Entre el 2017 y 2018, la extinta Autoridad del Espacio Público, en la Ciudad de México (CDMX), rehabilitó el perímetro entre las calles de Dolores, José María Marroquí, Independencia y Victoria. Poco más de 24 mil m2 de la zona conocida como el Barrio Chino, fueron intervenidos para el disfrute de las personas. Hoy, está secuestrado por grupos de comercio en vía pública que lo deterioran y lucran con él.
Para el diseño e intervención del Barrio Chino participaron vecinos, empresarios, comerciantes formales y funcionarios del Gobierno de la CDMX y de la Alcaldía Cuauhtémoc. En diversas mesas de trabajo, amigas y amigos como Abel Villagrán, Aquilino Concha, Eduardo Castañeda, Juan Hip, Eduardo Azquenazi, Nancy Briseño, Manuel Vallejo y Mariana Vegas, entre otras y otros, participaron en pláticas para darle un renacimiento a la zona.
Junto a ellos y Tania Libertad, representante del gobierno de la CDMX, redescubrimos la zona, el flujo de transeúntes y la vocación del territorio. Alentados por las propuestas y cobijo de Tomoimi y Tomoiling Marx y Jesús Esparza, el “Barrio Chino” tuvo un renacimiento y esplendor que, hoy en día, ya desapareció.

Foto: Usuarios en redes sociales.
En días pasados, mientras se celebraba el “Año Nuevo” en el Barrio, comerciantes informales agredieron a transeúntes, visitantes y comerciantes formales. La ausencia de gobierno en la zona es evidente. Mientras la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, informa sobre la rehabilitación de parques, jardines y deportivos, en el Centro Histórico de la CDMX las personas ya no pueden disfrutar el derecho al espacio público porque los comerciantes informales son los dueños de las calles.
Un ejemplo de lo que significa el comercio en vía pública. Previo al “Año Nuevo Chino”, caminamos por Independencia, la calle que en los setentas fue considerada “parisina”. A la altura del Hotel Marlowe, un operador de una empresa de gas suministra el servicio a varios locales. Dos comerciantes informales con un “diablito” pisan el cable de transmisión y el trabajador les observa que tengan cuidado. Se ofenden y de las agresiones verbales pasan a las físicas. De baja estatura y delgados, los jóvenes, ridículamente, erran los golpes al trabajador que los esquiva sin mayor trámite. El operador llama por teléfono mientras se retira del foco de acción. Uno de los valientes jóvenes le pide al otro “¡llama a la gente, tráete a la gente!”. La “gente” por supuesto es el grupo de golpeadores que algunas organizaciones tienen para ganar los espacios, para cuidarse, para protegerse de las autoridades y de las personas visitantes.
El terror, las amenazas, la confrontación, la violencia son parte del accionar de algunos grupos de comercio que operan en el espacio público y lo ejercen diariamente sin que las autoridades lo detengan.
El Centro Histórico de la CDMX no le pertenece a ningún gobierno: es la delincuencia organizada y las mafias de comerciantes en vía pública quienes dominan y mantienen “su orden”. Las sucesivas autoridades, desde 1997, Gobierno de la CDXM y Alcaldía Cuauhtémoc, están rebasadas.
¿Por qué razón las autoridades no controlan al comercio en vía pública? Advierto cinco puntos esenciales.
1. No existe un marco regulatorio actualizado y específico para el ordenamiento del comercio en el espacio público.
La Constitución Política de la Ciudad de México observa en su apartado A, del Artículo 10:
13. Los derechos de las personas trabajadoras no asalariadas, prestadoras de servicios por cuenta propia y comerciantes que realicen sus actividades en el espacio público serán ejercidos a través del establecimiento de zonas especiales de comercio y de cultura popular en los términos que defina la ley con la participación de los propios trabajadores. La ley determinará los mecanismos para un proceso gradual de regularización, formalización y regulación en materia urbana, de espacio público, fiscal, de salud pública y de seguridad social.
Por otra parte en el Artículo 13:
D. Derecho al espacio público
1. Los espacios públicos son bienes comunes. Tienen una función política, social, educativa, cultural, lúdica y recreativa. Las personas tienen derecho a usar, disfrutar y aprovechar todos los espacios públicos para la convivencia pacífica y el ejercicio de las libertades políticas y sociales reconocidas por esta Constitución, de conformidad con lo previsto por la ley.
2. En el Centro Histórico de la Ciudad de México conviven autoridades (federales, locales y “municipales”) con competencias que no quedan claras, tanto en los ordenamientos como en el ejercicio práctico territorial, por lo que cada cual culpa al otro del ordenamiento.
