La cadena de producción de energía eléctrica en México tiene una alternativa sostenible en el sector rural, dijo José Luis Samaniego, director ejecutivo del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) México y WRI Colombia. Es una tercera vía para impulsar el sector energético con un impacto ambiental favorable, pero también social y económico en las comunidades del país.

Fotos: WRI México.

“México está desaprovechando oportunidades de ser más verde, de tener mayor nivel de inclusión social, y de ser un país más dinámico, mejor en lo económico. Eso, con base en sectores que simultáneamente pueden ser más dinámicos, generar más empleo por peso invertido y tienen menos huella ambiental por peso invertido”, expuso.

En entrevista, Samaniego, quien también es coautor del informe, “Por un desarrollo económico sostenible, resiliente y justo, Oportunidades rumbo al periodo 2024 -2030 en México”, comentó que, las energías renovables es un sector que cumple con esas características de sostenibilidad.

“Por megawatt generado, las energías renovables están en costos bajísimos, muy por debajo de los ciclos combinados -por ejemplo-; la estimación global es que te cuesta muy por debajo de los costos de los combustibles fósiles, incluyendo el gas natural, y generan más empleo por dólar invertido”, sostuvo.

En este sentido, el directivo de WRI México destacó la propuesta de la organización, que considera el aprovechamiento del medio rural para desarrollar proyectos de generación de energías sustentables.

“El medio rural, los ejidos, las comunidades, las cooperativas, es ahí donde irradia el sol, donde corre el viento, ahí es donde está el agua, así que, México podría permitirle a su sector rural ser el actor principal en la generación eléctrica, convertir a los habitantes del medio rural en sujetos de crédito con contratos para la compra de energía”, sostuvo.

Esta alternativa, agregó, significaría un cambio para las personas que se dedican a esta actividad, porque pasarían de ser productores primarios a agroindustriales, valorizando su producción primaria.

La idea es que los productores puedan adquirir tecnología, tener talleres y generar electricidad; y posteriormente, vender el excedente a la compañía eléctrica y ésta se concentre en la distribución.

“Eso cambiaría el panorama de muchas comunidades, porque ahora tendrían acceso a la energía igual a sus capacidades municipales, porque tendrían el suministrador ahí mismo”, enfatizó José Luis Samaniego.

Asimismo, agregó, si este tipo de proyectos lograran una mayor escala, solvente, la cadena de valor se ampliaría al sector privado, para la producción de equipo para la generación de energía, como paneles solares o aerogeneradores.

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“Alguien tiene que fabricar esos bienes de capital, alguien tiene que producir los paneles solares, las aerogeneradores, los controladores y esa es una enorme oportunidad para el sector privado, que se ocupe de eso, porque actualmente México no tiene la cadena de valor de las energías renovables”, refirió.

Nicho de oportunidad también en el transporte público

El director ejecutivo de WRI México añadió que existe también una oportunidad de desarrollo en el tema de transporte público.

“Podemos pensar en que la banca de desarrollo decida financiar ya, no solamente a las grandes ciudades, sino a las ciudades intermedias o pequeñas para el desarrollo de proyectos en el transporte público. Esa demanda se puede agregar o licitar, a escala, solvente para la producción de vehículos eléctricos”, dijo.

Y es que, actualmente, todos los vehículos eléctricos que se utilizan en el sistema público provienen de China.

“No estamos aprovechando esas oportunidades porque hay problemas de coordinación, porque hay problemas de visión, porque no se tienen mecanismos constituidos como para poder agregar demanda, organizarse, garantizar el pago”, advirtió.

Por ello, destacó la oportunidad que se tiene con la nueva Administración federal, para el desarrollo de este tipo de acciones y generar así, círculos virtuosos.

“Creemos que la siguiente Administración puede crear industrias verdes articulando oferta con demanda, que permiten diversificar la estructura productiva de México y alcanzar las metas económicas, sociales y ambientales al mismo tiempo”, aseveró.

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