha reconocido la Organización Mundial de la Salud (OMS). Existen reportes acerca de que la contaminación del agua con materiales tóxicos como el plomo, cadmio o mercurio —elementos que se utilizan en la fabricación de material informático— es hasta 190 veces más alta que la aceptada por la OMS.
Sobre el tema, Francisco Mejía Alonso, integrante de la Alianza Ambiental, explica la situación que se vive en México y las posibles soluciones que se le pueden dar. Si bien las cifras no son exactas, se calcula que nuestro país produce entre 200 mil y 300 mil toneladas de basura electrónica al año. La tendencia es que en 2011 se genere 20 por ciento más toneladas respecto al año anterior, refi ere el experto.
La principal problemática que genera la basura electrónica o e-waste, como es conocida a nivel mundial, es que dentro de sus componentes existen sustancias altamente peligrosas para la salud, como cadmio, níquel, plomo y mercurio, que no sólo producen afectaciones físicas, sino que inclusive llegan a alterar capacidades psicomotrices del ser humano.
Francisco Mejía destaca que en México se tiene poco conocimiento del problema, ya que la población sabe muy poco o nada respecto de que los aparatos electrónicos contienen materiales dañinos para la salud humana y el medio ambiente.
Pero “más grave es el hecho de que en nuestro país estos desechos no son considerados peligrosos, están clasificados como de manejo especial y su tratamiento es competencia de cada estado. Más alarmante resulta saber que no existe ley que garantice que este tipo de desechos se eliminen de manera diferenciada”.
Explica que, en la mayoría de los municipios, los residuos electrónicos son tratados a la par que el resto de la basura, lo que pone en grave peligro a la población ya que las lluvias provocan que los elementos tóxicos de los componentes se disuelvan y se infiltren hacia los mantos freáticos, con lo cual el riesgo de contaminación es muy elevado. Además existe la mala costumbre de quemar los residuos, lo que libera gases tóxicos de los desperdicios electrónicos.
CÓMO ENFRENTAR EL PROBLEMA
Frente a esta situación, Mejía Alonso precisa que la Red de Ambientalistas del Estado de México (Redaem), conjuntamente con la empresa REMSA y con el apoyo de autoridades de varios municipios, organiza jornadas intermunicipales de acopio de aparatos electrónicos, que por cierto se iniciaron en los primeros días de mayo con varios propósitos.
Al principio, la meta de esta iniciativa consistía en acopiar al menos 25 toneladas de residuos electrónicos para someterlos a Fuente: Alianza Ambiental. la creación de “Puntos Verdes”, que serán los lugares de acopio permanentes para recibir y canalizar los residuos electrónicos.
Y la tercera etapa es sensibilizar y motivar a los órganos legislativos nacionales y locales para que elaboren leyes y reglamentos que obliguen a manejar de manera diferenciada los desechos electrónicos.
Francisco Mejía comenta que los primeros municipios que se sumaron a este esfuerzo fueron Metepec, Toluca, Nicolás Romero, Naucalpan, Tepotzotlán, Valle de Bravo, Tequixquiac, Tenango del Valle, Tlalnepantla, Rayón, Ixtlahuaca y Texcalyacac, todos del Estado de México.
Existen otras experiencias similares en diferentes estados del país, como Villahermosa, Tabasco.
En el caso de los ayuntamientos mexiquenses que participan en este proyecto, cada uno tiene una sede principal, su propio horario de recepción, así como una programación de actividades conforme a las fechas generales de la jornada, y se cuenta con un número telefónico común, sin costo, 01 800 70 73 672 para que los ciudadanos pidan la información que necesiten, concluye Mejía Alonso.
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