3.- Las organizaciones de comercio en el espacio público (dedicadas a “organizar y usufructuar el espacio público”) son un activo económico y político: Generan empleo informal, circulación de recursos económicos, financieros y mercancías y son activos políticos para movilizar en manifestaciones y promocionar el voto (por supuesto, también invierten en movimientos, partidos políticos y candidatas y candidatos). De hecho, desde hace décadas tiene representantes tanto en el Congreso de la Ciudad de México como en la Cámara de Diputados.
4.- Las unidades institucionales encargadas de vigilar y hacer cumplir o impedir la ocupación del espacio público, en muchos casos, tienen acuerdos con las organizaciones de comerciantes informales y son una fuente de flujo financiero para políticos y gobernantes.
Además, muchos de ellos, desde el nivel dirección hasta el de trabajadores eventuales, carecen de capacitación para la atención del comercio informal (respeto a las normas, a los derechos humanos, etcétera). Los salarios, especialmente de quienes realizan los operativos y son responsables de vigilar las zonas, son bajos. La explicación para que alguien tenga que enfrentar, físicamente, la violencia de las organizaciones y personas del comercio informal, es la probabilidad de ganar recursos extras (corrupción).
5.- En el Centro Histórico de la Ciudad de México, hay organizaciones del comercio informal que son o tienen relaciones directas con la delincuencia organizada dedicada al “cobro de piso”, extorsión y movilidad de mercancía “pirata” o robada.
En enero del 2007, el entonces Jefe de Gobierno de la CDMX, Marcelo Ebrard Casaubón, decretó la creación de la Autoridad del Centro Histórico (ACH) “…órgano administrativo de apoyo a las actividades de la Jefatura de Gobierno en el Centro Histórico de la Ciudad de México…” En materia de comercio en el espacio público le adscribió responsabilidades que son muy importantes, dado que en el Transitorio Cuarto del decreto se señala que:
Cuarto. – Para el cumplimiento de sus atribuciones, quedan subordinadas operativamente a la Autoridad del Centro Histórico las unidades administrativas de las dependencias que específicamente tengan su ámbito de competencia territorial y material en el Centro Histórico.
Son varias las responsabilidades de la ACH relacionadas con el espacio público y el comercio informal:
En materia de gobierno: Promover el cumplimiento de los programas de Protección Civil y promover acciones de cultura cívica (Artículo 1).
En materia de Desarrollo Económico: Promover la instrumentación de políticas y programas generales en materia de desarrollo, promoción y fomento económico (Artículo 3).
En materia de Transporte y Vialidad: Gestionar las acciones encaminadas a mejorar la vialidad en el Centro Histórico (Artículo 7).
En materia de Turismo: Proponer acciones en materia de desarrollo, promoción y fomento turístico en el Centro Histórico (Artículo 8).
En materia de Seguridad Pública: Proponer en el ámbito territorial los planes y programas para salvaguardar la integridad y derechos de las personas, preservando la libertad, el orden y la paz pública y solicitar el auxilio de la fuerza pública en los casos que así lo ameriten, con el objeto de lograr el cumplimiento de las leyes y demás ordenamientos aplicables en la materia de su competencia (Artículo 10).
Este fin de semana, los comerciantes formales y turistas que visitaron el Barrio Chino, carecieron de la seguridad, promoción turística y de la protección civil que hace años tenían. Por acción u omisión la Autoridad del Centro Histórico dejó a las organizaciones de comerciantes en el espacio público “el orden del territorio” y dejó a su suerte a comerciantes establecidos y visitantes.
En más de 26 años de existencia, la ACH tuvo personas conocedoras del espacio (Alejandra Moreno Toscano, Jesús González Schmall) y comprometidas con la comunidad. Luego, la ACH pasó a ser un espacio de premio político para personas que iban aprendiendo de qué se trataba el asunto.
En la sesión interinstitucional del 8 de enero de este 2025, en la Autoridad del Centro Histórico, entre el 17 de diciembre y el 7 de enero, en el reporte de los 7 sectores de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en el Centro Histórico, del total de reportes en general, 67, solamente fueron atendidos el 46.26 %. Dentro del general están registrados 16 sobre “ambulantes”.
¿Qué hizo la ACH para que los comerciantes establecidos del Barrio Chino tuvieran la seguridad de un buen inicio de Año y brindaran a los visitantes seguridad y esparcimiento? La violencia de los comerciantes informales, difundida ampliamente, fue el resultado.
La inversión que el Gobierno de la CDMX realizó, a través de la Autoridad del Espacio Público, en 2017 y 2018, para rehabilitar y dar un renacimiento al Barrio Chino, se ha ido a la basura porque las organizaciones de comerciantes informales son dueñas del territorio y la ACH es incapaz de entender el significado del derecho humano de las personas al espacio público.
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