En 2013, el municipio de Cuernavaca, Morelos, fue un referente en el uso del programa Hábitat, de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) pues hubo un recurso sobresaliente de casi 50 millones de pesos (mdp) para atender servicios básicos como alumbrado público, pavimentación, drenaje y agua potable en diversas colonias como Bosques de Cuernavaca y Ocotepec.
El programa tuvo cambios importantes dentro de la actual administración federal, sin embargo, no se modificaron sus objetivos primordiales: el combate a la pobreza urbana y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de zonas urbanas marginadas.
La principal transición que tuvo fue la instancia que lo opera. Anteriormente corría a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pero con las modificaciones a las dependencias federales del actual gobierno, pasó a manos de la Sedatu con el propósito mejorar el combate al rezago social con acciones que atacaron la infraestructura y el entorno social.
Además, sus reglas tuvieron ligeros cambios, por ejemplo, si los municipios no cumplen con los proyectos propuestos, las oficinas centrales tienen el derecho de recoger los recursos ofrecidos y enviarlos a lugares donde sí se trabaja.
“El año pasado se retiraron recursos en varias partes del país y se asignaron a la delegación Morelos. Era un trámite que no estaba en el acuerdo de coordinación y se pudo rescatar; es la primera vez que se quita el apoyo a los que no ejecutaron en tiempo y forma para otorgárselos a quienes sí, por lo que el caso de Cuernavaca fue piloto en el otorgamiento de fondos adicionales”, destaca David Eduardo Flores Cornejo, coordinador del programa Hábitat de la delegación Sedatu Morelos.
Trabajo pensado
En el plano operacional, el programa ya no se dedica sólo a entregar recursos para contribuir a reducir la pobreza urbana, sino que los mismos se deben focalizar, es decir, los ayuntamientos deben explicar hacia qué acciones precisas irán destinadas y el lugar donde se aplicarán.
“Ya no se trata sólo de pavimentar ciertas calles, sino de ver cuáles son las áreas que se deben combatir en las comunidades inscritas al programa para así abatir poco a poco la escases de servicios”, reconoce Flores Cornejo.
Para integrar una zona urbana marginada es necesario que esté dentro del sistema urbano nacional y contar con más de 15 mil habitantes o estar en el umbral, es decir, tener 14 mil residentes y estar a punto de llegar a la meta en el presente ejercicio fiscal.
“Aunque tengan muchas necesidades, si no son zonas urbanas no se puede entrar en el programa. En Cuernavaca, por ejemplo, hay zonas que están muy pobladas pero que no está en el Plan de Desarrollo Urbano actual. Esta medida se toma porque así evitamos que se hagan obras sobre asentamientos irregulares, los cuales pueden obtener recursos mediante otros apoyos o programas específicos”, aclara el coordinador.
Cubriendo este concepto se debe hacer un acuerdo de colaboración entre la delegación de la Sedatu y los presidentes municipales que quieran obtener recursos de Hábitat. Para ello debe haber una aportación local y otra federal para acceder a una de las tres vertientes del programa: la general, la de centros históricos validados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO), y la de intervenciones preventivas.
Aunado a ello, las líneas de acción del programa marcan que su principal motivo es atender el rezago económico de las familias, por lo que no sólo se dan obras para la calle sino que se dan cursos para que la gente tenga una actividad que detone sus capacidades y así estimular su economía.
“Dentro de la vertiente uno, que es el combate a la pobreza, hay talleres de cocina, carpintería, corte de cabello, maquillaje, repostería, corte y confección, entre otros, para poder desarrollar y poner en práctica un oficio. Dentro de la vertiente tres se otorgan talleres de prevención a la violencia, por lo que hay clases de salsa, de concientización de maltrato familiar, de defensa personal, clínicas en diversas disciplinas deportivas y otras actividades más que hacen que los habitantes se alejen de algún foco de delincuencia que pueda existir en la zona”, explica el funcionario.
Con este diseño del programa no sólo se atiende el problema de infraestructura en las zonas urbanas marginadas, sino que posibilita que la población sea consciente de los problemas sociales de su comunidad y ayude a mejorar su entorno social y núcleo familiar.
A considerar
El pasado 30 de diciembre de 2013, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano publicó en el Diario Oficial de la Federación las reglas de operación del programa Hábitat, en el cual se detalla, entre otras cosas, las ciudades y municipios elegibles, las reglas de operación y el tipo de apoyo, dependiendo de cualquiera de las tres vertientes que contempla el proyecto.
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